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Psalm 119

Sal. 119:96 KJV (With Strong’s)

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96
I have seen
ra'ah (Hebrew #7200)
to see, literally or figuratively (in numerous applications, direct and implied, transitive, intransitive and causative)
KJV usage: advise self, appear, approve, behold, X certainly, consider, discern, (make to) enjoy, have experience, gaze, take heed, X indeed, X joyfully, lo, look (on, one another, one on another, one upon another, out, up, upon), mark, meet, X be near, perceive, present, provide, regard, (have) respect, (fore-, cause to, let) see(-r, -m, one another), shew (self), X sight of others, (e-)spy, stare, X surely, X think, view, visions.
Pronounce: raw-aw'
Origin: a primitive root
an end
qets (Hebrew #7093)
an extremity; adverbially (with prepositional prefix) after
KJV usage: + after, (utmost) border, end, (in-)finite, X process.
Pronounce: kates
Origin: contracted from 7112
of all perfection
tiklah (Hebrew #8502)
completeness
KJV usage: perfection.
Pronounce: tik-law'
Origin: from 3615
: but thy commandment
mitsvah (Hebrew #4687)
a command, whether human or divine (collectively, the Law)
KJV usage: (which was) commanded(-ment), law, ordinance, precept.
Pronounce: mits-vaw'
Origin: from 6680
is exceeding
m`od (Hebrew #3966)
properly, vehemence, i.e. (with or without preposition) vehemently; by implication, wholly, speedily, etc. (often with other words as an intensive or superlative; especially when repeated)
KJV usage: diligently, especially, exceeding(-ly), far, fast, good, great(-ly), X louder and louder, might(-ily, -y), (so) much, quickly, (so) sore, utterly, very (+ much, sore), well.
Pronounce: meh-ode'
Origin: from the same as 181
broad
rachab (Hebrew #7342)
roomy, in any (or every) direction, literally or figuratively
KJV usage: broad, large, at liberty, proud, wide.
Pronounce: raw-khawb'
Origin: from 7337
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Cross References

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Ministry on This Verse

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I have seen.That is, I have seen that all human wisdom or knowledge, however extensive, noble, and excellent, has it bounds, and limits, and end; but Thy law, a transcript of Thine own mind, is infinite, and extends to eternity.
Sal. 39:5‑6• 5He aquí diste á mis días término corto, Y mi edad es como nada delante de ti: Ciertamente es completa vanidad todo hombre que vive. (Selah.)
6Ciertamente en tinieblas anda el hombre; Ciertamente en vano se inquieta: Junta, y no sabe quién lo allegará.
(Sal. 39:5‑6)
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1 S. 9:2• 2Y tenía él un hijo que se llamaba Saúl, mancebo y hermoso, que entre los hijos de Israel no había otro más hermoso que él; del hombro arriba sobrepujaba á cualquiera del pueblo. (1 S. 9:2)
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1 S. 17:8,49‑51• 8Y paróse, y dió voces á los escuadrones de Israel, diciéndoles: ¿Para qué salís á dar batalla? ¿no soy yo el Filisteo, y vosotros los siervos de Saúl? Escoged de entre vosotros un hombre que venga contra mí:
49Y metiendo David su mano en el saco, tomó de allí una piedra, y tirósela con la honda, é hirió al Filisteo en la frente: y la piedra quedó hincada en la frente, y cayó en tierra sobre su rostro.
50Así venció David al Filisteo con honda y piedra; é hirió al Filisteo y matólo, sin tener David espada en su mano.
51Mas corrió David y púsose sobre el Filisteo, y tomando la espada de él, sacándola de su vaina, matólo, y cortóle con ella la cabeza. Y como los Filisteos vieron su gigante muerto, huyeron.
(1 S. 17:8,49‑51)
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1 S. 31:4‑5• 4Entonces dijo Saúl á su escudero: Saca tu espada, y pásame con ella, porque no vengan estos incircuncisos, y me pasen, y me escarnezcan. Mas su escudero no quería, porque tenía gran temor. Entonces tomó Saúl la espada, y echóse sobre ella.
5Y viendo su escudero á Saúl muerto, él también se echó sobre su espada, y murió con él.
(1 S. 31:4‑5)
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2 S. 14:25• 25Y no había en todo Israel hombre tan hermoso como Absalom, de alabar en gran manera: desde la planta de su pie hasta la mollera no había en él defecto. (2 S. 14:25)
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2 S. 16:23• 23Y el consejo que daba Achitophel en aquellos días, era como si consultaran la palabra de Dios. Tal era el consejo de Achitophel, así con David como con Absalom. (2 S. 16:23)
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2 S. 17:23• 23Y Achitophel, viendo que no se había puesto por obra su consejo, enalbardó su asno, y levantóse, y fuése á su casa en su ciudad; y después de disponer acerca de su casa, ahorcóse y murió, y fué sepultado en el sepulcro de su padre. (2 S. 17:23)
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2 S. 18:14,17• 14Y respondió Joab: No es razón que yo te ruegue. Y tomando tres dardos en sus manos, hincólos en el corazón de Absalom, que aun estaba vivo en medio del alcornoque.
17Tomando después á Absalom, echáronle en un gran hoyo en el bosque, y levantaron sobre él un muy grande montón de piedras; y todo Israel huyó, cada uno á sus estancias.
(2 S. 18:14,17)
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Ec. 1:2‑3• 2Vanidad de vanidades, dijo el Predicador; vanidad de vanidades, todo vanidad.
3¿Qué provecho tiene el hombre de todo su trabajo con que se afana debajo del sol?
(Ec. 1:2‑3)
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Ec. 2:11• 11Miré yo luego todas las obras que habían hecho mis manos, y el trabajo que tomé para hacer las: y he aquí, todo vanidad y aflicción de espíritu, y no hay provecho debajo del sol. (Ec. 2:11)
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Ec. 7:20• 20Ciertamente no hay hombre justo en la tierra, que haga bien y nunca peque. (Ec. 7:20)
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Ec. 12:8• 8Vanidad de vanidades, dijo el Predicador, todo vanidad. (Ec. 12:8)
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Mt. 5:18• 18Porque de cierto os digo, que hasta que perezca el cielo y la tierra, ni una jota ni un tilde perecerá de la ley, hasta que todas las cosas sean hechas. (Mt. 5:18)
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Mt. 24:35• 35El cielo y la tierra pasarán, mas mis palabras no pasarán. (Mt. 24:35)
but thy.
Sal. 19:7‑8• 7La ley de Jehová es perfecta, que vuelve el alma: El testimonio de Jehová, fiel, que hace sabio al pequeño.
8Los mandamientos de Jehová son rectos, que alegran el corazón: El precepto de Jehová, puro, que alumbra los ojos.
(Sal. 19:7‑8)
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Mt. 5:28• 28Mas yo os digo, que cualquiera que mira á una mujer para codiciarla, ya adulteró con ella en su corazón. (Mt. 5:28)
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Mt. 22:37‑40• 37Y Jesús le dijo: Amarás al Señor tu Dios de todo tu corazón, y de toda tu alma, y de toda tu mente.
38Este es el primero y el grande mandamiento.
39Y el segundo es semejante á éste: Amarás á tu prójimo como á ti mismo.
40De estos dos mandamientos depende toda la ley y los profetas.
(Mt. 22:37‑40)
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Mr. 12:29‑34• 29Y Jesús le respondió: El primer mandamiento de todos es: Oye, Israel, el Señor nuestro Dios, el Señor uno es.
30Amarás pues al Señor tu Dios de todo tu corazón, y de toda tu alma, y de toda tu mente, y de todas tus fuerzas; este es el principal mandamiento.
31Y el segundo es semejante á él: Amarás á tu prójimo como á ti mismo. No hay otro mandamiento mayor que éstos.
32Entonces el escriba le dijo: Bien, Maestro, verdad has dicho, que uno es Dios, y no hay otro fuera de él;
33Y que amarle de todo corazón, y de todo entendimiento, y de toda el alma, y de todas las fuerzas, y amar al prójimo como á sí mismo, más es que todos los holocaustos y sacrificios.
34Jesús entonces, viendo que había respondido sabiamente, le dice: No estás lejos del reino de Dios. Y ya ninguno osaba preguntarle.
(Mr. 12:29‑34)
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Ro. 7:7‑12,14• 7¿Qué pues diremos? ¿La ley es pecado? En ninguna manera. Empero yo no conocí el pecado sino por la ley: porque tampoco conociera la concupiscencia, si la ley no dijera: No codiciarás.
8Mas el pecado, tomando ocasión, obró en mí por el mandamiento toda concupiscencia: porque sin la ley el pecado está muerto.
9Así que, yo sin la ley vivía por algún tiempo: mas venido el mandamiento, el pecado revivió, y yo morí.
10Y hallé que el mandamiento, á intimado para vida, para mí era mortal:
11Porque el pecado, tomando ocasión, me engañó por el mandamiento, y por él me mató.
12De manera que la ley á la verdad es santa, y el mandamiento santo, y justo, y bueno.
14Porque sabemos que la ley es espiritual; mas yo soy carnal, vendido á sujeción del pecado.
(Ro. 7:7‑12,14)
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He. 4:12‑13• 12Porque la palabra de Dios es viva y eficaz, y más penetrante que toda espada de dos filos: y que alcanza hasta partir el alma, y aun el espíritu, y las coyunturas y tuétanos, y discierne los pensamientos y las intenciones del corazón.
13Y no hay cosa criada que no sea manifiesta en su presencia; antes todas las cosas están desnudas y abiertas á los ojos de aquel á quien tenemos que dar cuenta.
(He. 4:12‑13)
 Another pressure of the soul is universal failure. Not that there is no integrity; but the heart would be disposed to say so under the pressure of it. But there is no fulfilling, completing—such is the force of the word—the will of God even in those who undertake to walk in it. But if the heart turn to the word, it has quite another effect. This very failure, though never justified, leads to see how perfect, how complete, and wide God's commandment is—how it reaches to everything in which man can be engaged—everything in the relation of the creature to God—all moral relations. (Practical Reflections on the Psalms: Psalm 119:73-120 by J.N. Darby)
 Around him he sees nothing but universal failure. Amongst men nothing reaches to perfection. Nevertheless, he finds that God’s Word is exceeding broad―broad enough to reach to every detail of life, and thus guide in every circumstance that can arise. (Psalm 119:89-96: Division 12 (Lamed) by H. Smith)

J. N. Darby Translation

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I have seen an end of all perfection: thy commandment is exceeding broad.