Introducción

Te digo la verdad; os conviene que me vaya, porque si no me voy, el Consolador no vendrá a vosotros; pero si me voy, os lo enviaré (Juan 16:7). El carácter único de esta dispensación actual se define por dos circunstancias, nunca antes verdaderas: 1) Cristo, como hombre, es glorificado en lo alto; 2) el Espíritu Santo tiene una presencia personal y permanente aquí en la tierra. Es esto último (aunque depende del primero) el que deseo abordar en este folleto. Sin una comprensión bíblica de este tema tan importante, no podemos entender esta dispensación actual, ni caminar como cristianos. El papel del Espíritu Santo en la vida del creyente será nuestro enfoque principal. Se tocará el aspecto colectivo de la actividad del Espíritu, pero ese tema tan descuidado merece un tratamiento separado. Si la enseñanza concerniente al papel del Espíritu Santo dentro del individuo ha sido encontrada deficiente, debemos confesar que el papel colectivo del Espíritu de Dios, como morada dentro de la iglesia, ha sido completamente desacreditado, si no doctrinalmente, entonces ciertamente prácticamente.