Apagando y contristando al Espíritu

A menudo se ha preguntado: “¿Cuál es la diferencia entre ‘apagar’ y ‘contristar’ al Espíritu?”. En primer lugar, yo diría sin temor a equivocarme, que ambas cosas son algo que definitivamente no quieres hacer. Queremos darle al Espíritu de Dios el lugar que le corresponde en nuestras vidas, y debemos evitar cualquier cosa que obstaculice Su obra en nosotros. Por lo tanto, no queremos “apagar” ni “contristar” al Espíritu.
Nos dice en 1 Tesalonicenses 5:19: “No apaguéis el Espíritu”. Esto es porque el Espíritu de Dios quiere usarnos como canales, por los cuales Él puede trabajar para la bendición de otros. El Señor dijo: “El que cree en Mí, como dice la Escritura, ríos de agua viva correrán de su vientre. (Y esto dijo del Espíritu que habían de recibir los que creyesen en Él ... )” (Juan 7:38-3938He that believeth on me, as the scripture hath said, out of his belly shall flow rivers of living water. 39(But this spake he of the Spirit, which they that believe on him should receive: for the Holy Ghost was not yet given; because that Jesus was not yet glorified.) (John 7:38‑39)). Dios desea trabajar a través de nosotros por medio del Espíritu, y nuestra responsabilidad es permitirle al Espíritu esa libertad. No debemos estorbarle en Su obra.
Mi tío solía ilustrar esto pidiéndonos que pensáramos en una manguera de jardín de la cual sale agua, y alguien la toma y la dobla, cerrando así el paso del agua. Eso es como apagar el Espíritu; el flujo del Espíritu se interrumpe. Puede que Él nos esté guiando a hacer algo para la gloria de Dios, pero no lo hacemos, y nos resistimos. Quizás sea anunciar un himno en la reunión, o tal vez dar un folleto del evangelio a alguien, y no lo hacemos. Estamos apagando el Espíritu.
Esto es ilustrado en la historia del siervo de Abraham, que es un tipo del Espíritu de Dios, quien fue enviado para asegurar una novia (Rebeca) para Isaac (Génesis 24). Es una imagen del Espíritu de Dios siendo enviado a este mundo para llamar una novia para Cristo. Habiendo recibido permiso de Bethuel (el padre de Rebeca), el siervo quería llevársela a Isaac inmediatamente. Sin embargo, la madre y el hermano buscaron detenerlo. Ellos tenían otros planes para ella, y estas cosas impedían al siervo emprender el viaje. Esto es una pequeña ilustración de apagar el Espíritu. El sirviente entonces dijo: “No me detengáis, pues que Jehová ha prosperado mi camino; despachadme para que me vaya á mi señor” (Génesis 24:5656And he said unto them, Hinder me not, seeing the Lord hath prospered my way; send me away that I may go to my master. (Genesis 24:56)). Eso es lo que el Espíritu nos está diciendo: “no me detengáis”. Él quiere guiar nuestros corazones tras Cristo y usarnos para ser de bendición a otros, y Él no quiere que nada se interponga.
No hace mucho, compré una máquina profesional para hacer batidos. Vi el nombre de la marca y el modelo cuando estábamos en un restaurante y fui y compré uno para nuestra familia. Cuando lo llevé a casa, estaba muy emocionado. Lo sacamos de la caja y lo conectamos, pero no funcionó. No podía encontrar el problema y empecé a enfadarme. Finalmente perdí la paciencia y dije: “Mira nada más; inviertes mucho dinero en algo, y cuando llega, ¡ni siquiera funciona!”. Entonces uno de mis hijos dijo: “Cálmate papá, está justo aquí. ¿Ves esto de aquí? ¡Es un interruptor!” ¡Ah! Claro, ¡obviamente el interruptor tiene que estar encendido! Y cuando el interruptor fue encendido, la electricidad fluyó a través del cable, y la máquina recibió energía (poder). Sabes, pasa lo mismo con nosotros. Si queremos tener un flujo constante de poder del Espíritu de Dios en nuestras vidas, no puede haber nada deteniéndolo, y permitir cosas carnales en nuestras vidas es lo que obstaculiza al Espíritu más que cualquier otra cosa.
Luego, en Efesios 4:3030And grieve not the holy Spirit of God, whereby ye are sealed unto the day of redemption. (Ephesians 4:30) dice: “Y no contristéis al Espíritu Santo de Dios, con el cual estáis sellados para el día de la redención”. Contristar al Espíritu es hacer algo que Él no nos llevó a hacer. Es el pecado lo que contrista al Espíritu. Él es una Persona divina que siente cosas; y cuando vamos y hacemos algo que Él no nos llevó a hacer, lo contristamos. El siguiente versículo (31) lista algunas de esas cosas. “Toda amargura, y enojó, é ira, y voces, y maledicencia sea quitada de vosotros, y toda malicia”.
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En pocas palabras, apagar el Espíritu es, no hacer lo que Él quiere que hagamos, y contristar al Espíritu es hacer algo que Él no nos llevó a hacer.
Por eso insisto, queridos jóvenes, al cerrar este pequeño estudio sobre el Espíritu que habita en nosotros, que si quieren disfrutar de los beneficios de Su presencia en las distintas funciones que hemos considerado, tendrán que vivir en la esfera correcta; entonces serán llenos del Espíritu de Dios, y sus vidas tendrán valor para la gloria de Dios.