el castigo de Israel por la vara asiria; La destrucción de la vara
En el capítulo 9:8 el Espíritu, habiendo dado los grandes hechos principales en cuanto al Mesías, Emanuel, reanuda la historia general de Israel sin ninguna introducción especial del Mesías hasta el final. Esta profecía termina con el capítulo 12. Aunque se menciona el orgullo de Efraín, sin embargo, Jacob o Israel son vistos como un todo. Las diferentes fases del castigo o de la angustia están en los versículos 8-12, 13-17, 18-21, y el capítulo 10:1-4. El asirio entonces reaparece, como siendo propiamente la vara de Jehová; y se anuncia que cuando Dios haya cumplido todo lo que había determinado con respecto a Sion (un logro que no se revela aquí), romperá la vara que ha usado, y entonces el remanente buscará a Jehová y “permanecerá sobre” Él. Este es el acto final del gran drama de los tratos de Dios con respecto a Israel. Hay un consumo decretado por Dios para la tierra. Pero cuando por fin el asirio levanta su mano, Jehová entra y lo hiere. Y la indignación de Jehová, y Su ira contra Israel, que hasta ahora nunca había sido rechazada, llegará a su fin en la destrucción de esta vara que se magnificó contra el Señor que la usó. El versículo 25 está en contraste con el capítulo 9:12,17,21, y el capítulo 10:4. Senaquerib era un tipo de esto. Pero es una profecía de la destrucción de los asirios en los últimos días, cuando la indignación contra Israel cesará.
El Mesías y su reinado de bendición milenaria
En consecuencia, tenemos, en los capítulos 11-12, al Mesías y su reinado, la fuente de la bendición milenaria del pueblo de Dios. Los primeros versículos del capítulo 11 dan Su carácter; después es el efecto de Su reinado.