No hay ningún sustituto para la comunión. Ninguna cantidad de esclarecimiento, o de andar de una manera práctica en el camino recto, guardará de la perversión, si el ojo está puesto hacia el hombre, en vez de hacia Dios. No solamente se volverá un Marcos de Pamphylia, sino que un Bernabé será llevado por el disimulo de un Pedro.
La obediencia de la fe que ve hacia Dios únicamente capacitará al santo de Dios a andar de una manera quieta, pacífica y paciente, sabiendo que “todas las cosas son de Dios”. Él a Su debido tiempo manifestará la preciosa verdad de Isaías 30:18: “Bienaventurados todos los que le esperan”.
Las circunstancias (José en la prisión), los malentendidos (David ante Eliab, su hermano mayor), las acusaciones falsas (Job y sus tres amigos), todo procede del Señor que examina nuestro camino para poder a la postre hacernos bien. Siempre aprendamos a tomar las circunstancias que la sabiduría de Dios permite de Su mano, y procuremos en ejercicio ante el Señor aprovechar por medio de ellas. Es por medio de ellas que aprendemos que no somos nada y acerca de la gracia abundante de Dios.
Cuando surjan dificultades en la Iglesia de Dios, recordemos que “Cristo es la cabeza sobre todas las cosas a la Iglesia, la cual es Su cuerpo” (Efesios 1:22-2322And hath put all things under his feet, and gave him to be the head over all things to the church, 23Which is his body, the fulness of him that filleth all in all. (Ephesians 1:22‑23)). “El espiritual juzga todas las cosas” (1 Corintios 2:1515But he that is spiritual judgeth all things, yet he himself is judged of no man. (1 Corinthians 2:15)). Así el niño recién nacido en Cristo tendrá la mente del Señor, mientras que el más esclarecido perderá la mente del Señor, si no está en comunión. La naturaleza nunca se estará quieta y esperará ver la salud del Señor. La fe, con el ojo descansando en Dios, solamente nos la dará la paciencia quieta para esperar el tiempo en que el Señor manifieste la sabiduría perfecta de Sus caminos.
“Cristo ... amó a la Iglesia, y se entregó a SÍ MISMO por ella” (Efesios 5:2525Husbands, love your wives, even as Christ also loved the church, and gave himself for it; (Ephesians 5:25)). ¡Cuán preciosa le es a Él! Esperemos entonces en Él en toda circunstancia, dificultad o mal entendimiento que puedan surgir, con la mirada en Dios, y nunca procuremos formar la mente de los santos por nuestra personalidad o presencia entre ellos. La mente espiritual siempre percibirá lo que es de Dios y conducirá a todos los que busquen la gloria de Dios a andar en Sus caminos.
El gran objeto en el ministerio debe siempre ser ministrar la verdad de tal manera que la persona de nuestro Señor Jesucristo llene el alma, y produzca el deseo anhelante de “vivir para Él”. Ojalá que nosotros vivamos de tal manera en el gozo de la comunión que el primer paso que interrumpa esta dulce comunión pueda ser descubierto y juzgado, “hasta que Él venga”.