La provisión de David para, y ordenar de, la casa a construir.
Desde este capítulo hasta los versículos 28-29 del capítulo 26 todo se refiere a la casa que se va a construir. Vemos la provisión que David hizo de todo lo necesario para su construcción, el orden del servicio de los levitas que fueron designados para cantar, de aquellos entre ellos que eran porteadores, de los sacerdotes en sus clases, todos ordenados y arreglados por David. Cuán enteramente todo dependía del rey se muestra especialmente en esto que, sin ninguna interrupción distintiva, los otros nombramientos reales de su casa, su administración, sus oficiales y guardia, se introducen continuamente; Finalmente, el jefe entre el pueblo, cuyo número se menciona.
En cuanto a la numeración de la gente, no se había terminado debido a la ira de Dios. Lo interesante aquí es que todo está ordenado y arreglado por David, incluso para las puertas de la casa que aún no estaba construida. Así, en Cristo, todo es señalado antes de que se manifieste en gloria.
Vemos también que David siempre lo tuvo en el corazón, y qué inmensos preparativos había hecho. Porque cualquiera que sea la guerra, la gloria de Dios en paz entre su pueblo está siempre en el corazón que está al unísono con el Espíritu de Cristo, en el corazón de Cristo mismo.