Articles on

Proverbs 2

Pr. 2:16 KJV (With Strong’s)

+
16
To deliver
natsal (Hebrew #5337)
to snatch away, whether in a good or a bad sense
KJV usage: X at all, defend, deliver (self), escape, X without fail, part, pluck, preserve, recover, rescue, rid, save, spoil, strip, X surely, take (out).
Pronounce: naw-tsal'
Origin: a primitive root
thee from thez strange
zuwr (Hebrew #2114)
to turn aside (especially for lodging); hence to be a foreigner, strange, profane; specifically (active participle) to commit adultery
KJV usage: (come from) another (man, place), fanner, go away, (e-)strange(-r, thing, woman).
Pronounce: zoor
Origin: a primitive root
woman
'ishshah (Hebrew #802)
irregular plural, nashiym {naw-sheem'}; a woman (used in the same wide sense as 582)
KJV usage: (adulter)ess, each, every, female, X many, + none, one, + together, wife, woman. Often unexpressed in English.
Pronounce: ish-shaw'
Origin: feminine of 376 or 582
, even from the stranger
nokriy (Hebrew #5237)
strange, in a variety of degrees and applications (foreign, non-relative, adulterous, different, wonderful)
KJV usage: alien, foreigner, outlandish, strange(-r, woman).
Pronounce: nok-ree'
Origin: from 5235 (second form)
which flattereth
chalaq (Hebrew #2505)
to be smooth (figuratively); by implication (as smooth stones were used for lots) to apportion or separate
KJV usage: deal, distribute, divide, flatter, give, (have, im-)part(-ner), take away a portion, receive, separate self, (be) smooth(-er).
Pronounce: khaw-lak'
Origin: a primitive root
with her words
'emer (Hebrew #561)
something said
KJV usage: answer, X appointed unto him, saying, speech, word.
Pronounce: ay'-mer
Origin: from 559
;

More on:

+

Cross References

+

Ministry on This Verse

+
deliver.
Pr. 5:3‑20• 3Porque los labios de la extraña destilan miel, Y su paladar es más blando que el aceite;
4Mas su fin es amargo como el ajenjo, Agudo como cuchillo de dos filos.
5Sus pies descienden á la muerte; Sus pasos sustentan el sepulcro:
6Sus caminos son instables; no los conocerás, Si no considerares el camino de vida.
7Ahora pues, hijos, oidme, Y no os apartéis de las razones de mi boca.
8Aleja de ella tu camino, Y no te acerques á la puerta de su casa;
9Porque no des á los extraños tu honor, Y tus años á cruel;
10Porque no se harten los extraños de tu fuerza, Y tus trabajos estén en casa del extraño;
11Y gimas en tus postrimerías, Cuando se consumiere tu carne y tu cuerpo,
12Y digas: Cómo aborrecí el consejo, Y mi corazón menospreció la reprensión;
13Y no oí la voz de los que me adoctrinaban, Y á los que me enseñaban no incliné mi oído!
14Casi en todo mal he estado, En medio de la sociedad y de la congregación.
15Bebe el agua de tu cisterna, Y los raudales de tu pozo.
16Derrámense por de fuera tus fuentes, En las plazas los ríos de aguas.
17Sean para ti solo, Y no para los extraños contigo.
18Sea bendito tu manantial; Y alégrate con la mujer de tu mocedad.
19Como cierva amada y graciosa corza, Sus pechos te satisfagan en todo tiempo; Y en su amor recréate siempre.
20¿Y por qué, hijo mío, andarás ciego con la ajena, Y abrazarás el seno de la extraña?
(Pr. 5:3‑20)
;
Pr. 6:24• 24Para que te guarden de la mala mujer, De la blandura de la lengua de la extraña. (Pr. 6:24)
;
Pr. 7:5‑23• 5Para que te guarden de la mujer ajena, Y de la extraña que ablanda sus palabras.
6Porque mirando yo por la ventana de mi casa, Por mi celosía,
7Vi entre los simples, Consideré entre los jóvenes, Un mancebo falto de entendimiento,
8El cual pasaba por la calle, junto á la esquina de aquella, E iba camino de su casa,
9A la tarde del día, ya que oscurecía, En la oscuridad y tiniebla de la noche.
10Y he aquí, una mujer que le sale al encuentro Con atavío de ramera, astuta de corazón,
11Alborotadora y rencillosa, Sus pies no pueden estar en casa;
12Unas veces de fuera, ó bien por las plazas, Acechando por todas las esquinas.
13Y traba de él, y bésalo; Desvergonzó su rostro, y díjole:
14Sacrificios de paz había prometido, Hoy he pagado mis votos;
15Por tanto he salido á encontrarte, Buscando diligentemente tu rostro, y te he hallado.
16Con paramentos he ataviado mi cama, Recamados con cordoncillo de Egipto.
17He sahumado mi cámara Con mirra, áloes, y cinamomo.
18Ven, embriaguémonos de amores hasta la mañana; Alegrémonos en amores.
19Porque el marido no está en casa, Hase ido á un largo viaje:
20El saco de dinero llevó en su mano; El día señalado volverá á su casa.
21Rindiólo con la mucha suavidad de sus palabras, Obligóle con la blandura de sus labios.
22Vase en pos de ella luego, Como va el buey al degolladero, Y como el loco á las prisiones para ser castigado;
23Como el ave que se apresura al lazo, Y no sabe que es contra su vida, Hasta que la saeta traspasó su hígado.
(Pr. 7:5‑23)
;
Pr. 22:14• 14Sima profunda es la boca de las extrañas: Aquel contra el cual estuviere Jehová airado, caerá en ella. (Pr. 22:14)
;
Pr. 23:27• 27Porque sima profunda es la ramera, Y pozo angosto la extraña. (Pr. 23:27)
;
Gn. 39:3‑12• 3Y vió su señor que Jehová era con él, y que todo lo que él hacía, Jehová lo hacía prosperar en su mano.
4Así halló José gracia en sus ojos, y servíale; y él le hizo mayordomo de su casa, y entregó en su poder todo lo que tenía.
5Y aconteció que, desde cuando le dió el encargo de su casa, y de todo lo que tenía, Jehová bendijo la casa del Egipcio á causa de José; y la bendición de Jehová fué sobre todo lo que tenía, así en casa como en el campo.
6Y dejó todo lo que tenía en mano de José; ni con él sabía de nada más que del pan que comía. Y era José de hermoso semblante y bella presencia.
7Y aconteció después de esto, que la mujer de su señor puso sus ojos en José, y dijo: Duerme conmigo.
8Y él no quiso, y dijo á la mujer de su señor: He aquí que mi señor no sabe conmigo lo que hay en casa, y ha puesto en mi mano todo lo que tiene:
9No hay otro mayor que yo en esta casa, y ninguna cosa me ha reservado sino á ti, por cuanto tú eres su mujer; ¿cómo, pues, haría yo este grande mal y pecaría contra Dios?
10Y fué que hablando ella á José cada día, y no escuchándola él para acostarse al lado de ella, para estar con ella.
11Aconteció que entró él un día en casa para hacer su oficio, y no había nadie de los de casa allí en casa.
12Y asiólo ella por su ropa, diciendo: Duerme conmigo. Entonces dejóla él su ropa en las manos, y huyó, y salióse fuera.
(Gn. 39:3‑12)
;
Neh. 13:26‑27• 26¿No pecó por esto Salomón, rey de Israel? Bien que en muchas gentes no hubo rey como él, que era amado de su Dios y Dios lo había puesto por rey sobre todo Israel, aun á él hicieron pecar las mujeres extanjeras.
27¿Y obedeceremos á vosotros para cometer todo este mal tan grande de prevaricar contra nuestro Dios, tomando mujeres extranjeras?
(Neh. 13:26‑27)
;
Ec. 7:26• 26Y yo he hallado más amarga que la muerte la mujer, la cual es redes, y lazos su corazón; sus manos como ligaduras. El que agrada á Dios escapará de ella; mas el pecador será preso en ella. (Ec. 7:26)
flattereth.
 She is the ensnaring enemy of morality and virtue, who today, as in Solomon’s time, pursues her nefarious traffic in the bodies and souls of the young and unwary. Forsaking the guide of her youth, forgetting the covenant of her God, she gives herself up to impure pleasures and soul-destroying lusts. (Proverbs Two by H.A. Ironside)
 But having considered all this, is there not another meaning also to be taken from these many warnings concerning the strange woman? In a secondary sense it seems evident that as in the evil man we have set forth independency of God-rationalism run riot; so in the strange woman we see false religion as eventually to be headed up in Babylon the Great, the mother of harlots and abominations that be upon the face of the earth. How devious are her ways! How subtle and deceptive her solicitations! (Proverbs Two by H.A. Ironside)

J. N. Darby Translation

+
16
To deliver thee from the strange woman, from the stranger who flattereth with her words;