Se entregó a sí mismo (#288)

Buscaste y nos hallaste, ¡oh Salvador!,
Vagando en esta soledad de error; —
La cruz, su pena y muerte ¡tu porción! —
Nos estrechaste a tu corazón.
¡Oh canta, mi alma! … Él te amó a ti:
“Cristo a sí mismo se entregó por mí.”
Oíd el llanto amargo del Señor
Salir del huerto, ¡ay!, en voz de dolor:
Es Cristo arrodillado en su aflicción,
La cruz ya contemplando … ¡cruel pasión!
¡Oh canta, mi alma! … Él te amó a ti:
Al Padre está orando con sudor,
Gustando aquella copa de amargor;
“Si Tú quisieres el vaso apartar
De Mí, mas se haga, ¡oh Dios!, tu voluntad.”
¡Oh qué amor!, Jesús me amó así:
Luego el final de angustia en su terror:
“Las olas” pasan sobre el Redentor
Desamparado al agonizar
En la cruz pudo mi alma así salvar;
¡Oh mira, mi alma! ¡cuál amor por ti!
¡Oíd los ecos!, Él “con grande voz”
Ya clama en ese sufrimiento atroz:
“¡Dios mío, a Mí desamparando estas?”
Rendido, así Él logró hacer mi paz.
¡Oh, mi alma!, todo, todo fue por ti:
Señor, ayer pasó tu gran pasión;
Ya consumaste nuestra redención;
Al trono ascendido en gloria estás;
Ya vives, y a morir no tornarás.
¡Oh, mi alma!, Cristo vive allá por ti:
Te loamos y adoramos, Salvador,
Por tu divino e incomparable amor;
Perfectos, pronto cara a cara en luz,
Con gozo Te veremos fiel Jesús,
Mas aún será el canto nuestro aquí:
Traducción ©1965 Messages of God's Love Multilingual. Todos derechos reservados. Usado con permiso.