Fred John Meldau
Hay que distinguir entre “la mente” —la habilidad mental del hombre— y el “cerebro” —el órgano físico que es el sitio donde la mente funciona.
Es evidente que no hay nadie que haya visto una mente. Un cirujano haciendo una incisión en el cerebro puede ver nervios y vasos sanguíneos; mas para saber lo que pasa en el cerebro tiene que preguntar al paciente.
La naturaleza física del cerebro
El cerebro humano pesa un promedio de 1500 gramos. Es una masa de un color gris rosado y de sustancia parecida a cuajada y compuesta de diez mil hasta quince mil millones de células nerviosas.
El cerebro, considerado aparte del cerebelo, es la parte principal de la masa encefálica. Se divide en dos partes; cada una tiene muchas circunvoluciones. Aproximadamente el 65% de la superficie del cerebro está escondido en los repliegues de las fisuras que forman las circunvoluciones; así que el Creador, haciendo uso de circunvoluciones macizas, aumentó al triple la eficiencia del cerebro. Este, con su envoltura de “materia gris” o sea la corteza cerebral (que es de sólo 2½ mm de grueso, pero de 2600 centímetros cuadrados de superficie), es la localización del conocimiento, de la memoria, de la imaginación y de la razón.
Las diez mil hasta quince mil millones de células nerviosas en esta corteza cerebral constituyen el centro de operaciones. Cada uno de los órganos del sentido en el cuerpo presenta informe de su actividad a regiones específicas y bien definidas de operaciones. Aquellas para los ojos están situadas en la parte atrás del cerebro, las de los oídos en la parte inferior a cada lado del cerebro, etc.
Todos los mensajes enviados al cerebro son descifrados y clasificados, las decisiones son hechas y los órdenes son transmitidos a las apropiadas estaciones del cuerpo. EL CEREBRO LLEVA A CABO ESTAS OPERACIONES CON TANTA EFICIENCIA QUE NUESTRA IMAGINACIÓN QUEDA PERPLEJA DE ASOMBRO. SIN NINGUNA SUPERVISIÓN las microscópicas células cerebrales —en número tal como cuatro o cinco veces el total de los habitantes del mundo entero— funcionan a la perfección, sea cual sea el informe enviado por las células tal como ‘la comida está servida’, o ‘¡fuego!’, o ‘¡huya!’ o presenta a la vista un horno, o un paisaje magnífico, o una radiación de luz de una estrella lejana, o la luz roja de un semáforo de tráfico.
NI SIQUIERA EMPEZAMOS A COMPRENDER el significado funcional del diseño tan intrincado y complejo en extremo de los varios tipos de neuronas (o células nerviosas) en sus respectivas colocaciones e interconexiones en la media docena de láminas de la estructura fina y muy densa de la corteza cerebral ... . ¡Cada uno de los diez mil millones de neuronas tiene conexiones con, tal vez, otras cien neuronas, y éstas con cien más! LA PROFUSIÓN DE INTERCONEXIONES ENTRE LAS CÉLULAS DE LA MATERIA GRIS ESTA MAS ALLA DE TODA IMAGINACIÓN. En fin, es tan rica en contenido que se puede considerar que la corteza entera es una gran unidad de actividad integrada. Ahora bien, si insistimos en llamar el cerebro una máquina, entonces tenemos que concluir que es infinitamente más intrincada que la máquina más compleja fabricada por el hombre: la computadora electrónica.
Cada uno de los diez mil millones de neuronas es una unidad viva e independiente. Recibe impulsos de otras células por medio de las dendritas fibrosas que brotan en intrincadas ramificaciones de su cuerpo central; transmite impulsos a otras células por una sola fibra delgada, el axón, que tiene una profusión de ramitas que hacen contacto con numerosas células receptoras a través de sus dendritas ... . Las conexiones entre las células son establecidas por las sinapsis —junturas especializadas— ... . En estas sinapsis la célula transmisora segrega sustancias químicas muy específicas, cuya reacción rapidísima transmite la señal de una célula a otra. Este proceso importantísimo en su totalidad se produce en una escala infinitamente pequeña. Una neurona funciona con una potencia de aproximadamente una milésima de millonésimo de un vatio.
Para comprender mejor cuán superior es el cerebro humano, se presenta esta comparación: Para hacer una central telefónica con diez mil líneas, se requieren 500 toneladas de aparatos. Se necesitan 62.000 horas de trabajo para instalar la central. Hay que instalar 128 kilómetros de cables y soldar sus 2.600.000 conexiones.
Pero el cerebro humano, por supuesto, hace infinitamente más que cualquier central telefónica, la cual solamente transmite mensajes, pero no puede dar órdenes, no puede razonar, hablar, imaginar o sentir.
(Arreglado y traducido con permiso de WHY WE BELIEVE IN CREATION, NOT IN EVOLUTION [POR QUÉ CREEMOS EN LA CREACIÓN, NO EN LA EVOLUCIÓN], por Fred John Meldau, páginas 238-240).