Escudriñad las Escrituras

From: Número 36
W. Carrion
Significado de la palabra Biblia
La palabra “Biblia” etimológicamente proviene de una palabra en el idioma griego: “biblión”, sustantivo en plural que traducido al español en singular significa: “Compendio de libros” o “Biblioteca”; pero es usado también para papiro, rollo, libro y se cree que es el diminutivo de la palabra “Biblos”, nombre de una ciudad fenicia muy importante en la antigüedad, hoy llamada Jebail, ubicada a 38 kilómetros de Beirut, en la costa mediterránea de El Líbano; ciudad que tuvo vínculos culturales y comerciales con el Egipto faraónico, país del Nilo del cual recibió mucha influencia, por lo que sus habitantes se convirtieron en grandes mercaderes del mundo antiguo, mercancías entre las cuales figuraban principalmente los rollos de papiro, en los cuales se escribían los documentos de mucha importancia, que querían conservarlos para la posterioridad.
La palabra Biblia, se encuentra acuñada por primera vez en idioma latín eclesiástico, con origen en la expresión griega “ta Biblia ta hagia” (los libros sagrados) transcrita como los libros santos, en el libro de Primera de los Macabeos, capítulo 12, versículo 9, libro deuterocanónico que en la versión de la Biblia católica, lo agregan al final del Antiguo Testamento.
A mediados del siglo II, refiriéndose a las Sagradas Escrituras, se encuentra el uso más antiguo de la expresión “Ta Biblia” (lit. “Los Libros”), en la segunda epístola de Clemente de Roma; Pero se dice que fue Juan Crisóstomo (347-407 d. C.), el primero en utilizar esta expresión teológicamente.
Se dice que esta frase fue utilizada para referirse al TANAKH o Antiguo Testamento por los hebreos helenizados que habitaban en ciudades de habla griega, varios años antes del nacimiento de Jesús de Nazareth, posteriormente los cristianos lo utilizaban para referirse al conjunto de libros que formaban el Antiguo Testamento, y además a los libros de los evangelios y cartas apostólicas que formaron el Nuevo Testamento.
El pueblo judío, reconoce El Tanaj como las Sagradas Escrituras, y no admiten el término Antiguo Testamento, bajo ningún concepto; así como también no aceptan la validez del Nuevo Testamento como texto sagrado.
La Biblia es el nombre que la cristiandad ha puesto a las Sagradas Escrituras impresas como libro y es aceptable porque la Biblia está compuesta de varios libros canónicos del judaísmo y de la cristiandad que en conjunto forman una biblioteca sagrada, (Biblia sacra) que nos relata y contiene la Palabra del Dios viviente cuya lectura nos ayuda a conocerle, amarle, obedecerle y servirle.
La Biblia acertadamente es una biblioteca sagrada de origen divino, que según los eruditos bíblicos la han diseñado y está compuesta de 66 libros, divididos en dos grandes secciones importantes: 39 libros en el Antiguo Testamento que fueron escritos en hebreo, y partes en arameo, (450 años antes del nacimiento del Señor Jesucristo el Antiguo Testamento ya estaba terminado); y, 27 libros en el Nuevo Testamento, cada uno con su nombre propio. Es decir que según el índice de la Biblia suman 66 libros y contando el libro de los Salmos que originalmente son 5 libros, la Biblia tendría 70 libros.
La preservación de las Sagradas Escrituras
“Tú, Jehová, los guardarás; De esta generación los preservarás para siempre” (Salmo 12:77Thou shalt keep them, O Lord, thou shalt preserve them from this generation for ever. (Psalm 12:7)).
¿En algún momento ha pasado por nuestra mente la inquietud de saber cuál es la razón para que Dios haya intervenido en la preservación del significado de las palabras que están escritas en los manuscritos originales de las Sagradas Escrituras y que han sido traducidas a los diferentes idiomas?
La mayoría de los cristianos creemos y mantenemos una autentica convicción doctrinal sobre la intervención divina en la protección anticipada y el cuidado de la preservación de la palabra de Dios, la Biblia; otros consideran que en la Biblia no existe enseñanza explicita de que la palabra de Dios haya sido preservada con exactitud y concluyen que la doctrina de la preservación no está basada en una enseñanza bíblica.
No hay más ciego que el que no quiere ver:
Si escudriñamos la Biblia misma, al abrir sus páginas encontraremos que tanto en el Antiguo Testamento como en el Nuevo Testamento sí existen varios versículos que con diafanidad nos proveen el fundamento y nos instruyen sobre el tema de la preservación de la Biblia, afirmando claramente que la palabra de nuestro amado Dios permanecerá para siempre.
Jehová Dios como su único autor lo prometió a través del salmista David:
“El temor de Jehová es limpio, que permanece para siempre; Los juicios de Jehová son verdad, todos justos” (Salmo 19:99The fear of the Lord is clean, enduring for ever: the judgments of the Lord are true and righteous altogether. (Psalm 19:9)).
“Las palabras de Jehová son palabras limpias, Como plata refinada en horno de tierra, Purificada siete veces. Tú, Jehová, los guardarás, De esta generación los preservarás para siempre” (Salmo 12:6-76The words of the Lord are pure words: as silver tried in a furnace of earth, purified seven times. 7Thou shalt keep them, O Lord, thou shalt preserve them from this generation for ever. (Psalm 12:6‑7)).
“Para siempre, oh Jehová, Permanece tu palabra en los cielos” (Salmo 119:8989LAMED. For ever, O Lord, thy word is settled in heaven. (Psalm 119:89)).
En Isaías 40:7-8,7The grass withereth, the flower fadeth: because the spirit of the Lord bloweth upon it: surely the people is grass. 8The grass withereth, the flower fadeth: but the word of our God shall stand for ever. (Isaiah 40:7‑8) también claramente se ratifica: “La hierba se seca, y la flor se marchita ... mas la palabra del Dios nuestro permanece para siempre”. Y el apóstol Pedro lo menciona al decir: “siendo renacidos, no de simiente corruptible, sino de incorruptible, por la palabra de Dios que vive y permanece para siempre. Porque: Toda carne es como hierba, Y toda la gloria del hombre como flor de la hierba. La hierba se seca, y la flor se cae; Mas la palabra del Señor permanece para siempre. Y esta es la palabra que por el evangelio os ha sido anunciada” (1 Pedro 1:23-2523Being born again, not of corruptible seed, but of incorruptible, by the word of God, which liveth and abideth for ever. 24For all flesh is as grass, and all the glory of man as the flower of grass. The grass withereth, and the flower thereof falleth away: 25But the word of the Lord endureth for ever. And this is the word which by the gospel is preached unto you. (1 Peter 1:23‑25)).
El mismo Señor Jesucristo nos promete preservar su palabra y lo afirmó enfáticamente diciendo: “El cielo y la tierra pasarán, pero mis palabras no pasarán” (Mateo 24:3535Heaven and earth shall pass away, but my words shall not pass away. (Matthew 24:35); Marcos 13:3131Heaven and earth shall pass away: but my words shall not pass away. (Mark 13:31)).
Jesús lo expresó como un pacto de sal, pacto que tiene su origen en la Biblia y estaba establecido en el pueblo hebreo (Levítico 2:1313And every oblation of thy meat offering shalt thou season with salt; neither shalt thou suffer the salt of the covenant of thy God to be lacking from thy meat offering: with all thine offerings thou shalt offer salt. (Leviticus 2:13)) es decir es una promesa eterna, considerándose la sal como un símbolo de pureza, preservación, durabilidad y estabilidad, dada la importancia y la solemnidad de las palabras pronunciadas por Jesús.
La lectura de estos versículos nos confirma que siendo Dios el único autor de su palabra, ha protegido celosamente la conservación de las Sagradas Escrituras, las cuales contienen la voluntad de Dios para nuestras vidas. Sin embargo, Satanás a través de los enemigos de Dios y detractores de las Sagradas Escrituras tales como los modernistas, humanistas, ateos, y otros en muchas ocasiones con empeño y perversas persecuciones se han esforzado y tratado de desacreditar, desprestigiar, destruir y exterminar la Biblia o la palabra de Dios, para evitar que el pueblo que mora en tinieblas espirituales llegue al conocimiento de la luz que irradia verdad divina, el mensaje de salvación y vida eterna; y además con el temor de que se lleguen a descubrir las herejías, falsas doctrinas que ellos estaban enseñando por su propia cuenta, sin fundamento en la palabra de Dios. Pero en ningún sitio de la Biblia han podido encontrar errores, contradicciones o discrepancias, la Biblia subsiste perpetuamente.
Los de la tribu de Leví hasta Esdras fueron elegidos por Dios para ejercer el sacerdocio y preservar copias fieles y exactas de las Sagradas Escrituras; y, posteriormente los masoretas fueron los encargados de custodiar y preservar las copias de los manuscritos de la palabra de Dios. Es por esta razón que el texto hebreo preservado puro es designado y conocido como el Texto Masorético; y, el texto griego preservado puro es el llamado Texto Recibido o Receptus.
Salomón, hijo de David, rey de Jerusalén escribió en Eclesiastés 3:14: “He entendido que todo lo que Dios hace será perpetuo; sobre aquello no se añadirá, ni de ello se disminuirá; y lo hace Dios, para que delante de él teman los hombres”.
“Me postraré hacia tu santo templo, Y alabaré tu nombre por tu misericordia y tu fidelidad; Porque has engrandecido tu nombre, y tu palabra sobre todas las cosas” (Salmo 138:22I will worship toward thy holy temple, and praise thy name for thy lovingkindness and for thy truth: for thou hast magnified thy word above all thy name. (Psalm 138:2)).
La perversión de la Biblia habría comenzado con los mercaderes corruptos que plagiaban la palabra de Dios, como bien lo dijo el apóstol Pablo: “Pues no somos como muchos, que medran (se benefician) falsificando la palabra de Dios, sino que con sinceridad, como de parte de Dios, y delante de Dios, hablamos en Cristo” (2 Corintios 2:1717For we are not as many, which corrupt the word of God: but as of sincerity, but as of God, in the sight of God speak we in Christ. (2 Corinthians 2:17)).
“La Inspiración, la Revelación y la Preservación de la Palabra de Dios son las tres Doctrinas Bíblicas que nos enseñan cómo el Señor promete guardar inmutable lo que una vez comunicó al hombre, manifestándonos su gloria y amor para con nosotros”—Raúl Reyes Huerta
Moisés, para la preservación de las Sagradas Escrituras, ordenó al pueblo de Dios su lectura: “Cuando viniere todo Israel a presentarse delante de Jehová tu Dios en el lugar que él escogiere, leerás esta ley delante de todo Israel a oídos de ellos. Harás congregar al pueblo, varones y mujeres y niños, y tus extranjeros que estuvieren en tus ciudades, para que oigan y aprendan, y teman a Jehová vuestro Dios, y cuiden de cumplir todas las palabras de esta ley; y los hijos de ellos que no supieron, oigan, y aprendan a temer a Jehová vuestro Dios todos los días que viviereis sobre la tierra adonde vais” (Deuteronomio 31:11-1311When all Israel is come to appear before the Lord thy God in the place which he shall choose, thou shalt read this law before all Israel in their hearing. 12Gather the people together, men, and women, and children, and thy stranger that is within thy gates, that they may hear, and that they may learn, and fear the Lord your God, and observe to do all the words of this law: 13And that their children, which have not known any thing, may hear, and learn to fear the Lord your God, as long as ye live in the land whither ye go over Jordan to possess it. (Deuteronomy 31:11‑13)).
La preservación y subsistencia de la Biblia es prueba plena de su origen divino.
¿Estás leyendo tu Biblia, como la Palabra de Dios?
El desconocimiento de la Biblia parece ser una característica del tiempo actual.
Si preguntamos al joven lector, si lee y entiende la Biblia, algunos dirán que no la leen porque no la comprenden y además otros dirán que la Biblia es un libro para ancianos, un anticuado libro de historia que nada tiene que ver con la vida actual.
En tal razón a la Biblia se la considera como un libro sagrado actualmente anticuado, del cual la mayoría de los fieles cristianos dicen que es la palabra de Dios y la deben observar; pero muy pocos la leen, estudian y comprenden.
Es admisible que los que se dicen ser ateos y agnósticos nieguen a Dios y consecuentemente, también nieguen la inspiración divina de la Biblia, pero es inadmisible que algunos teólogos y lideres religiosos duden de la inspiración divina de las Sagradas Escrituras. Existen algunos cristianos que desconocen por completo la Biblia, porque sencillamente no la han leído, se conforman tan solo concurriendo a escuchar los sermones el fin de semana: y han aceptado ciegamente como ciertas las opiniones ajenas que actualmente se enseñan por cuenta propia desde el púlpito y las redes sociales; pero sus biblias permanecen empolvadas en la biblioteca del hogar, como un adorno más. Y, lo más insólito es que hay algunos “predicadores” que desacreditan la Biblia cuyo contenido debe ser el fundamento del mensaje que predican y deben vivirlo.
Al abrir la Biblia para leerla como: ¡La palabra de Dios!, y no por simple curiosidad, estamos abriendo un cofre repleto de las riquezas de la sabiduría de Dios, un manual de instrucciones que nos enseña la forma amena y satisfactoria de vivir una palpitante actualidad delante de Dios, y en su interior no encontramos nada falso o engañoso.
Cuando a través de la lectura de la Biblia estamos bien cimentados en la palabra de Dios, no es tan fácil que seamos engañados por falsas doctrinas humanas, filosofías vanas y huecas sutilezas; así, nosotros mismos nos mantendremos a salvo del engaño y salvaguardaremos a otros corderitos espirituales que pueden estar bajo nuestro cuidado y responsabilidad.
Anhelamos de todo corazón que para usted, mi estimado joven lector, la lectura y estudio de la Biblia, constituya una experiencia maravillosa y de vital importancia, y que con sencillez pueda entender el extraordinario mensaje que Dios tiene para cada uno de nosotros, esto es, llegar al conocimiento del personaje central de la Biblia, el Señor Jesucristo, el cual dijo: “Yo soy el camino, y la verdad, y la vida; nadie viene al Padre, sino por mí” (Juan 14:66Jesus saith unto him, I am the way, the truth, and the life: no man cometh unto the Father, but by me. (John 14:6)), pues: “en ningún otro hay salvación; porque no hay otro nombre bajo el cielo, dado a los hombres, en que podamos ser salvos” (Hechos 4:1212Neither is there salvation in any other: for there is none other name under heaven given among men, whereby we must be saved. (Acts 4:12)).
“Bienaventurado el varón que no anduvo en consejo de malos, Ni estuvo en camino de pecadores, Ni en silla de escarnecedores se ha sentado; Sino que en la ley de Jehová está su delicia, Y en su ley medita de día y de noche. Será como árbol plantado junto a corrientes de aguas, Que da su fruto en su tiempo, Y su hoja no cae; Y todo lo que hace, prosperará” ... “Nunca se apartará de tu boca este libro de la ley, sino que de día y de noche meditarás en él, para que guardes y hagas conforme a todo lo que en él está escrito; porque entonces harás prosperar tu camino, y todo te saldrá bien” ... “Nunca se aparten de ti la misericordia y la verdad; Átalas a tu cuello, Escríbelas en la tabla de tu corazón; Y hallarás gracia y buena opinión Ante los ojos de Dios y de los hombres” (Salmo 1:1-31Blessed is the man that walketh not in the counsel of the ungodly, nor standeth in the way of sinners, nor sitteth in the seat of the scornful. 2But his delight is in the law of the Lord; and in his law doth he meditate day and night. 3And he shall be like a tree planted by the rivers of water, that bringeth forth his fruit in his season; his leaf also shall not wither; and whatsoever he doeth shall prosper. (Psalm 1:1‑3); Josué 1:88This book of the law shall not depart out of thy mouth; but thou shalt meditate therein day and night, that thou mayest observe to do according to all that is written therein: for then thou shalt make thy way prosperous, and then thou shalt have good success. (Joshua 1:8); Proverbios 3:3-43Let not mercy and truth forsake thee: bind them about thy neck; write them upon the table of thine heart: 4So shalt thou find favor and good understanding in the sight of God and man. (Proverbs 3:3‑4)).
Sería muy bueno que podamos invocar a Dios como lo hizo Habacuc: “Oh Jehová, he oído tu palabra, y temí. Oh Jehová, aviva tu obra en medio de los tiempos, En medio de los tiempos hazla conocer; En la ira acuérdate de la misericordia” (Habacuc 3:22O Lord, I have heard thy speech, and was afraid: O Lord, revive thy work in the midst of the years, in the midst of the years make known; in wrath remember mercy. (Habakkuk 3:2)).
Deseo que la lectura de la Biblia sea para ti la máxima experiencia de tu vida, bendiciones.