Al leer la historia de Eliseo debe recordarse que su misión era presentar la gracia de Dios a una nación culpable. Por esta razón sus milagros son casi sin excepción milagros de gracia. Las tres excepciones: los jóvenes burlones que están maldecidos, Giezi que está afectado por la lepra y la muerte del señor en cuya mano se apoyó el rey, están en perfecta consonancia con la misión del profeta. En todos los casos, el juicio es el resultado directo de menospreciar la gracia.
Así, mientras se da testimonio de la gracia soberana de Dios en una serie de milagros sorprendentes, también hay un testimonio del juicio inevitable que alcanzará a aquellos que rechazan, o falsifican, o menosprecian, la gracia de Dios. Al comienzo de su ministerio, Eliseo tiene que aprender que si trae gracia y bendición a la escena de la maldición, será confrontado por aquellos que rechazan la gracia y se burlan de la vasija de la gracia. Así sucede cuando el profeta subió a Betel, se encuentra con un grupo de jóvenes que se burlan de la ascensión de Elías. En burla le dicen a Eliseo: “Sube, calvo; Sube, cabeza calva”.
Los hijos de los profetas traicionan la ignorancia y la incredulidad en cuanto a la ascensión. Los “ hombres de la ciudad “ pueden ser indiferentes a la ascensión, pero los hijos de Betel se burlan de la ascensión. En Betel, el lugar que se distinguió en la historia de Israel como la casa de Dios, encontramos una banda de burladores. Tampoco es de otra manera en este día de gracia. Todavía hay ignorancia e incredulidad en el círculo religioso, e indiferencia entre los hombres del mundo, pero la marca más terrible de los últimos días será la aparición de burladores en la profesión cristiana, la que profesa ser la casa de Dios. Para tales no hay nada más que juicio, un juicio que comienza en la casa de Dios (2 Pedro 3:3; 1 Pedro 4:17).
Así fue en los días de Eliseo. La ascensión de Elías al cielo, la doble porción del espíritu que descansa sobre Eliseo, las actividades de gracia para la bendición del hombre, son meramente temas para el deporte. El resultado solemne es que el que es el ministro de la gracia invoca el juicio sobre aquellos que lo rechazan.