D.E. Rule
“Jesús ... dijo a Sus discípulos: A la verdad la mies es mucha, mas los obreros pocos. Rogad, pues, al Señor de la mies, que envíe obreros a Su mies” (Mateo 9:35,37-3835And Jesus went about all the cities and villages, teaching in their synagogues, and preaching the gospel of the kingdom, and healing every sickness and every disease among the people. (Matthew 9:35)
37Then saith he unto his disciples, The harvest truly is plenteous, but the laborers are few; 38Pray ye therefore the Lord of the harvest, that he will send forth laborers into his harvest. (Matthew 9:37‑38))
Dubái forma parte de los Emiratos Árabes Unidos, un grupo de siete emiratos (como mini países unidos) en el Medio Oriente al lado del Golfo Pérsico. La capital del grupo es Abu Dabi, un lugar que tiene mucho petróleo. Dubái se ha esforzado en tratar de convertirse en el centro financiero y tecnológico del Medio Oriente. Además de las construcciones que existen en el suelo, están construyendo islas en el Golfo en forma de palmeras. Pero con la recesión económica, anunciaron que van a tener que demorarse en el pago de 60 mil millones de dólares que deben por préstamos.
Los árabes son quienes controlan Dubái y los otros Emiratos, aunque no sean la mayoría de la población debido al número de inmigrantes que vienen sobre todo de la India, Pakistán, las Islas Filipinas y otros países. Pero casi las dos terceras partes de la población son musulmanes. Es decir que los descendientes de Ismael, uno de los hijos de Abraham, son muchos. Sin embargo, Dios escogió a Jacob, de quien descienden los judíos.
Como sabemos, el Medio Oriente en su mayoría está compuesto por musulmanes, muchos de los cuales son descendientes de Ismael, el hijo de Abraham y Agar, y por tanto medio hermano de Isaac, el cual es padre de Jacob y de quien provienen los doce hijos de Israel. El Corán enseña que en fin los musulmanes deben matar a todos los judíos. Todos los esfuerzos para tratar de tener paz entre los dos pueblos han fracasado. El único que puede traer paz al Medio Oriente es el Señor Jesucristo cuando venga al final de la gran tribulación para poner en orden las cosas. Él vendrá con nosotros quienes somos salvos y gobernará perfectamente sobre la tierra durante los mil años del milenio.
En Dubái y el resto de los Emiratos Árabes Unidos, hay un poco más de libertad que en Arabia Saudita, para que los creyentes en el Señor Jesucristo puedan reunirse calladamente. La dificultad para poder compartir el evangelio con los árabes musulmanes es muy grande; y, es aun más difícil con las mujeres que con los hombres. Entre los árabes hay creyentes que han tenido que pagar con su vida por testificar del Señor Jesucristo.
Dentro del país, entre los muchos que han venido de otros países están musulmanes, hindúes, y algunos creyentes. Y de algunos que han venido de ciertos grupos de Irán y Pakistán, no se conoce que haya creyentes.
Aunque Dubái ha prosperado mucho últimamente, lo que necesita es prosperar espiritualmente. Durante el tiempo del Ramadán, muchos de los hombres salen a las mezquitas, las plazas y las calles fuera de las mezquitas para orar, a tempranas horas en la madrugada como las 2 am. Qué diferente sería si esas oraciones estuviesen dirigidas a Dios el Padre y al Señor Jesucristo en vez de a Alá, un dios falso y no vivo. Podemos orar para que en medio de todas estas dificultades “la palabra de Dios corra y sea glorificada”.