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Jeremiah 50

Jer. 50:1 KJV (With Strong’s)

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1
The word
dabar (Hebrew #1697)
a word; by implication, a matter (as spoken of) or thing; adverbially, a cause
KJV usage: act, advice, affair, answer, X any such (thing), because of, book, business, care, case, cause, certain rate, + chronicles, commandment, X commune(-ication), + concern(-ing), + confer, counsel, + dearth, decree, deed, X disease, due, duty, effect, + eloquent, errand, (evil favoured-)ness, + glory, + harm, hurt, + iniquity, + judgment, language, + lying, manner, matter, message, (no) thing, oracle, X ought, X parts, + pertaining, + please, portion, + power, promise, provision, purpose, question, rate, reason, report, request, X (as hast) said, sake, saying, sentence, + sign, + so, some (uncleanness), somewhat to say, + song, speech, X spoken, talk, task, + that, X there done, thing (concerning), thought, + thus, tidings, what(-soever), + wherewith, which, word, work.
Pronounce: daw-baw'
Origin: from 1696
that the Lord
Yhovah (Hebrew #3068)
(the) self-Existent or Eternal; Jehovah, Jewish national name of God
KJV usage: Jehovah, the Lord. Compare 3050, 3069.
Pronounce: yeh-ho-vaw'
Origin: from 1961
spake
dabar (Hebrew #1696)
perhaps properly, to arrange; but used figuratively (of words), to speak; rarely (in a destructive sense) to subdue
KJV usage: answer, appoint, bid, command, commune, declare, destroy, give, name, promise, pronounce, rehearse, say, speak, be spokesman, subdue, talk, teach, tell, think, use (entreaties), utter, X well, X work.
Pronounce: daw-bar'
Origin: a primitive root
against Babylon
Babel (Hebrew #894)
confusion; Babel (i.e. Babylon), including Babylonia and the Babylonian empire
KJV usage: Babel, Babylon.
Pronounce: baw-bel'
Origin: from 1101
l and against the land
'erets (Hebrew #776)
the earth (at large, or partitively a land)
KJV usage: X common, country, earth, field, ground, land, X natins, way, + wilderness, world.
Pronounce: eh'-rets
Origin: from an unused root probably meaning to be firm
of the Chaldeans
Kasdiy (Hebrew #3778)
towards the Kasdites
KJV usage: into Chaldea), patronymically from 3777 (only in the plural); a Kasdite, or descendant of Kesed; by implication, a Chaldaean (as if so descended); also an astrologer (as if proverbial of that people:--Chaldeans, Chaldees, inhabitants of Chaldea.
Pronounce: kas-dee'
Origin: (occasionally with enclitic) Kasdiymah {kas-dee'- maw}
ρby
yad (Hebrew #3027)
a hand (the open one (indicating power, means, direction, etc.), in distinction from 3709, the closed one); used (as noun, adverb, etc.) in a great variety of applications, both literally and figuratively, both proximate and remote (as follows)
KJV usage: (+ be) able, X about, + armholes, at, axletree, because of, beside, border, X bounty, + broad, (broken-)handed, X by, charge, coast, + consecrate, + creditor, custody, debt, dominion, X enough, + fellowship, force, X from, hand(-staves, -y work), X he, himself, X in, labour, + large, ledge, (left-)handed, means, X mine, ministry, near, X of, X order, ordinance, X our, parts, pain, power, X presumptuously, service, side, sore, state, stay, draw with strength, stroke, + swear, terror, X thee, X by them, X themselves, X thine own, X thou, through, X throwing, + thumb, times, X to, X under, X us, X wait on, (way-)side, where, + wide, X with (him, me, you), work, + yield, X yourselves.
Pronounce: yawd
Origin: a primitive word
Jeremiah
Yirmyah (Hebrew #3414)
from 7311 and 3050; Jah will rise; Jirmejah, the name of eight or nine Israelites
KJV usage: Jeremiah.
Pronounce: yir-meh-yaw'
Origin: or Yirmyahuw {yir-meh-yaw'-hoo}
the prophet
nabiy' (Hebrew #5030)
a prophet or (generally) inspired man
KJV usage: prophecy, that prophesy, prophet.
Pronounce: naw-bee'
Origin: from 5012
.
ρ
by the hand of.

More on:

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Cross References

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1-46:  The judgment of Babylon and the redemption of Israel.
A.M. 3409.
B.C. 595.
against Babylon.
Jer. 25:26‑27• 26Y á todos los reyes del aquilón, los de cerca y los de lejos, los unos con los otros; y á todos los reinos de la tierra que están sobre la haz de la tierra: y el rey de Sesach beberá después de ellos.
27Les dirás, pues: Así ha dicho Jehová de los ejércitos, Dios de Israel: Bebed, y embriagaos, y vomitad, y caed, y no os levantéis delante del cuchillo que yo envío entre vosotros.
(Jer. 25:26‑27)
;
Jer. 27:7• 7Y todas las gentes le servirán á él, y á su hijo, y al hijo de su hijo, hasta que venga también el tiempo de su misma tierra; y le servirán muchas gentes y reyes grandes. (Jer. 27:7)
;
Jer. 51:1‑14• 1Así ha dicho Jehová: He aquí que yo levanto sobre Babilonia, y sobre sus moradores que se levantan contra mí, un viento destruidor.
2Y enviaré á Babilonia aventadores que la avienten, y vaciarán su tierra; porque serán contra ella de todas partes en el día del mal.
3Diré al flechero que entesa su arco, y al que se pone orgulloso con su loriga: No perdonéis á sus mancebos, destruid todo su ejército.
4Y caerán muertos en la tierra de los Caldeos, y alanceados en sus calles.
5Porque Israel y Judá no han enviudado de su Dios, Jehová de los ejércitos, aunque su tierra fué llena de pecado contra el Santo de Israel.
6Huid de en medio de Babilonia, y librad cada uno su alma, porque no perezcáis á causa de su maldad: porque el tiempo es de venganza de Jehová; darále su pago.
7Vaso de oro fué Babilonia en la mano de Jehová, que embriaga toda la tierra: de su vino bebieron las gentes; aturdiéronse por tanto las naciones.
8En un momento cayó Babilonia, y despedazóse: aullad sobre ella; tomad bálsamo para su dolor, quizá sanará.
9Curamos á Babilonia, y no ha sanado: dejadla, y vámonos cada uno á su tierra; porque llegado ha hasta el cielo su juicio, y alzádose hasta las nubes.
10Jehová sacó á luz nuestras justicias: venid, y contemos en Sión la obra de Jehová nuestro Dios.
11Limpiad las saetas, embrazad los escudos: despertado ha Jehová el espíritu de los reyes de Media; porque contra Babilonia es su pensamiento para destruirla; porque venganza es de Jehová, venganza de su templo.
12Levantad bandera sobre los muros de Babilonia, reforzad la guardia, poned centinelas, disponed celadas; porque deliberó Jehová, y aun pondrá en efecto lo que ha dicho sobre los moradores de Babilonia.
13La que moras entre muchas aguas, rica en tesoros, venido ha tu fin, la medida de tu codicia.
14Jehová de los ejércitos juró por su vida, diciendo: Yo te llenaré de hombres como de langostas, y levantarán contra ti gritería.
(Jer. 51:1‑14)
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Sal. 137:8‑9• 8Hija de Babilonia destruída, Bienaventurado el que te diere el pago De lo que tú nos hiciste.
9Bienaventurado el que tomará y estrellará tus niños Contra las piedras.
(Sal. 137:8‑9)
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Is. 13:1‑3• 1Carga de Babilonia, que vió Isaías, hijo de Amoz.
2Levantad bandera sobre un alto monte; alzad la voz á ellos, alzad la mano, para que entren por puertas de príncipes.
3Yo mandé á mis santificados, asimismo llamé á mis valientes para mi ira, á los que se alegran con mi gloria.
(Is. 13:1‑3)
;
Is. 14:4• 4Que levantarás esta parábola sobre el rey de Babilonia, y dirás: Cómo paró el exactor, cómo cesó la ciudad codiciosa del oro! (Is. 14:4)
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Is. 21:1‑10• 1Carga del desierto de la mar. así vienen de la tierra horrenda.
2Visión dura me ha sido mostrada. El prevaricador prevarica, y el destructor destruye. Sube, Persa; cerca, Medo. Todo su gemido hice cesar.
3Por tanto mis lomos se han llenado de dolor; angustias se apoderaron de mí, como angustias de mujer de parto: agobiéme oyendo, y al ver heme espantado.
4Pasmóse mi corazón, el horror me ha intimidado; la noche de mi deseo se me tornó en espanto.
5Pon la mesa, mira del atalaya, come, bebe: levantaos, príncipes, ungid el escudo.
6Porque el Señor me dijo así: Ve, pon centinela que haga saber lo que viere.
7Y vió un carro de un par de caballeros, un carro de asno, y un carro de camello. Luego miró muy más atentamente.
8Y gritó como un león: Señor, sobre la atalaya estoy yo continuamente de día, y las noches enteras sobre mi guarda:
9Y he aquí este carro de hombres viene, un par de caballeros. Después habló, y dijo: Cayó, cayó Babilonia; y todos los ídolos de sus dioses quebrantó en tierra.
10Trilla mía, y paja de mi era: os he dicho lo que oí de Jehová de los ejércitos, Dios de Israel.
(Is. 21:1‑10)
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Is. 47:1‑15• 1Desciende, y siéntate en el polvo, virgen hija de Babilonia, siéntate en la tierra sin trono, hija de los Caldeos: que nunca más te llamarán tierna y delicada.
2Toma el molino, y muele harina: descubre tus guedejas, descalza los pies, descubre las piernas, pasa los ríos.
3Descubierta será tu vergüenza, y tu deshonor será visto: tomaré venganza, y no encontraré hombre.
4Nuestro Redentor, Jehová de los ejércitos es su nombre, el Santo de Israel.
5Siéntate, calla, y entra en tinieblas, hija de los Caldeos: porque nunca más te llamarán señora de reinos.
6Enojéme contra mi pueblo, profané mi heredad, y entreguélos en tu mano: no les hiciste misericordias; sobre el viejo agravaste mucho tu yugo.
7Y dijiste: Para siempre seré señora: y no has pensado en esto, ni te acordaste de tu postrimería.
8Oye pues ahora esto, delicada, la que está sentada confiadamente, la que dice en su corazón: Yo soy, y fuera de mí no hay más; no quedaré viuda, ni conoceré orfandad.
9Estas dos cosas te vendrán de repente en un mismo día, orfandad y viudez: en toda su perfección vendrán sobre ti, por la multitud de tus adivinanzas, y por la copia de tus muchos agüeros.
10Porque te confiaste en tu maldad, diciendo: Nadie me ve. Tu sabiduría y tu misma ciencia te engañaron, y dijiste en tu corazón: Yo, y no más.
11Vendrá pues sobre ti mal, cuyo nacimiento no sabrás: caerá sobre ti quebrantamiento, el cual no podrás remediar: y destrucción que no sabrás, vendrá de repente sobre ti.
12Estáte ahora en tus encantamentos, y con la multitud de tus agüeros, en los cuales te fatigaste desde tu niñez; quizá podrás mejorarte, quizá te fortificarás.
13Haste fatigado en la multitud de tus consejos. Parezcan ahora y defiéndante los contempladores de los cielos, los especuladores de las estrellas, los que contaban los meses, para pronosticar lo que vendrá sobre ti.
14He aquí que serán como tamo; fuego los quemará, no salvarán sus vidas del poder de la llama; no quedará brasa para calentarse, ni lumbre á la cual se sienten.
15Así te serán aquellos con quienes te fatigaste, tus negociantes desde tu niñez: cada uno echará por su camino, no habrá quien te salve.
(Is. 47:1‑15)
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Hab. 2:5‑20• 5Y también, por cuanto peca por el vino, es un hombre soberbio, y no permanecerá: que ensanchó como el infierno su alma, y es como la muerte, que no se hartará: antes reunió á sí todas las gentes, y amontonó á sí todos los pueblos.
6¿No han de levantar todos estos sobre él parábola, y sarcasmos contra él? Y dirán: Ay del que multiplicó lo que no era suyo! ¿Y hasta cuándo había de amontonar sobre sí espeso lodo?
7¿No se levantarán de repente los que te han de morder, y se despertarán los que te han de quitar de tu lugar, y serás á ellos por rapiña?
8Porque tú has despojado muchas gentes, todos los otros pueblos te despojarán; á causa de las sangres humanas, y robos de la tierra, de las ciudades y de todos los que moraban en ellas.
9Ay del que codicia maligna codicia para su casa, por poner en alto su nido, por escaparse del poder del mal!
10Tomaste consejo vergonzoso para tu casa, asolaste muchos pueblos, y has pecado contra tu vida.
11Porque la piedra clamará desde el muro, y la tabla del enmaderado le responderá.
12Ay del que edifica la ciudad con sangres, y del que funda la villa con iniquidad!
13¿No es esto de Jehová de los ejércitos? Los pueblos pues trabajarán para el fuego, y las gentes se fatigarán en vano.
14Porque la tierra será llena de conocimiento de la gloria de Jehová, como las aguas cubren la mar.
15Ay del que da de beber á sus compañeros, que les acercas tu hiel y embriagas, para mirar sus desnudeces!
16Haste llenado de deshonra más que de honra: bebe tú también, y serás descubierto; el cáliz de la mano derecha de Jehová volverá sobre ti, y vómito de afrenta sobre tu gloria.
17Porque la rapiña del Líbano caerá sobre ti, y la destrucción de las fieras lo quebrantará; á causa de las sangres humanas, y del robo de la tierra, de las ciudades, y de todos los que en ellas moraban.
18¿De qué sirve la escultura que esculpió el que la hizo? ¿la estatua de fundición, que enseña mentira, para que haciendo imágenes mudas confíe el hacedor en su obra?
19Ay del que dice al palo; Despiértate; y á la piedra muda: Levántate! ¿Podrá él enseñar? He aquí él está cubierto de oro y plata, y no hay dentro de él espíritu.
20Mas Jehová está en su santo templo: calle delante de él toda la tierra.
(Hab. 2:5‑20)
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Ap. 18:1‑24• 1Y después de estas cosas vi otro ángel descender del cielo teniendo grande potencia; y la tierra fué alumbrada de su gloria.
2Y clamó con fortaleza en alta voz, diciendo: Caída es, caída es la grande Babilonia, y es hecha habitación de demonios, y guarida de todo espíritu inmundo, y albergue de todas aves sucias y aborrecibles.
3Porque todas las gentes han bebido del vino del furor de su fornicación; y los reyes de la tierra han fornicado con ella, y los mercaderes de la tierra se han enriquecido de la potencia de sus deleites.
4Y oí otra voz del cielo, que decía: Salid de ella, pueblo mío, porque no seáis participantes de sus pecados, y que no recibáis de sus plagas;
5Porque sus pecados han llegado hasta el cielo, y Dios se ha acordado de sus maldades.
6Tornadle á dar como ella os ha dado, y pagadle al doble según sus obras; en el cáliz que ella os dió á beber, dadle á beber doblado.
7Cuanto ella se ha glorificado, y ha estado en deleites, tanto dadle de tormento y llanto; porque dice en su corazón: Yo estoy sentada reina, y no soy viuda, y no veré llanto.
8Por lo cual en un día vendrán sus plagas, muerte, llanto y hambre, y será quemada con fuego; porque el Señor Dios es fuerte, que la juzgará.
9Y llorarán y se lamentarán sobre ella los reyes de la tierra, los cuales han fornicado con ella y han vivido en deleites, cuando ellos vieren el humo de su incendio,
10Estando lejos por el temor de su tormento, diciendo: Ay, ay, de aquella gran ciudad de Babilonia, aquella fuerte ciudad; porque en una hora vino tu juicio!
11Y los mercaderes de la tierra lloran y se lamentan sobre ella, porque ninguno compra más sus mercaderías:
12Mercadería de oro, y de plata, y de piedras preciosas, y de margaritas, y de lino fino, y de escarlata, y de seda, y de grana, y de toda madera olorosa, y de todo vaso de marfil, y de todo vaso de madera preciosa, y de cobre, y de hierro, y de mármol;
13Y canela, y olores, y ungüentos, y de incienso, y de vino, y de aceite; y flor de harina y trigo, y de bestias, y de ovejas; y de caballos, y de carros, y de siervos, y de almas de hombres.
14Y los frutos del deseo de tu alma se apartaron de ti; y todas las cosas gruesas y excelentes te han faltado, y nunca más las hallarás.
15Los mercaderes de estas cosas, que se han enriquecido, se pondrán lejos de ella por el temor de su tormento, llorando y lamentando,
16Y diciendo: Ay, ay, aquella gran ciudad, que estaba vestida de lino fino, y de escarlata, y de grana, y estaba dorada con oro, y adornada de piedras preciosas y de perlas!
17Porque en una hora han sido desoladas tantas riquezas. Y todo patrón, y todos los que viajan en naves, y marineros, y todos los que trabajan en el mar, se estuvieron lejos;
18Y viendo el humo de su incendio, dieron voces, diciendo: ¿Qué ciudad era semejante á esta gran ciudad?
19Y echaron polvo sobre sus cabezas; y dieron voces, llorando y lamentando, diciendo: Ay, ay, de aquella gran ciudad, en la cual todos los que tenían navíos en la mar se habían enriquecido de sus riquezas; que en una hora ha sido desolada!
20Alégrate sobre ella, cielo, y vosotros, santos, apóstoles, y profetas; porque Dios ha vengado vuestra causa en ella.
21Y un ángel fuerte tomó una piedra como una grande piedra de molino, y la echó en la mar, diciendo: Con tanto ímpetu será derribada Babilonia, aquella grande ciudad, y nunca jamás será hallada.
22Y voz de tañedores de arpas, y de músicos, y de tañedores de flautas y de trompetas, no será más oída en ti; y todo artífice de cualquier oficio, no será más hallado en ti; y el sonido de muela no será más en ti oído:
23Y luz de antorcha no alumbrará más en ti; y voz de esposo ni de esposa no será más en ti oída; porque tus mercaderes eran los magnates de la tierra; porque en tus hechicerías todas las gentes han errado.
24Y en ella fué hallada la sangre de los profetas y de los santos, y de todos los que han sido muertos en la tierra.
(Ap. 18:1‑24)
the land.
Jeremiah.
Heb. the hand of Jeremiah

J. N. Darby Translation

+
1
The word that Jehovah spoke concerninga Babylon, concerninga the land of the Chaldeans, through Jeremiah the prophet.

JND Translation Notes

+
a
Or "against."