La Iglesia, la cual es Su Cuerpo

Prefacio
Se ha sentido mucha necesidad de una declaración concisa y sencilla de los principios que deben guiar al pueblo del Señor a los cuales se les ha dado gracia y la fidelidad para ‘apartarse de iniquidad’ en la iglesia profesante (a la que Pablo compara con “una casa grande”) en los últimos años. Una cantidad tan grande de asechanzas y maquinaciones del enemigo han sido puestas en acción para impedirles andar en la verdad, que muchos se han hallado en una extrema dificultad para encontrar la senda de Dios en un laberinto de mal y corrupción tal como el que hay alrededor. Es de temer que las dificultades casi hayan disuadido a muchos de seguir buscando, si es que no los ha llevado a abandonar en desesperación los esfuerzos por descubrir la senda de Dios.
Siendo este el caso, los pocos comentarios que siguen a continuación (los cuales no contienen más que un compendio de los inmensos principios tratados) son presentados con la sincera y humilde esperanza de que el Señor los use para Su propia gloria, y las haga útiles para los hijos de Dios al tratar de discernir la senda de ellos en medio de las corrupciones de la cristiandad en estos postreros días. Una senda que es tan sencilla y clara para el creyente, una senda donde hay un ojo sencillo; y cuya verdad ha convencido más profundamente a medida que la han seguido, a las almas de aquellos a quienes un Dios de verdad ha guiado en ella por gracia.
Con la esperanza de que Él los use y los bendiga, estos comentarios son manifestados a Su Iglesia.
La Iglesia, la cual es Su cuerpo
En Efesios 1:22-23,22And hath put all things under his feet, and gave him to be the head over all things to the church, 23Which is his body, the fulness of him that filleth all in all. (Ephesians 1:22‑23) la Iglesia de Dios es denominada “su cuerpo”, el “cuerpo de Cristo”. Cuando Cristo fue exaltado al cielo como Hombre nosotros nos enteramos de que Dios “le ha constituido cabeza sobre todas las cosas, con respecto a su Iglesia, la cual es su cuerpo, el complemento de aquel que lo llena todo en todo” (Efesios 1:22-2322And hath put all things under his feet, and gave him to be the head over all things to the church, 23Which is his body, the fulness of him that filleth all in all. (Ephesians 1:22‑23) – VM). Véase también 1 Corintios 12:12,12For as the body is one, and hath many members, and all the members of that one body, being many, are one body: so also is Christ. (1 Corinthians 12:12) etc. “Porque de la manera que el cuerpo es uno mismo, mas tiene muchos miembros, y todos los miembros del cuerpo, siendo muchos, son un mismo cuerpo, así también es Cristo. Porque por un mismo Espíritu todos nosotros fuimos bautizados, para ser constituidos en un solo cuerpo, ora seamos judíos o griegos, ora seamos siervos o libres; y a todos se nos hizo beber de un mismo Espíritu. Porque el cuerpo no es un solo miembro, sino muchos”, etc. (1 Corintios 12:12-1412For as the body is one, and hath many members, and all the members of that one body, being many, are one body: so also is Christ. 13For by one Spirit are we all baptized into one body, whether we be Jews or Gentiles, whether we be bond or free; and have been all made to drink into one Spirit. 14For the body is not one member, but many. (1 Corinthians 12:12‑14) – VM). Por otra parte, en Colosenses 1:18,18And he is the head of the body, the church: who is the beginning, the firstborn from the dead; that in all things he might have the preeminence. (Colossians 1:18) Cristo resucitado de entre los muertos “es la cabeza del cuerpo, que es la iglesia; de la cual él es el principio, el primogénito de entre los muertos” (Colosenses 1:1818And he is the head of the body, the church: who is the beginning, the firstborn from the dead; that in all things he might have the preeminence. (Colossians 1:18) – VM). Cristo ha sido exaltado como Hombre al cielo después de consumar la obra de la redención en Su cruz.
Él estaba “con Dios” y “era Dios”, el Hijo eterno, antes de que todo lo que pudiéramos concebir tuviera un principio. Él fue glorificado como Hombre cuando ascendió a la diestra de Dios. Dios fue glorificado en cuanto al pecado por Él en la obra de Su cruz. Todo carácter moral de Dios —juez supremo, verdad, majestad, amor, justicia— todos glorificados y establecidos en esa obra de Jesús. “Ahora es glorificado el Hijo del Hombre, y Dios es glorificado en él. Si Dios es glorificado en él, Dios también le glorificará en sí mismo, y en seguida (es decir, sin esperar el día del reino sino en seguida) le glorificará” (Juan 13:31-3231Therefore, when he was gone out, Jesus said, Now is the Son of man glorified, and God is glorified in him. 32If God be glorified in him, God shall also glorify him in himself, and shall straightway glorify him. (John 13:31‑32)). Y así Dios “le levantó de entre los muertos, y le sentó a su diestra en las regiones celestiales, ... y le ha constituido cabeza sobre todas las cosas, con respecto a su Iglesia, la cual es su cuerpo” (Efesios 1:20-2220Which he wrought in Christ, when he raised him from the dead, and set him at his own right hand in the heavenly places, 21Far above all principality, and power, and might, and dominion, and every name that is named, not only in this world, but also in that which is to come: 22And hath put all things under his feet, and gave him to be the head over all things to the church, (Ephesians 1:20‑22) – VM).
Cuando Jesús fue glorificado el Espíritu Santo descendió del cielo en el día de Pentecostés conforme a la palabra del Señor: “Yo rogaré al Padre, y os dará otro Consolador, para que esté con vosotros para siempre ... el Consolador, el Espíritu Santo, a quien el Padre enviará en mi nombre” (Juan 14:16-2616And I will pray the Father, and he shall give you another Comforter, that he may abide with you for ever; 17Even the Spirit of truth; whom the world cannot receive, because it seeth him not, neither knoweth him: but ye know him; for he dwelleth with you, and shall be in you. 18I will not leave you comfortless: I will come to you. 19Yet a little while, and the world seeth me no more; but ye see me: because I live, ye shall live also. 20At that day ye shall know that I am in my Father, and ye in me, and I in you. 21He that hath my commandments, and keepeth them, he it is that loveth me: and he that loveth me shall be loved of my Father, and I will love him, and will manifest myself to him. 22Judas saith unto him, not Iscariot, Lord, how is it that thou wilt manifest thyself unto us, and not unto the world? 23Jesus answered and said unto him, If a man love me, he will keep my words: and my Father will love him, and we will come unto him, and make our abode with him. 24He that loveth me not keepeth not my sayings: and the word which ye hear is not mine, but the Father's which sent me. 25These things have I spoken unto you, being yet present with you. 26But the Comforter, which is the Holy Ghost, whom the Father will send in my name, he shall teach you all things, and bring all things to your remembrance, whatsoever I have said unto you. (John 14:16‑26)). “Os conviene que yo me vaya; porque si no me fuera, el Consolador no vendría a vosotros; mas si me fuere, os lo enviaré. Y cuando él venga”, etc. (Juan 16:7-87Nevertheless I tell you the truth; It is expedient for you that I go away: for if I go not away, the Comforter will not come unto you; but if I depart, I will send him unto you. 8And when he is come, he will reprove the world of sin, and of righteousness, and of judgment: (John 16:7‑8)). Además, cuando Él resucitó de entre los muertos mandó a Sus discípulos que “no se fueran de Jerusalén, sino que esperasen la promesa del Padre, la cual, les dijo, oísteis de mí. Porque Juan ciertamente bautizó con agua, mas vosotros seréis bautizados con el Espíritu Santo dentro de no muchos días” (Hechos 1:4-54And, being assembled together with them, commanded them that they should not depart from Jerusalem, but wait for the promise of the Father, which, saith he, ye have heard of me. 5For John truly baptized with water; but ye shall be baptized with the Holy Ghost not many days hence. (Acts 1:4‑5)).
Por otra parte: “Cuando llegó el día de Pentecostés, estaban todos unánimes juntos. Y de repente vino del cielo un estruendo como de un viento recio que soplaba, el cual llenó toda la casa donde estaban sentados ... Y fueron todos llenos del Espíritu Santo”. Leemos, “Jesús nazareno, varón aprobado por Dios entre vosotros con las maravillas, prodigios y señales que Dios hizo entre vosotros por medio de él ... a éste, entregado por el determinado consejo y anticipado conocimiento de Dios, prendisteis y matasteis por manos de inicuos, crucificándole; al cual Dios levantó ... Así que, exaltado por la diestra de Dios, y habiendo recibido del Padre la promesa del Espíritu Santo, ha derramado esto que vosotros veis y oís” (Hechos 2:1-2,4,22-24,331And when the day of Pentecost was fully come, they were all with one accord in one place. 2And suddenly there came a sound from heaven as of a rushing mighty wind, and it filled all the house where they were sitting. (Acts 2:1‑2)
4And they were all filled with the Holy Ghost, and began to speak with other tongues, as the Spirit gave them utterance. (Acts 2:4)
22Ye men of Israel, hear these words; Jesus of Nazareth, a man approved of God among you by miracles and wonders and signs, which God did by him in the midst of you, as ye yourselves also know: 23Him, being delivered by the determinate counsel and foreknowledge of God, ye have taken, and by wicked hands have crucified and slain: 24Whom God hath raised up, having loosed the pains of death: because it was not possible that he should be holden of it. (Acts 2:22‑24)
33Therefore being by the right hand of God exalted, and having received of the Father the promise of the Holy Ghost, he hath shed forth this, which ye now see and hear. (Acts 2:33)
).
El Espíritu Santo descendido del cielo en aquel entonces cuando el Señor Jesús fue glorificado está con la Iglesia para siempre, leemos “ ... para que esté con vosotros para siempre” (Juan 14:1616And I will pray the Father, and he shall give you another Comforter, that he may abide with you for ever; (John 14:16)); y, “Por un mismo Espíritu todos nosotros fuimos bautizados, para ser constituidos en un solo cuerpo, ... y a todos se nos hizo beber de un mismo Espíritu” (1 Corintios 12:1313For by one Spirit are we all baptized into one body, whether we be Jews or Gentiles, whether we be bond or free; and have been all made to drink into one Spirit. (1 Corinthians 12:13) – VM). Desde Su descenso Él une a todos los creyentes como un solo cuerpo, a su Cabeza exaltada al cielo. “El que se une al Señor, un espíritu es con él” (1 Corintios 6:1717But he that is joined unto the Lord is one spirit. (1 Corinthians 6:17)). Todos aquellos que, no importa dónde, están unidos a Cristo por el Espíritu Santo, componen la “Iglesia, la cual es su cuerpo”, el complemento o plenitud de Aquel que lo llena todo en todo. De ellos se dice que se les ha dado vida juntamente con Él, resucitados juntamente con Él y hechos sentar en los lugares celestiales con Cristo Jesús (Efesios 1:19; 2:5-619And what is the exceeding greatness of his power to us-ward who believe, according to the working of his mighty power, (Ephesians 1:19)
5Even when we were dead in sins, hath quickened us together with Christ, (by grace ye are saved;) 6And hath raised us up together, and made us sit together in heavenly places in Christ Jesus: (Ephesians 2:5‑6)
). Ellos no están aún en presencia corporal real allí pero esperan que Él venga y los lleve consigo: “Vendré otra vez, y os tomaré a mí mismo” (Juan 14:2-32In my Father's house are many mansions: if it were not so, I would have told you. I go to prepare a place for you. 3And if I go and prepare a place for you, I will come again, and receive you unto myself; that where I am, there ye may be also. (John 14:2‑3)).
Por lo tanto, la formación y el llamamiento de la Iglesia de Dios, o cuerpo de Cristo, comienza al descender el Espíritu Santo en Pentecostés y termina cuando el Señor Jesús viene a arrebatarla para salir al encuentro con Él en el aire (1 Tesalonicenses 4:1717Then we which are alive and remain shall be caught up together with them in the clouds, to meet the Lord in the air: and so shall we ever be with the Lord. (1 Thessalonians 4:17))1. A los Corintios nada les faltaba en ningún don “esperando la manifestación de nuestro Señor Jesucristo” (1 Corintios 1:77So that ye come behind in no gift; waiting for the coming of our Lord Jesus Christ: (1 Corinthians 1:7)). En Filipenses leemos, “Mas nuestra ciudadanía está en los cielos, de donde también esperamos al Salvador, al Señor Jesucristo” (Filipenses 3:2020For our conversation is in heaven; from whence also we look for the Saviour, the Lord Jesus Christ: (Philippians 3:20)). Y en Colosenses está escrito, “Cuando Cristo, vuestra vida, se manifieste, entonces vosotros también seréis manifestados con él en gloria” (Colosenses 3:44When Christ, who is our life, shall appear, then shall ye also appear with him in glory. (Colossians 3:4)).
Los tesalonicenses se volvieron “de los ídolos a Dios ... para esperar a su Hijo, cuando venga de los cielos” (1 Tesalonicenses 1:9-109For they themselves show of us what manner of entering in we had unto you, and how ye turned to God from idols to serve the living and true God; 10And to wait for his Son from heaven, whom he raised from the dead, even Jesus, which delivered us from the wrath to come. (1 Thessalonians 1:9‑10) – VM). Al escribirles, el Apóstol les presenta los detalles: “Nosotros que vivimos, que habremos quedado hasta la venida del Señor, de ninguna manera precederemos a los que ya durmieron ... (porque) los muertos en Cristo resucitarán primero. Luego nosotros, los que vivimos y habremos quedado, seremos arrebatados juntamente con ellos en las nubes, para el encuentro con el Señor en el aire; y así estaremos siempre con el Señor” (1 Tesalonicenses 4:15-1715For this we say unto you by the word of the Lord, that we which are alive and remain unto the coming of the Lord shall not prevent them which are asleep. 16For the Lord himself shall descend from heaven with a shout, with the voice of the archangel, and with the trump of God: and the dead in Christ shall rise first: 17Then we which are alive and remain shall be caught up together with them in the clouds, to meet the Lord in the air: and so shall we ever be with the Lord. (1 Thessalonians 4:15‑17) – RVA). “He aquí, os digo un misterio: No todos dormiremos; pero todos seremos transformados, en un momento, en un abrir y cerrar de ojos, a la final trompeta; porque se tocará la trompeta, y los muertos serán resucitados incorruptibles, y nosotros seremos transformados” (1 Corintios 15: 51-52). Este capítulo trata la resurrección de los santos: “Cristo, las primicias; luego los que son de Cristo, en su venida” (versículo 23), y nadie más.
Entonces, estos dos acontecimientos son el principio y el fin del llamamiento de la Iglesia de Dios, o cuerpo de Cristo, a saber, el descenso del Espíritu Santo en Pentecostés, y la venida del Señor para llevar a los santos al cielo. El Espíritu Santo une a los creyentes en un solo cuerpo, y los une a Cristo como cabeza de Su cuerpo. No hubo, ni podía haber habido alguna unión de este tipo en los tiempos del Antiguo Testamento. La salvación pertenecía a todos los santos en virtud de la obra de Cristo, los que habían existido antes que la Iglesia comenzó a ser formada, o los que existirán después que ella haya sido arrebatada; pero no hubo ninguna unión con Cristo, o posición en el cuerpo. La unión con Cristo es por la habitación del Espíritu Santo. Busque usted en vano en la Escritura el pensamiento común que reza, «unido a Cristo por la fe»: pues en la Escritura no existe un pensamiento tal. “El que se une al Señor, un espíritu es con él” y, “vuestro cuerpo es templo del Espíritu Santo, el cual está en vosotros, el cual tenéis de Dios” (1 Corintios 6:17-1917But he that is joined unto the Lord is one spirit. 18Flee fornication. Every sin that a man doeth is without the body; but he that committeth fornication sinneth against his own body. 19What? know ye not that your body is the temple of the Holy Ghost which is in you, which ye have of God, and ye are not your own? (1 Corinthians 6:17‑19)).
En tiempos del Antiguo Testamento la Cabeza no estaba en el cielo como Hombre; y el Espíritu Santo no había sido dado. Leemos, “Jesús se puso en pie, y clamó, diciendo: Si alguno tiene sed, venga a mí y beba. El que cree en mí, como dice la Escritura, de adentro de él fluirán ríos de agua viva. Esto empero lo dijo respecto del Espíritu, que los que creían en él habían de recibir; pues el Espíritu Santo no había sido dado todavía, por cuanto Jesús no había sido aún glorificado” (Juan 7:37-3937In the last day, that great day of the feast, Jesus stood and cried, saying, If any man thirst, let him come unto me, and drink. 38He that believeth on me, as the scripture hath said, out of his belly shall flow rivers of living water. 39(But this spake he of the Spirit, which they that believe on him should receive: for the Holy Ghost was not yet given; because that Jesus was not yet glorified.) (John 7:37‑39) – VM). Toda cosa buena de antaño, desde la Creación, fue hecha por el poder del Espíritu Santo; pero Él no fue dado en aquel entonces para habitar en el cuerpo de los creyentes, y unirlos así unos a otros, y a Cristo como en un solo cuerpo2.
Entonces, la Iglesia de Dios es el “cuerpo de Cristo”, y nada más. En el propósito eterno de Dios ella existía antes que el mundo existiera. Ahora ella no es del mundo, pero sus miembros son aquí extranjeros y peregrinos. Ella no será del mundo en los días de la era milenial aunque estará reinando sobre el mundo con Cristo. Y en el estado eterno ella conserva su propio carácter eterno cuando todas las diferencias del tiempo — judíos, gentiles, etc.— hayan fenecido. A Dios “sea gloria en la iglesia en Cristo Jesús por todas las edades, por los siglos de los siglos. Amén” (Efesios 3:2121Unto him be glory in the church by Christ Jesus throughout all ages, world without end. Amen. (Ephesians 3:21)).
Esto es, entonces, la Iglesia de Dios, el cuerpo de Cristo, a los ojos de Dios, y la posición normal de todos los creyentes que son miembros de dicho cuerpo. Los miembros más débiles, como los más fuertes, tienen su posición en él. Otra cosa es que ellos se den cuenta de su posición. Nosotros leemos en Efesios 5:30: “Somos miembros de su cuerpo, de su carne y de sus huesos”. Tal es la unión con Cristo de todos los que creen. Y recuerde usted que esto pudo ser dicho cuando Cristo hubo consumado la redención, resucitado de entre los muertos y ascendido al cielo, y no antes.
Valor práctico de la doctrina
Pero siendo esto así, nosotros podríamos pensar que la doctrina de la Iglesia, el cuerpo de Cristo, no tuviese ningún valor práctico para sus miembros. Yo deseo mencionar el inmenso valor práctico que ella contiene. Creo que nada puede ser más importante en el día actual. Con la doctrina vienen muchas verdades colaterales el poder de las cuales muchos del pueblo del Señor se han estado apropiando en estos días; tal es el verdadero carácter del ministerio cristiano, es decir, los dones de Cristo conferidos en Su cuerpo, evangelista, pastor y maestro, etc. (Efesios 4:7-127But unto every one of us is given grace according to the measure of the gift of Christ. 8Wherefore he saith, When he ascended up on high, he led captivity captive, and gave gifts unto men. 9(Now that he ascended, what is it but that he also descended first into the lower parts of the earth? 10He that descended is the same also that ascended up far above all heavens, that he might fill all things.) 11And he gave some, apostles; and some, prophets; and some, evangelists; and some, pastors and teachers; 12For the perfecting of the saints, for the work of the ministry, for the edifying of the body of Christ: (Ephesians 4:7‑12)), la amplia libertad del ministerio cristiano usado por el Espíritu Santo que distribuye individualmente a cada uno según la voluntad de Él (1 Corintios 12), etc., etc. Pero yo paso estos por alto por la importancia actual del tema que está ante mis lectores.
Casi no necesito decir ahora que el cuerpo en su integridad es el número total de creyentes reunidos por el Espíritu Santo entre Pentecostés y la venida del Señor, y unidos en un solo cuerpo a Él como Cabeza. Pero, en la medida en que el cuerpo nunca está reunido en su integridad en el mundo, en un momento dado entre estos dos acontecimientos, hay otro aspecto del uso de la palabra “cuerpo”. Nosotros encontramos que los miembros de Cristo que están en la tierra en cualquier momento dado entre los dos acontecimientos son siempre tratados en las Escrituras como el “cuerpo de Cristo”. “Vosotros pues sois el cuerpo de Cristo, e individualmente sois miembros de él”, escribe el Apóstol a la Asamblea de Dios en Corinto (1 Corintios 12:2727Now ye are the body of Christ, and members in particular. (1 Corinthians 12:27) – VM). “Hay un solo cuerpo y un solo Espíritu” (Efesios 4:44There is one body, and one Spirit, even as ye are called in one hope of your calling; (Ephesians 4:4) – RVA). Esto es muy importante ya que nos presenta el uso práctico de la doctrina; de otra manera podríamos propender a tratarlo como si perteneciera sólo al cuerpo en su integridad y aspecto celestial, y por lo tanto no tendría valor práctico alguno. Incluso la Asamblea de Dios en Corinto era en principio el “cuerpo de Cristo”. Se reunía en el terreno y el principio del cuerpo, aparte del mundo.
La Cena del Señor
El apóstol Pablo, el cual revela la verdad de la Iglesia y a cuyo ministerio le fue dado hacerlo, recibió una revelación especial acerca de la Cena del Señor (1 Corintios 11:23-2523For I have received of the Lord that which also I delivered unto you, That the Lord Jesus the same night in which he was betrayed took bread: 24And when he had given thanks, he brake it, and said, Take, eat: this is my body, which is broken for you: this do in remembrance of me. 25After the same manner also he took the cup, when he had supped, saying, This cup is the new testament in my blood: this do ye, as oft as ye drink it, in remembrance of me. (1 Corinthians 11:23‑25)), y esto en relación con el misterio de “Cristo y la Iglesia”, Su cuerpo, misterio que le fue confiado (Efesios 3:2-92If ye have heard of the dispensation of the grace of God which is given me to you-ward: 3How that by revelation he made known unto me the mystery; (as I wrote afore in few words, 4Whereby, when ye read, ye may understand my knowledge in the mystery of Christ) 5Which in other ages was not made known unto the sons of men, as it is now revealed unto his holy apostles and prophets by the Spirit; 6That the Gentiles should be fellowheirs, and of the same body, and partakers of his promise in Christ by the gospel: 7Whereof I was made a minister, according to the gift of the grace of God given unto me by the effectual working of his power. 8Unto me, who am less than the least of all saints, is this grace given, that I should preach among the Gentiles the unsearchable riches of Christ; 9And to make all men see what is the fellowship of the mystery, which from the beginning of the world hath been hid in God, who created all things by Jesus Christ: (Ephesians 3:2‑9); Colosenses 1:24-2524Who now rejoice in my sufferings for you, and fill up that which is behind of the afflictions of Christ in my flesh for his body's sake, which is the church: 25Whereof I am made a minister, according to the dispensation of God which is given to me for you, to fulfil the word of God; (Colossians 1:24‑25)). La Cena del Señor conforme a Dios une dos cosas, a saber, la muerte del Señor y Su regreso. Al participar de la Cena, anunciamos Su muerte, por la cual tenemos vida y redención, hasta que Él venga. “Todas las veces que comiereis este pan, y bebiereis esta copa, la muerte del Señor anunciáis hasta que él venga” (1 Corintios 11:2626For as often as ye eat this bread, and drink this cup, ye do show the Lord's death till he come. (1 Corinthians 11:26)). Pero la Cena del Señor es más que esto; ella es también el símbolo de la unidad del cuerpo de Cristo. Nosotros no podemos participar de ella, conforme a Dios, sin reconocer esto. Si sólo dos o tres miembros de Cristo se reunieran ahora —cuando la manifestación externa de la unidad del cuerpo de Cristo está destruida— para partir el pan (como tales ellos tienen el privilegio de hacerlo, véase Hechos 20:77And upon the first day of the week, when the disciples came together to break bread, Paul preached unto them, ready to depart on the morrow; and continued his speech until midnight. (Acts 20:7); 1 Corintios 11:2020When ye come together therefore into one place, this is not to eat the Lord's supper. (1 Corinthians 11:20)), ellos expresan en el acto la unidad del “cuerpo de Cristo”. “La copa de bendición que bendecimos, ¿no es la comunión de la sangre de Cristo? El pan que partimos, ¿no es la comunión del cuerpo de Cristo? Porque habiendo un solo pan, nosotros, siendo muchos, somos un solo cuerpo; porque todos participamos de aquel pan, que es uno solo” (1 Corintios 10:16-1716The cup of blessing which we bless, is it not the communion of the blood of Christ? The bread which we break, is it not the communion of the body of Christ? 17For we being many are one bread, and one body: for we are all partakers of that one bread. (1 Corinthians 10:16‑17) – VM).
De modo que es imposible participar de la Cena del Señor en su verdadero sentido, conforme a la Escritura, sin expresar en el acto la unidad del cuerpo de Cristo. Y de ahí el hecho no Escriturario de intentar asumir el terreno de la independencia, o aquel que es asumido por las diferentes sectas o iglesias humanas, así llamadas.
Es con referencia a la Cena que una disciplina es ejercida, ya sea el juicio propio, o la disciplina de la Asamblea, o la del propio Señor. Ella se convierte así en un centro moral —no, obviamente, el centro, sino un centro moral— y una prueba para la conciencia del cristiano individual o de la Asamblea. Es con referencia a la Cena que el creyente individual examina su conducta y andar; no dejándolo susceptible a otras disciplinas. “Si, pues, nos examinásemos a nosotros mismos, no seríamos juzgados” (1 Corintios 11:3131For if we would judge ourselves, we should not be judged. (1 Corinthians 11:31)). Al faltar este escrutinio personal de nosotros mismos la Asamblea, que era reunida por el Espíritu en el terreno y el principio del cuerpo, tuvo la responsabilidad de quitar de entre ellos a ese perverso (véase 1 Corintios 5:13,13But them that are without God judgeth. Therefore put away from among yourselves that wicked person. (1 Corinthians 5:13) y todo el capítulo); y si ellos fracasaban en esto el Señor ejercía la necesaria y descuidada disciplina; y leemos, “Por lo cual hay muchos enfermos y debilitados entre vosotros, y muchos duermen” (1 Corintios 11:3030For this cause many are weak and sickly among you, and many sleep. (1 Corinthians 11:30)). Incluso ellos habían sido quitados por medio de la muerte. De modo que nosotros vemos que el escrutinio personal de nosotros mismos, la disciplina de la Asamblea, y la del Señor cuando las otras dos eran descuidadas, todas ellas eran ejercidas con referencia a la Cena, la cual es el símbolo de la unidad del cuerpo de Cristo.
Este es un principio inconmensurable, especialmente en estos días de ruina en la iglesia profesante. En estos días cuando incluso dos o tres que han sido reunidos de esta manera, separados del mal, son responsables de todo esto. “¿No juzgáis vosotros a los que están dentro?” (1 Corintios 5:1212For what have I to do to judge them also that are without? do not ye judge them that are within? (1 Corinthians 5:12)). Y además, es el único modo de obrar que la Escritura conoce o reconoce; y es la única manera en que podemos reunirnos conforme a Dios; a saber, en los principios del cuerpo de Cristo en el nombre del Señor. Incluso dos o tres son plenamente competentes y responsables, aunque no sean todo el cuerpo, para todo esto, incluso tal como son vistos en la tierra en un momento dado, o en un lugar determinado, y no pretenden serlo; y, además, ni por un momento pretender establecer o reconstruir nada, ni manifestar alguna unidad —aunque ellos lo expresen en la Cena, lo cual es otra cosa muy distinta— en la ruina de la Iglesia profesante de la cristiandad. Si ellos intentaran hacer esto, solo sería un fracaso y pronto descubrirían su error.
Por otra parte, ellos están necesariamente en comunión con todos los que hubiesen sido así reunidos, en el nombre del Señor, en el terreno y los principios de un solo cuerpo y un solo Espíritu, que actúa en el un solo cuerpo, sin importar dónde se encuentren ellos, sin que el espacio y la localidad hagan alguna diferencia. Por lo tanto, es inevitable que ellos deban estar en comunión con todos los que están así reunidos, mientras que, al mismo tiempo, no pretendiendo ser el cuerpo completo tal como es visto en la tierra en cualquier momento dado, ni hacerlo de tal manera que excluyan a otros miembros del cuerpo que no están así reunidos ante Dios, pues el derecho de todos a estar con ellos es la membresía de Cristo, y la correspondiente santidad de andar y de manera de vivir.
La Casa de Dios3
La Iglesia tiene otro aspecto y nosotros lo encontramos en Efesios 2:20-22: ella es la casa de Dios aquí abajo, la morada de Dios por el Espíritu. Los santos son edificados sobre el fundamento de los apóstoles y de los profetas, (Efesios 3:55Which in other ages was not made known unto the sons of men, as it is now revealed unto his holy apostles and prophets by the Spirit; (Ephesians 3:5) demuestra que los profetas mencionados son los profetas del Nuevo Testamento), siendo Jesucristo mismo la principal piedra del ángulo. Este edificio es la cosa verdadera que Dios edifica. Pero cuando vamos a 1 Corintios 3 encontramos lo que el hombre edifica. Los corintios eran, como responsables ante el mundo, “edificio de Dios” (versículo 9) y “templo de Dios” (versículos 16-17). Pablo, como perito arquitecto, puso el fundamento en sus doctrinas, y ningún otro puede ser puesto; este fundamento estaría firme (2 Timoteo 2:1919Nevertheless the foundation of God standeth sure, having this seal, The Lord knoweth them that are his. And, Let every one that nameth the name of Christ depart from iniquity. (2 Timothy 2:19)).
Luego el hombre comenzó a edificar e introdujo sobre el fundamento “madera, heno, hojarasca”, así como “oro, plata, piedras preciosas”, doctrinas nocivas e inútiles, personas, etc., con las cuales la casa está ahora llena, y mediante las cuales ella ha sido edificada por el hombre. Pero el Espíritu Santo no abandonó la casa. La casa comenzó a extender sus proporciones, desproporcionadamente con respecto al cuerpo, con el que había sido coincidente al principio. El cuerpo siguió siendo la cosa verdadera que Dios había formado.
De este modo la casa, en lugar de mantener su estado primigenio, es decir, la “casa de Dios, que es la iglesia del Dios viviente, columna y baluarte (o base) de la verdad” (1 Timoteo 3:1515But if I tarry long, that thou mayest know how thou oughtest to behave thyself in the house of God, which is the church of the living God, the pillar and ground of the truth. (1 Timothy 3:15)) se convirtió en una “casa grande”, con vasos para honra y vasos para deshonra en ella (2 Timoteo 2:2020But in a great house there are not only vessels of gold and of silver, but also of wood and of earth; and some to honor, and some to dishonor. (2 Timothy 2:20) – JND). Aun así, el Espíritu Santo estaba allí; y en cuanto a la responsabilidad ella permaneció como la casa de Dios en el mundo. Por eso Pedro nos dice que “es tiempo de que el juicio comience por la casa de Dios”, (un principio invariable en las Escrituras, véase 1 Pedro 4:1717For the time is come that judgment must begin at the house of God: and if it first begin at us, what shall the end be of them that obey not the gospel of God? (1 Peter 4:17). El cuerpo está infaliblemente seguro: y el Señor lo saca, saca lo verdadero, de la casa; y el juicio es ejercido sobre aquello que es responsable aquí abajo, y que así es tratado y juzgado conforme a la responsabilidad que había asumido. Yo no necesito añadir que la casa es toda la Iglesia profesante, compuesta de todas las sectas y sistemas, sin excluir a ninguno de los que están en ella.
Yo añadiría aquí una palabra acerca de la responsabilidad de los que son de Cristo. Al principio, en Hechos 2:47,47Praising God, and having favor with all the people. And the Lord added to the church daily such as should be saved. (Acts 2:47) “El Señor añadía cada día a la iglesia los que habían de ser salvos”. La iglesia (o Asamblea, que es la palabra correcta) era en aquel entonces una cosa a la que personas podían ser añadidas. Pero cuando llegamos al estado de cosas en 2 Timoteo, encontramos que en lugar de haber algo a lo que añadir una persona, nosotros leemos que “el Señor conoce a los que son suyos”, en lo que Él compara con una “casa grande”. La responsabilidad de cada uno es entonces, “Apártese de iniquidad”. Él no puede abandonar la casa de Dios, ni puede enmendar los asuntos ahora; por otra parte, tampoco ha de quedar satisfecho con las corrupciones de la casa; pero debe apartarse de iniquidad, — separarse de todo lo que deshonra al Señor en ella; y que él mismo se limpie de los vasos para deshonra a fin de que sea un vaso para honra, santificado y útil para el uso del Amo: que sea personalmente puro, y que se identifique con los que han hecho lo mismo y que de corazón puro invocan al Señor. Leemos, “Sin embargo, el firme fundamento de Dios permanece, teniendo este sello: El Señor conoce a los que son suyos; y, que todo aquel que invoca el nombre del Señor se aparte de la iniquidad. Empero en una casa grande, hay no solamente vasos de oro y de plata, sino también de madera y de barro: y algunos son para honra, y otros para deshonra. Si pues alguno se limpiare de éstos, separándose él mismo de ellos, será un vaso para honra, santificado, útil al amo, y preparado para toda buena obra. Mas huye de las pasiones juveniles, y sigue tras la justicia, la fe, el amor, la paz, con los que de corazón puro invocan al Señor (2 Timoteo 2:19-2219Nevertheless the foundation of God standeth sure, having this seal, The Lord knoweth them that are his. And, Let every one that nameth the name of Christ depart from iniquity. 20But in a great house there are not only vessels of gold and of silver, but also of wood and of earth; and some to honor, and some to dishonor. 21If a man therefore purge himself from these, he shall be a vessel unto honor, sanctified, and meet for the master's use, and prepared unto every good work. 22Flee also youthful lusts: but follow righteousness, faith, charity, peace, with them that call on the Lord out of a pure heart. (2 Timothy 2:19‑22) – JND).
La Asamblea de Dios
La palabra ‘asamblea’ o ‘iglesia’ es usada de dos maneras en las Escrituras. Si nosotros consideramos a Cristo en lo alto ella es Su cuerpo en la tierra; Si miramos hacia abajo ella es el cuerpo profesante. Obviamente, a nivel local se podía dirigir la palabra a la asamblea o iglesia de Dios en tal o cual lugar en aquel entonces, porque ella existía allí. Ahora bien, si Dios tuviera que escribir ahora una epístola a través de un Apóstol a ‘la asamblea o iglesia de Dios’ en un lugar tal, nadie podría reclamar la carta. Porque ninguna secta o sistema es “la Asamblea o iglesia de Dios”, ni nadie puede reivindicar serlo. Si es que lo hiciera ello sería para excluir a los otros miembros de Cristo en las sectas circundantes. Los santos pueden, y deben, andar en la verdad de ella y obedeciendo la palabra de Dios. Pero en el mejor de los casos ellos son un remanente: y un testimonio (si realmente andan en la verdad) del fracaso de la iglesia de Dios. Su testimonio debe ser: 1º, Un testimonio de la verdad de la iglesia tal como ella era, en el principio perdurable de “un solo cuerpo y un solo Espíritu” (Efesios 4:44There is one body, and one Spirit, even as ye are called in one hope of your calling; (Ephesians 4:4) – RVA), y 2º, un testimonio del estado de la iglesia tal como es.
Cuando los cristianos han salido de los sistemas y sectas encuentran tal ruina alrededor que ellos apenas saben qué hacer; y encontrando las cosas en tal confusión recurren al principio de Mateo 18:20,20For where two or three are gathered together in my name, there am I in the midst of them. (Matthew 18:20) “donde están dos o tres congregados en mi nombre, allí estoy yo en medio de ellos”; y muchas dificultades han surgido cuando ellos no se han apropiado igualmente de los principios eternos de la iglesia de Dios, a saber, “un solo cuerpo y un solo Espíritu”. La promesa en Mateo 18:2020For where two or three are gathered together in my name, there am I in the midst of them. (Matthew 18:20) es verdaderamente bienaventurada, pero ella debe ser usada en referencia a la posterior revelación de la iglesia presentada por el apóstol Pablo. Lo primero que hay que constatar es: ¿qué es la iglesia (el cuerpo)? Y luego, de qué manera incluso dos o tres pueden congregarse, separados del mal, y ser considerados competentes por el Señor para ejercer toda la disciplina necesaria cuando ellos están así congregados.
Nosotros no tenemos necesidad alguna de dejar las epístolas de Pablo para apropiarnos de los principios. Y luego, cuando nos apropiamos así de principios que nunca sufren alteración, y de cuya observancia nosotros somos siempre responsables ante el Señor, se debe esperar en la promesa de Mateo 18:2020For where two or three are gathered together in my name, there am I in the midst of them. (Matthew 18:20) y ello es muy bienaventurado. Cuando ellos están así congregados, son moralmente una “asamblea o iglesia de Dios”, y la única cosa que el Señor reconoce como tal. Si no, ¿qué más? Al mismo tiempo, yo evitaría el abuso de la palabra “asamblea o iglesia”. Si ellos afirmaran ser “la asamblea o iglesia de Dios” en cualquier lugar, excluyendo a otros miembros del cuerpo que pudiesen estar en las sectas, ellos estarían equivocados, y estarían fuera del terreno que Dios puede reconocer y ha reconocido y bendecido. De lo contrario, no hay peligro alguno en el uso de la palabra. Ellos son una asamblea de Dios congregada en el nombre del Señor. Y además, al hacer esto, ellos nunca contemplan la reconstrucción de nada. Ellos están juntos en el único terreno que la Escritura conoce.
“La unidad del Espíritu”
Es el privilegio de todos aquellos que aman al Señor Jesucristo, y no sólo su privilegio sino también su responsabilidad, procurar “con diligencia guardar la unidad del Espíritu en el vínculo de la paz” (Efesios 4:33Endeavoring to keep the unity of the Spirit in the bond of peace. (Ephesians 4:3) – RVA). La unidad del Espíritu no es unanimidad de sentimientos u opiniones, aunque cuanta más espiritualidad exista más se encontrará esto. Es la unidad del un solo cuerpo de Cristo por medio del Espíritu Santo. El Apóstol había explicado en Efesios 2 la obra de Cristo en la cruz poniendo el fundamento de esta unidad, al hacer la paz, derribando la pared Intermedia de separación entre judíos y gentiles, para reconciliar con Dios a ambos en un solo cuerpo por medio de la cruz, dando entrada a ambos por un solo Espíritu, por medio de Él, al Padre.
Aquellos que así son juntados de judíos y gentiles son bautizados en un solo cuerpo por el Espíritu Santo desde Su descenso en Pentecostés (véase Hechos 1:55For John truly baptized with water; but ye shall be baptized with the Holy Ghost not many days hence. (Acts 1:5); 1 Corintios 12:12-13,12For as the body is one, and hath many members, and all the members of that one body, being many, are one body: so also is Christ. 13For by one Spirit are we all baptized into one body, whether we be Jews or Gentiles, whether we be bond or free; and have been all made to drink into one Spirit. (1 Corinthians 12:12‑13) etc.), y son unidos a Cristo como Cabeza del cuerpo (Efesios 2:20-2120And are built upon the foundation of the apostles and prophets, Jesus Christ himself being the chief corner stone; 21In whom all the building fitly framed together groweth unto an holy temple in the Lord: (Ephesians 2:20‑21); Colosenses 1:1818And he is the head of the body, the church: who is the beginning, the firstborn from the dead; that in all things he might have the preeminence. (Colossians 1:18)), llegando a ser en la tierra morada de Dios en el Espíritu (Efesios 2:20-2220And are built upon the foundation of the apostles and prophets, Jesus Christ himself being the chief corner stone; 21In whom all the building fitly framed together groweth unto an holy temple in the Lord: 22In whom ye also are builded together for an habitation of God through the Spirit. (Ephesians 2:20‑22)). Habiendo sido formada esta unidad por el Espíritu Santo, ella está bajo Su custodia; pero el Apóstol, después de desvelar el misterio (Efesios 2 y 3) exhorta a los miembros del cuerpo, es decir, a todos los creyentes, que procuren con diligencia guardar la unidad que el Espíritu Santo así constituye, añadiendo él que: “hay un solo cuerpo y un solo Espíritu” (Efesios 4:3-43Endeavoring to keep the unity of the Spirit in the bond of peace. 4There is one body, and one Spirit, even as ye are called in one hope of your calling; (Ephesians 4:3‑4) – RVA). Todo creyente pertenece a este cuerpo. Lo que uno sostiene no son opiniones sino que de lo que estamos hablando es de la membresía de Cristo, el hecho de ser miembros de Cristo. Esto es lo que da derecho a cada uno a unirse con los demás, quienes lo están haciendo en debilidad por medio de la gracia para hacer avanzar así el designio de Dios, con la energía de un corazón obediente, y con esa humildad, mansedumbre y paciencia, y soportándose unos a otros en amor, lo cual es mucho más necesario en días de decadencia y ruina.
Por lo tanto, la unidad del Espíritu no depende de la unanimidad de opiniones o de la claridad de propósitos, o de lo que todos los miembros del cuerpo de Cristo comprenden, sino del hecho de que ellos pertenecen a ese cuerpo. La Cena del Señor expresa su unidad, como hemos visto, y todos los miembros tienen derecho en el acto de “partir el pan”, a recordar la muerte del Señor, y esperar Su venida, y a reconocer que son un solo cuerpo. Nadie debe ser excluido excepto aquellos que no están andando en santidad, o están a sabiendas en malas asociaciones, o que están afuera en disciplina, Yo no tengo duda alguna de que el Señor reconocerá, en Su propio tiempo, la fidelidad de aquellos que en sinceridad de corazón para con Cristo se les ha concedido la gracia para hacerlo en estos días de superabundante maldad.
 
1. Yo no diferencio aquí (lo que las Escrituras hacen claramente) la venida a buscar a los santos, de Su aparición o manifestaciones en gloria con ellos, ya que nuestro tema actual no necesita que lo hagamos.
2. Lo importante es la diferencia entre Su obra y Su venida a morar en la Iglesia. Él obró antes del día de Pentecostés; luego Él vino. Así como el Hijo de Dios obró en la creación y en los días del Antiguo Testamento; pero Él vino en Su encarnación. Usted nunca tiene a Dios morando en la tierra hasta que la redención fue consumada. Nosotros encontramos esto en la redención de carácter típico de Israel. Antes de eso Dios visitó la tierra: Él no habitó. Él visitó a Adán en el Huerto, no habitó con Adán. Él visitó a los patriarcas —vino y comió a la puerta de la tienda con Abraham en gracia condescendiente; pero no habitó con él—. Pero en el momento en que una redención típica es consumada e Israel es liberado, Dios descendió para morar entre ellos en la columna de nube y la gloria.
Como leemos en Éxodo 29:46: “Yo soy Jehová su Dios, que los saqué de la tierra de Egipto, para habitar en medio de ellos”. De modo que después que Cristo murió y resucitó y fue a lo alto habiendo consumado la redención, el Espíritu Santo descendió para morar, y Él mora con la Iglesia para siempre. Su presencia es un testimonio de que somos aceptos y de la perfección de la obra de Cristo en la que nosotros estamos. No es solamente que un hombre nace de nuevo y todos sus pecados son quitados, declarando Dios que nunca más se acordará de ellos (Hebreos 10:1717And their sins and iniquities will I remember no more. (Hebrews 10:17)); sino que el Espíritu Santo ha descendido y mora en el creyente como un sello de redención por medio de la obra de Cristo en la cual él está. Esto es otra cosa muy diferente a nacer de nuevo (Véase Gálatas 3:2626For ye are all the children of God by faith in Christ Jesus. (Galatians 3:26)). “Pues todos sois hijos de Dios por la fe en Cristo Jesús”.
Luego, en Gálatas 4:66And because ye are sons, God hath sent forth the Spirit of his Son into your hearts, crying, Abba, Father. (Galatians 4:6) leemos: “Y por cuanto sois hijos (no para que ellos lo sean), Dios envió a vuestros corazones el Espíritu de su Hijo, el cual clama: ¡Abba, Padre!” Antes del día de Pentecostés un santo era uno nacido de nuevo. Desde aquel momento un creyente no sólo nace de Dios y sabe que sus pecados han sido llevados por Cristo y quitados, sino que el Espíritu Santo mora en su cuerpo uniéndolo a Cristo en el cielo (“El que se une al Señor, un espíritu es con él” – 1 Corintios 6:1717But he that is joined unto the Lord is one spirit. (1 Corinthians 6:17)). Él creyente lo sabe en la conciencia de su alma porque el Señor dijo: “En aquel día (es decir, el día del Espíritu) vosotros conoceréis que yo estoy en mi Padre, y vosotros en mí, y yo en vosotros” (Juan 14:2020At that day ye shall know that I am in my Father, and ye in me, and I in you. (John 14:20)).
3. Una comprensión correcta de la diferencia entre el “cuerpo” y la “casa” es de suma importancia, y es fundamental para la comprensión de muchos pasajes y de gran parte de la enseñanza del Nuevo Testamento. La Iglesia profesante ha mezclado ambas cosas atribuyendo a la “casa” los privilegios del “cuerpo”.