Sujetos a los gobernantes (Tito 3:1; Romanos 13:1; 1 Pedro 2:13)

Titus 3:1; Romans 13:1; 1 Peter 2:13
Imagínate un creyente que asiste a las reuniones cada semana, lee su Biblia y comparte la Palabra de Dios con regularidad. Sin embargo, esta persona no paga sus impuestos, cuando maneja a menudo y de manera intencional excede el límite de velocidad; también se burla a sabiendas de las ordenanzas municipales del lugar donde vive. Y su excusa es que todas esas cosas son del mundo y no tienen nada que ver con un creyente. En verdad la Biblia no menciona algo sobre los límites de velocidad; pero quien tiene una actitud que pretende conocer estos asuntos mejor que el gobierno, entonces va a manejar su vida a su antojo. ¿Qué dice la Palabra de Dios respecto a tal argumento?
En toda la Palabra de Dios encontramos instrucciones acerca de nuestra sumisión. Por ejemplo los niños deben obedecer a sus padres, la esposa al marido y todos deben sujetarse a Cristo; en Tito 3:11Put them in mind to be subject to principalities and powers, to obey magistrates, to be ready to every good work, (Titus 3:1) hallamos estas palabras: “Recuérdales que se sujetan a los gobernantes y autoridades, que obedezcan, que estén dispuestos a toda buena obra”. El principio de sujetarnos a la autoridad es muy claro en las Escrituras, así que los gobernantes y sus ministros no son excepciones. No nos compete examinar cuán sabiamente ha hablado la autoridad para que luego le obedezcamos, pues nuestra responsabilidad como creyentes es buscar las buenas obras que Dios tiene preparadas para nosotros en vez de criticar a quienes tienen poder o autoridad. Para ilustrar esto supongamos que el gobierno impone un impuesto que nos parece excesivo. Si nos sometemos a la autoridad y la reconocemos como establecida por Dios podemos tener paz en vez de ira. Recuerda lo que nos dice la Escritura: “Sométase toda persona a las autoridades superiores; porque no hay autoridad sino de parte de Dios, y las que hay, por Dios han sido establecidas” (Romanos 13:11Let every soul be subject unto the higher powers. For there is no power but of God: the powers that be are ordained of God. (Romans 13:1)). Cuando se escribió esto gobernaba un emperador romano muy corrupto. Tenemos el privilegio de no intentar calificar la dignidad de respeto del presidente o policía porque han sido establecidos por Dios. Es más, la Escritura dice: “De modo que quien se opone a la autoridad, a lo establecido por Dios resiste; y los que resisten, acarrean condenación para sí mismos” (Romanos 13:22Whosoever therefore resisteth the power, resisteth the ordinance of God: and they that resist shall receive to themselves damnation. (Romans 13:2)). La tendencia del ser humano es buscar su propia voluntad y oponerse a las restricciones. Pero la peor forma de vivir es la anarquía, como en los días de los jueces cuando: “cada uno hacía lo que bien le parecía” (Jueces 21:2525In those days there was no king in Israel: every man did that which was right in his own eyes. (Judges 21:25)); o como en los días de Noé cuando “vio Jehová que la maldad de los hombres era mucha en la tierra, y que todo designio de los pensamientos del corazón de ellos era de continuo solamente el mal” (Génesis 6:55And God saw that the wickedness of man was great in the earth, and that every imagination of the thoughts of his heart was only evil continually. (Genesis 6:5)). Es por eso que Dios instituyó este principio de autoridad que sigue vigente hasta hoy en el gobierno humano. Algún día va a existir un gobierno perfecto pero hasta aquel día reconozcamos a Dios como quien establece los gobiernos.
Ahora bien, hay una importante consideración respecto a todo esto: No podemos utilizar la obediencia a un gobierno como pretexto para desobedecer una evidente instrucción de Dios. Cuando algunas autoridades insistieron en que Pedro y Juan no hablen de Cristo, entonces ellos dijeron: “Juzgad si es justo delante de Dios obedecer a vosotros antes que a Dios; porque no podemos dejar de decir lo que hemos visto y oído” (Hechos 4:19-2019But Peter and John answered and said unto them, Whether it be right in the sight of God to hearken unto you more than unto God, judge ye. 20For we cannot but speak the things which we have seen and heard. (Acts 4:19‑20)). Pero si a causa de obedecer primero a Dios recibimos persecución podemos aceptarla y no resistirla: “Porque esto merece aprobación, si alguno a causa de la conciencia delante de Dios, sufre molestias padeciendo injustamente” (1 Pedro 2:1919For this is thankworthy, if a man for conscience toward God endure grief, suffering wrongfully. (1 Peter 2:19)).