Sobre la respuesta a la citación
El Salmo 136 puede ser considerado como la respuesta a este llamado. Se caracteriza por el formulario, como se nota a menudo, la expresión de la bondad inmutable de Jehová para con Israel a pesar de todo: “Su misericordia permanece para siempre”. Lo celebra como Creador, Dios de dioses, el Libertador de Israel, que los había guiado a través del desierto, como Aquel que por el poder matando reyes poderosos les había dado la herencia de la tierra; y quienes, finalmente, recordándolos en su bajo estado, los habían redimido de él, y ahora proveían de alimento a todo ser viviente, el Dios del cielo. Esto, en cierto sentido, cierra los salmos históricos.
Dolores, caminos de Jehová, alabanzas milenarias
Tenemos entonces una especie de serie suplementaria: primero, de sus dolores característicos y los caminos de Jehová en los últimos días, y luego de alabanzas milenarias. Estos dolores son de los Salmos 137-144, este último, sin embargo, es la expectativa de liberación y bendición. El Salmo 139 también tiene un carácter peculiar, como se verá de inmediato.