Alabad á Jehová, porque es bueno; Porque para siempre es su misericordia.
Digan lo los redimidos de Jehová, Los que ha redimido del poder del enemigo,
Y los ha congregado de las tierras, Del oriente y del occidente, Del aquilón y de la mar.
Anduvieron perdidos por el desierto, por la soledad sin camino, No hallando ciudad de población.
Hambrientos y sedientos, Su alma desfallecía en ellos.
Habiendo empero clamado á Jehová en su angustia, Librólos de sus aflicciones:
Y dirigiólos por camino derecho, Para que viniesen á ciudad de población.
Alaben la misericordia de Jehová, Y sus maravillas para con los hijos de los hombres.
Porque sació al alma menesterosa, Y llenó de bien al alma hambrienta.
Los que moraban en tinieblas y sombra de muerte, Aprisionados en aflicción y en hierros;
Por cuanto fueron rebeldes á las palabras de Jehová, Y aborrecieron el consejo del Altísimo.
Por lo que quebrantó él con trabajo sus corazones, Cayeron y no hubo quien los ayudase;
Luego que clamaron á Jehová en su angustia, Librólos de sus aflicciones.
Sacólos de las tinieblas y de la sombra de muerte, Y rompió sus prisiones.
Alaben la misericordia de Jehová, Y sus maravillas para con los hijos de los hombres.
Porque quebrantó las puertas de bronce, Y desmenuzó los cerrojos de hierro.
Los insensatos, á causa del camino de su rebelión Y á causa de sus maldades, fueron afligidos.
Su alma abominó toda vianda, Y llegaron hasta las puertas de la muerte.
Mas clamaron á Jehová en su angustia, Y salvólos de sus aflicciones.
Envió su palabra, y curólos, Y librólos de su ruina.
Alaben la misericordia de Jehová, Y sus maravillas para con los hijos de los hombres:
Y sacrifiquen sacrificios de alabanza, Y publiquen sus obras con júbilo.
Los que descienden á la mar en navíos, Y hacen negocio en las muchas aguas,
Ellos han visto las obras de Jehová, Y sus maravillas en el profundo.
El dijo, é hizo saltar el viento de la tempestad, Que levanta sus ondas.
Suben á los cielos, descienden á los abismos: Sus almas se derriten con el mal.
Tiemblan, y titubean como borrachos, Y toda su ciencia es perdida.
Claman empero á Jehová en su angustia, Y líbralos de sus aflicciones.
Hace parar la tempestad en sosiego, Y se apaciguan sus ondas.
Alégranse luego porque se reposaron; Y él los guía al puerto que deseaban.
Alaben la misericordia de Jehová, Y sus maravillas para con los hijos de los hombres.
Y ensálcenlo en la congregación del pueblo; Y en consistorio de ancianos lo alaben.
El vuelve los ríos en desierto, Y los manantiales de las aguas en secadales;
La tierra fructífera en salados, Por la maldad de los que la habitan.
Vuelve el desierto en estanques de aguas, Y la tierra seca en manantiales.
Y allí aposenta á los hambrientos, Y disponen ciudad para habitación;
Y siembran campos, y plantan viñas, Y rinden crecido fruto.
Y los bendice, y se multiplican en gran manera; Y no disminuye sus bestias.
Y luego son menoscabados y abatidos A causa de tiranía, de males y congojas.
El derrama menosprecio sobre los príncipes, Y les hace andar errados, vagabundos, sin camino:
Y levanta al pobre de la miseria, Y hace multiplicar las familias como rebaños de ovejas.
Vean los rectos, y alégrense; Y toda maldad cierre su boca.
¿Quién es sabio y guardará estas cosas, Y entenderá las misericordias de Jehová?