El cuerpo de Cristo

Desde hace algunos años existe un hecho que es corriente entre cristianos juiciosos y consiste en que ellos afirman que de todos los Apóstoles el único que habla de la “Iglesia de Dios” es el Apóstol Pablo. Juan, en su tercera Epístola, habla de una Asamblea, o iglesia local como se lee en la Biblia Reina-Valera 1960 en español, (véase 3 Juan 9), y Santiago (capítulo 5 versículo 14) escribe, “¿Está alguno enfermo entre vosotros? Llame a los ancianos de la iglesia”, etc. Estas dos excepciones en el Nuevo Testamento son encontradas en el uso de la palabra “Iglesia”, o más correctamente, “Asamblea”, o “Iglesia de Dios” como si sólo fuera tratada por Pablo. También podemos exceptuar, obviamente, el propio anuncio del Señor durante Su vida acerca de la entonces futura existencia de Su iglesia en las palabras, “Sobre esta Roca edificaré mi Iglesia” (Mateo 16:1818And I say also unto thee, That thou art Peter, and upon this rock I will build my church; and the gates of hell shall not prevail against it. (Matthew 16:18)).
Cuando el gran Apóstol de los Gentiles fue llamado por primera vez por el Señor durante su viaje perseguidor contra la Iglesia de Dios desde Jerusalén a Damasco; las raíces de sus futuras doctrinas fueron expresadas en las palabras del Señor, “Saulo, Saulo, ¿por qué me persigues?”. Vemos que ¡Los santos en la tierra eran Cristo mismo! Leemos, ¡“Yo soy Jesús, a quien tú persigues”! “Pero levántate (dijo el Señor) y ponte sobre tus pies; porque para esto he aparecido a ti, para ponerte por ministro y testigo (1) de las cosas que has visto, y (2) de aquellas en que Me apareceré a ti” (Hechos 26:12-1612Whereupon as I went to Damascus with authority and commission from the chief priests, 13At midday, O king, I saw in the way a light from heaven, above the brightness of the sun, shining round about me and them which journeyed with me. 14And when we were all fallen to the earth, I heard a voice speaking unto me, and saying in the Hebrew tongue, Saul, Saul, why persecutest thou me? it is hard for thee to kick against the pricks. 15And I said, Who art thou, Lord? And he said, I am Jesus whom thou persecutest. 16But rise, and stand upon thy feet: for I have appeared unto thee for this purpose, to make thee a minister and a witness both of these things which thou hast seen, and of those things in the which I will appear unto thee; (Acts 26:12‑16)). Nosotros encontramos aquí una insinuación desde el principio mismo de que no sólo las cosas que él había visto, —este Cristo en gloria, y todo lo que Le pertenecía, iban a ser los temas de su ministerio—; sino que revelaciones adicionales le serían hechas especialmente a este varón por un Señor ascendido y glorificado que se le aparecería una y otra vez para comunicárselas.
En rasgos más amplios yo señalo cuatro distintivas revelaciones comunicadas así después a Pablo, y señaladas como tales en otras tantas palabras: —y estas cuatro revelaciones nos presentan en un breve compendio todo el carácter, ocupación, verdad de su existencia aquí, y la salida de esta escena, de la Iglesia de Dios.
1. El cuerpo místico de Cristo —su Cabeza— formado por el Espíritu Santo enviado desde el cielo en Pentecostés.
2. La expresión de la unidad de ese cuerpo en la tierra en y mediante la cena del Señor.
3. La primera resurrección de los que se han dormido durante su formación y estancia terrenal.
4. El arrebatamiento de los santos vivos y los santos resucitados que la componen —para estar “para siempre con el Señor” cuando Él viene nuevamente.
Se verá a simple vista que estas revelaciones son completas en sí mismas. Pero ahora yo mostraré la manera en que Él llama a prestar atención al hecho de que cada una fue revelada a él especialmente por el Señor.
En cuanto a la primera nosotros leemos: “Por revelación me fue dado a conocer este misterio  ... que en otras generaciones no se dio a conocer a los hijos de los hombres, como ahora es revelado a sus santos apóstoles y profetas por el Espíritu: que los gentiles son coherederos y miembros del mismo cuerpo, y copartícipes de la promesa en Cristo Jesús por medio del evangelio, del cual yo fui hecho ministro”, etc. (Efesios 3:3,5,6,73How that by revelation he made known unto me the mystery; (as I wrote afore in few words, (Ephesians 3:3)
5Which in other ages was not made known unto the sons of men, as it is now revealed unto his holy apostles and prophets by the Spirit; 6That the Gentiles should be fellowheirs, and of the same body, and partakers of his promise in Christ by the gospel: 7Whereof I was made a minister, according to the gift of the grace of God given unto me by the effectual working of his power. (Ephesians 3:5‑7)
).
En cuanto a la segunda: Un Señor celestial ascendido, —Cabeza de la Iglesia, Su cuerpo—, presenta una nueva revelación de Su cena a Pablo, añadiéndole ciertos rasgos y características que ella no poseía como había sido presentada por un Cristo encarnado en la tierra a Sus seguidores de aquel entonces. El apóstol señala esto con las palabras “Yo recibí del Señor lo que también os he enseñado: Que el Señor Jesús, la noche que fue entregado”, etc.... De allí sigue la cena (1 Corintios 11:2323For I have received of the Lord that which also I delivered unto you, That the Lord Jesus the same night in which he was betrayed took bread: (1 Corinthians 11:23)). En 1 Corintios 10:16-17,16The cup of blessing which we bless, is it not the communion of the blood of Christ? The bread which we break, is it not the communion of the body of Christ? 17For we being many are one bread, and one body: for we are all partakers of that one bread. (1 Corinthians 10:16‑17) ella recibe el carácter adicional de ser el símbolo de la unidad del “un solo cuerpo” de Cristo en la tierra (Efesios 4:44There is one body, and one Spirit, even as ye are called in one hope of your calling; (Ephesians 4:4) – RVA), expresado en aquel “un solo pan”.
Él destaca la primera resurrección con las palabras: “He aquí, os digo un misterio”, y despliega las verdades de una resurrección de entre los muertos de los cuerpos de los santos que una vez habían sido miembros del cuerpo de Cristo aquí en la tierra y habían pasado a lo alto para estar con Él hasta el día de Su gloria. Véase 1 Corintios 15:5151Behold, I show you a mystery; We shall not all sleep, but we shall all be changed, (1 Corinthians 15:51) y todo el capítulo.
Él destaca el arrebatamiento de todos, —vivos y muertos,— a esa escena con las palabras: “Por lo cual os decimos esto en palabra del Señor”; y de allí sigue en 1 Tesalonicenses 4 el arrebatamiento de los santos, —la Iglesia de Dios,— para estar para siempre con el Señor.
Ahora bien, aunque nosotros sabemos que desde el principio Pablo enseñó estas cosas a la Iglesia de Dios, tal como lo demuestran abundantemente sus primeros escritos y ministraciones, es sorprendente y notable que ello fuese reservado hasta el final de su ministerio, sorprendente y notable que estando él en la cárcel en Roma se nos hubiera enseñado en su carácter más pleno la verdad de la unidad de la Iglesia de Dios tal como es revelada en la Epístola a los Efesios.
En la cárcel en Roma Pablo escribió cuatro epístolas, —el final de todo su ministerio escrito, con la excepción de 2 Timoteo, por lo que sabemos—. Ellas son Efesios, Filipenses, Colosenses y Filemón.
1. Colosenses, escrita a personas que él nunca había visto las cuales son advertidas de descuidar lo que sería caer en Laodicea, despliega el lado positivo del evangelio, el cual pondría el alma en unión consciente con Cristo en gloria, —asiendo la Cabeza, esta Cabeza de Su cuerpo,— y simplemente conduce a los santos hasta la ventaja de este cuerpo, al cual; “fuisteis llamados en un solo cuerpo”, pero no más allá (Colosenses 3:1515And let the peace of God rule in your hearts, to the which also ye are called in one body; and be ye thankful. (Colossians 3:15)).
2. Efesios les enseñaría toda la verdad del misterio de Cristo y la Iglesia —Su cuerpo—; cuando todos buscaban “lo suyo propio, no lo que es de Cristo Jesús”. Cuando andaban “muchos, de los cuales os dije muchas veces, y aun ahora lo digo llorando, que son enemigos de la cruz de Cristo; el fin de los cuales será perdición, cuyo dios es el vientre ... que sólo piensan en lo terrenal” (Filipenses 3).
3. En Filipenses está la consagración individual en aquellos que eran “perfectos”, —es decir, que respondiendo moralmente en espíritu y andar y modos de obrar a la gloria de Cristo en el cielo—; o a aquellos que eran fieles, pero no sentían lo mismo, y a quienes Dios revelaría más, Pablo mismo debía ser imitado en esto (Filipenses 3:15,1715Let us therefore, as many as be perfect, be thus minded: and if in any thing ye be otherwise minded, God shall reveal even this unto you. (Philippians 3:15)
17Brethren, be followers together of me, and mark them which walk so as ye have us for an ensample. (Philippians 3:17)
).
4. Filemón. Estas verdades no obstaculizaban sino que eran la base de la rectitud de corazón y de los modos de obrar, incluso en un esclavo fugitivo para con su amo terrenal. La justicia práctica en la vida diaria es inculcada así en Filemón; y Onésimo —aunque dotado por Cristo como Su siervo y convertido a Él para Su gloria— debe volver a su ama y su amo, y someterse nuevamente al yugo, y confiar en el Señor de todos los corazones para que le haga apto para servir como esclavo; o ‘habiendo sido libertado’ para usar esto más bien para Cristo.
Tenemos así:
1. El lado positivo del evangelio: Colosenses.
2. La Unidad del cuerpo de Cristo cuando todo estaba arruinado: Efesios.
3. Consagración personal: Filipenses.
4. Justicia práctica, por medio de la gracia, en Filemón.
Todo enviado a través del Apóstol por Jesucristo en la gloria desde los muros de la cárcel en Roma cuando había sobrevenido la ruina total.
Esta Epístola a los Efesios no está dirigida a la “Iglesia de Dios”. Está dirigida a los “Santos y fieles en Cristo Jesús” (Efesios 1:11Paul, an apostle of Jesus Christ by the will of God, to the saints which are at Ephesus, and to the faithful in Christ Jesus: (Ephesians 1:1)). Tal vez la misma pluma con la que Pablo escribió Filipenses redactó esta Epístola. “Todos buscan lo suyo propio” (Filipenses 2:2121For all seek their own, not the things which are Jesus Christ's. (Philippians 2:21)). “Lobos rapaces” se olían desde lejos, mucho antes (Hechos 20:2929For I know this, that after my departing shall grievous wolves enter in among you, not sparing the flock. (Acts 20:29)). ¿Ya habían empezado ellos a dispersar el rebaño? Sea como fuere él no se dirigió a la ‘Asamblea de Dios en Éfeso’, sino a los “Santos y fieles en Cristo Jesús”. Por lo tanto, desde aquel momento hasta el final esta carta no ofrece un terreno divino para la fe, aunque los días nunca fueran tan malos. Ella enseñó la “Iglesia de Dios”, —un propósito de los siglos sacado a relucir en el tiempo—, para residir por un momento en la tierra pero no siendo del mundo, y para tener un lugar en las cosas eternas cuando el mundo haya pasado.
Además, dicha carta fue escrita TENIENDO PRESENTE un día de completa ruina.
Fue proporcionada para consuelo e instrucción de la fe PARA un día de ruina: y eso, “HASTA QUE TODOS lleguemos a la unidad de la fe y del conocimiento del Hijo de Dios, a un varón perfecto, a la medida de la estatura de la plenitud de Cristo” (Efesios 4:1313Till we all come in the unity of the faith, and of the knowledge of the Son of God, unto a perfect man, unto the measure of the stature of the fulness of Christ: (Ephesians 4:13)).
El cuerpo de Cristo fue exteriormente dispersado en todas direcciones y nunca pudo ser mantenida nuevamente la unidad del cuerpo: pero el Espíritu de Dios lo mantuvo intacto y la ruina nunca sería tal como para que los santos y fieles no pudieran estar con Él, el cual permanece en y con la iglesia para siempre, en poder práctico y comunión. Por lo tanto, nunca puede llegar un momento en que esto no pueda ser observado; ni puede el “Un solo cuerpo” ser inservible como el divino terreno positivo de la acción, por aquellos que sienten que los días son peligrosos y están siendo solícitos en guardar la unidad del Espíritu, en Un solo cuerpo hasta que Cristo venga otra vez.
Examinaré ahora lo que la Escritura enseña acerca de la formación de este Un solo cuerpo de Cristo en la tierra. En este escrito yo no menciono el Cuerpo de Cristo como algo de designio (Efesios 1:1111In whom also we have obtained an inheritance, being predestinated according to the purpose of him who worketh all things after the counsel of his own will: (Ephesians 1:11)), y como se dice en Efesios 1:23,23Which is his body, the fulness of him that filleth all in all. (Ephesians 1:23) compuesto de todos los que son Suyos desde la primera formación de este hasta que Él venga otra vez. Sólo abordo el lado práctico del hecho de que “Hay un solo cuerpo y un solo Espíritu” (Efesios 4:44There is one body, and one Spirit, even as ye are called in one hope of your calling; (Ephesians 4:4) – RVA).
Será bueno entender la posición distintiva que el judío y el gentil ocupaban delante de Dios en los días del Antiguo Testamento, antes de la formación del Cuerpo de un Cristo resucitado y ascendido. La cita de dos Escrituras comprobará claramente esta distinción.
En cuanto a Israel yo leo: “Que son israelitas; a quienes pertenece la adopción, y la gloria, y los pactos, y la entrega de la ley, y el servicio de Dios, y las promesas: cuyos son los padres, y de quienes, en cuanto a la carne, vino Cristo, que es sobre todos, Dios bendito por los siglos” (Romanos 9:4-54Who are Israelites; to whom pertaineth the adoption, and the glory, and the covenants, and the giving of the law, and the service of God, and the promises; 5Whose are the fathers, and of whom as concerning the flesh Christ came, who is over all, God blessed for ever. Amen. (Romans 9:4‑5)).
En cuanto al gentil, “Por tanto, acordaos de que en otro tiempo vosotros, los gentiles en cuanto a la carne, erais llamados incircuncisión por la llamada circuncisión hecha con mano en la carne. En aquel tiempo estabais sin Cristo, alejados de la ciudadanía de Israel y ajenos a los pactos de la promesa, sin esperanza y sin Dios en el mundo” (Efesios 2:11-1211Wherefore remember, that ye being in time past Gentiles in the flesh, who are called Uncircumcision by that which is called the Circumcision in the flesh made by hands; 12That at that time ye were without Christ, being aliens from the commonwealth of Israel, and strangers from the covenants of promise, having no hope, and without God in the world: (Ephesians 2:11‑12)).
La sencilla lectura de estos pasajes mostrará que todas las bendiciones, y privilegios, y promesas, y esperanzas que Dios dio estaban limitadas a la nación escogida de Israel, y para participar de estas bendiciones un gentil debía venir y participar de ellas de manera subordinada al judío a quien se le habían conferido como vaso de bendición.
En 1 Corintios 12:12-1312For as the body is one, and hath many members, and all the members of that one body, being many, are one body: so also is Christ. 13For by one Spirit are we all baptized into one body, whether we be Jews or Gentiles, whether we be bond or free; and have been all made to drink into one Spirit. (1 Corinthians 12:12‑13) leemos: “Porque así como el cuerpo es uno, y tiene muchos miembros, pero todos los miembros del cuerpo, siendo muchos, son un solo cuerpo, así también Cristo. Porque por un solo Espíritu fuimos todos bautizados en un cuerpo, sean judíos o griegos, sean esclavos o libres; y a todos se nos dio a beber de un mismo Espíritu”. Ahora bien, antes de que pudiera tener lugar la formación de un Cuerpo tal tanto de judíos como de gentiles, era necesario que Dios mismo, que había rodeado a Israel con una “pared intermedia de separación”, la eliminara (Efesios 2:13-1613But now in Christ Jesus ye who sometimes were far off are made nigh by the blood of Christ. 14For he is our peace, who hath made both one, and hath broken down the middle wall of partition between us; 15Having abolished in his flesh the enmity, even the law of commandments contained in ordinances; for to make in himself of twain one new man, so making peace; 16And that he might reconcile both unto God in one body by the cross, having slain the enmity thereby: (Ephesians 2:13‑16)). No fue suficiente que la pared intermedia de separación que Dios había colocado alrededor del judío hubiera sido casi invalidada por la infidelidad de aquellos que habían sido así cercados. La pared intermedia de separación existía tan plenamente en la mente de Dios, y para la fe, como si nunca hubiera habido un judío infiel en la tierra. Dios la había colocado allí y Dios mismo debía eliminarla antes de formar el cuerpo del cual leemos aquí.
Los profetas habían hablado de un día del cual se dijo: “Alegraos, gentiles, con Su pueblo”, etc. (Romanos 15:1010And again he saith, Rejoice, ye Gentiles, with his people. (Romans 15:10); Deuteronomio 32:4343Rejoice, O ye nations, with his people: for he will avenge the blood of his servants, and will render vengeance to his adversaries, and will be merciful unto his land, and to his people. (Deuteronomy 32:43)). Pero aun en tal estado de bendición los “gentiles” seguían siendo “gentiles”, y “Su pueblo” seguía siendo “Su pueblo”. Ellos nunca hablaron de este “cuerpo” en el cual judío y gentil por igual han perdido su posición nacional, —donde no hay Judío ni Griego, ni esclavo ni libre—. Hay tres cosas delante de Dios en el mundo. Pablo las enumera en 1 Corintios 10:3232Give none offence, neither to the Jews, nor to the Gentiles, nor to the church of God: (1 Corinthians 10:32). Ellas son: ‘judíos, gentiles, y la Iglesia de Dios’. En la mencionada en último lugar tanto el judío como el gentil han dejado de ser tales delante de Dios habiendo sido incorporados los creyentes de ambos a este Cuerpo del cual hablamos. Los profetas hablaron del tiempo cuando aquello que nosotros conocemos familiarmente como el Milenio, o más correctamente el “Reino”, habrá sido establecido en la tierra; entonces el judío será la nación central, y el gentil se regocijará con el pueblo de Jehová: un estado de cosas que vendrá después que la Iglesia haya sido recogida y esté con Cristo en el cielo.
El presagio de la eliminación de esta “pared intermedia de separación” fue visto con frecuencia en el ministerio del propio Señor Jesús en los Evangelios. Por ejemplo, la mujer de Samaria que no podía entender que el Señor, siendo judío Él mismo, le dijera: “Dame de beber” a una mujer de Samaria porque judíos y samaritanos no se tratan entre sí. (Véase el evangelio según Juan capítulo 4; véase también el caso de la mujer sirofenicia en el evangelio según Mateo capítulo 15). Antes que esta “pared intermedia de separación” fuera eliminada, era abominable “para un varón judío juntarse o acercarse a un extranjero” (Hechos 10:2828And he said unto them, Ye know how that it is an unlawful thing for a man that is a Jew to keep company, or come unto one of another nation; but God hath showed me that I should not call any man common or unclean. (Acts 10:28)).