La respuesta de Dios; El disfrute de la bendición condicionado a la fidelidad
La respuesta que Dios da establece la casa como el lugar en el que Él ha puesto Su nombre para siempre. Sus ojos y su corazón estarán allí perpetuamente; pero, al mismo tiempo, para el disfrute de la bendición concedida, la dinastía de Salomón, el pueblo de Israel e incluso la casa misma están sujetos a la condición de fidelidad a Jehová por parte de Salomón y sus hijos. Si él, o su posteridad, se apartara para servir a otros dioses, Israel debería ser cortado; y la casa debe convertirse en un testimonio del juicio de Dios para todos los que pasaban por allí. Vemos aquí hasta qué punto el destino de Israel pendía de su rey.