Llamo la atención a otro pasaje que puede presentar una dificultad real a algunos. Este es Mateo 24:20: “Orad, pues, que vuestra huida no sea en invierno ni en día de reposo”.
Ahora, si este pasaje es aplicado a la huida de los cristianos cuando Jerusalén fue destruida por los ejércitos de Tito, esto probaría que el día séptimo era “el sábado cristiano”, o que el primer día debiese ser llamado el sábado. Pero el error está en aplicar esto a ese evento.
Muchos han confundido lo que el Señor dice en Mateo 24 con lo que Él dice en Lucas 21. Pero un detallado examen de los dos pasajes mostrará que mientras hay mucho que es común hay también sorprendentes diferencias de la más grande importancia entre ellos. Ambos capítulos hablan de la huida de Jerusalén, y también una señal para la huida es presentada en cada uno; pero las dos huidas son diferentes, como lo son también las dos señales.
En Lucas es la huida de los cristianos cuando Jerusalén fue destruida en el año 70; en Mateo es la huida de un remanente piadoso de judíos para escapar de la gran tribulación justo antes de la aparición del Hijo del Hombre en gloria después que el período de la iglesia haya terminado. Lucas nos presenta la destrucción de Jerusalén y su desolación hasta que los tiempos de los gentiles se hayan cumplido. En Mateo 24 no hay mención de la destrucción de Jerusalén. La destrucción del templo es predicha en el versículo 2, y eso es todo. En el capítulo 23:38, el Señor deja Su casa (el templo) desolada, y en el próximo versículo les dice: “no Me veréis más, hasta que digáis, bendito el que viene en el nombre del Señor”; después en el capítulo 24, Él dice a Sus discípulos que el templo sería completamente destruido. Después los discípulos vienen a Él privadamente, y le dicen “¿cuándo serán estas cosas? ¿Y qué señal habrá de Tu venida y del fin del siglo?” El Señor ya había mencionado la destrucción del templo y no se refirió a eso otra vez, sino que pasa a hablar del estado de cosas que existirá justo antes de Su “venida en las nubes del cielo con gran poder y gloria” (versículo 30). Él menciona las señales que marcarán el fin de la edad. Falsos Cristos y falsos profetas se levantarán, y habrá guerras, hambres, pestilencias y terremotos, la matanza de los fieles, el crecimiento de la iniquidad, y el enfriamiento del amor de muchos.
Debe notarse aquí que el Señor pasa por alto todo el período de la historia de la iglesia desde Pentecostés hasta el arrebatamiento, cuando los santos serán tomados en los aires para estar con el Señor, y solo habla de las cosas conectadas con Jerusalén y Su venida en gloria para establecer el reino milenario. La iglesia es introducida, en una forma de paréntesis, entre la semana sesenta y nueve y la semana setenta de la profecía de Daniel durante el período de la desolación de Jerusalén. Durante este período Dios está llamando un pueblo celestial para Su Hijo, de entre judíos y gentiles, formándolos en un cuerpo por medio del bautismo del Espíritu Santo, un cuerpo del cual Cristo es la Cabeza. Esto de ninguna forma es mencionado en Mateo 24.
Ahora se verá que de Daniel 9:2727And he shall confirm the covenant with many for one week: and in the midst of the week he shall cause the sacrifice and the oblation to cease, and for the overspreading of abominations he shall make it desolate, even until the consummation, and that determined shall be poured upon the desolate. (Daniel 9:27) esa semana (o siete años) de las setenta semanas determinadas sobre el pueblo de Daniel queda para ser cumplida después de la desolación de Jerusalén. Esto tendrá lugar después de que la iglesia, el cuerpo de Cristo, sea quitado de esta escena, de acuerdo con 1 Tesalonicenses 4:1717Then we which are alive and remain shall be caught up together with them in the clouds, to meet the Lord in the air: and so shall we ever be with the Lord. (1 Thessalonians 4:17). Cuando la iglesia se haya ido (o posiblemente antes) los judíos retornarán a su propia tierra. Su cuerpo político será reavivado, y entonces la semana setenta seguirá su curso en vista a cumplir la profecía y poner fin a la edad judía. Durante este breve período de tiempo de historia judía, las cosas mencionadas en Mateo 24 tendrán su cumplimiento. Los judíos estarán en la tierra y también el anticristo. Ellos entrarán en un mal pacto con un príncipe que ha de venir, quien restablecerá la antigua adoración judía, pero quien romperá su pacto a la mitad de la semana, y hará que cese el sacrificio y la oblación. Un ídolo será levantado en el lugar santo y el pueblo será obligado a adorar a éste en lugar de a Dios. Este ídolo será “la abominación desoladora”, mencionada por el profeta Daniel. (Compare 2 Tesalonicenses 2:3-43Let no man deceive you by any means: for that day shall not come, except there come a falling away first, and that man of sin be revealed, the son of perdition; 4Who opposeth and exalteth himself above all that is called God, or that is worshipped; so that he as God sitteth in the temple of God, showing himself that he is God. (2 Thessalonians 2:3‑4); Apocalipsis 13:14-1514And deceiveth them that dwell on the earth by the means of those miracles which he had power to do in the sight of the beast; saying to them that dwell on the earth, that they should make an image to the beast, which had the wound by a sword, and did live. 15And he had power to give life unto the image of the beast, that the image of the beast should both speak, and cause that as many as would not worship the image of the beast should be killed. (Revelation 13:14‑15)).
Ahora, mientras la multitud de los judíos volverán a la tierra en incredulidad y aceptarán al anticristo, habrá un remanente en quien Dios obrará para bendición. Estos rechazarán al anticristo y darán testimonio contra la maldad de la multitud apostata y proclamarán la venida del Rey de Israel para reinar. Esto es lo que se llama “el evangelio del reino”, en Mateo 24:1414And this gospel of the kingdom shall be preached in all the world for a witness unto all nations; and then shall the end come. (Matthew 24:14). Esta es una forma del testimonio de Juan el Bautista proclamando nuevamente el reino como estando cerca, y que alcanzará a todo el mundo “para testimonio a todas las naciones; y entonces vendrá el fin”; es decir, el fin de la edad judía, que debe ser seguida por el glorioso reino del Mesías.
Cuando se ve que todo está conectado con un breve período de la historia judía después de la traslación de la iglesia, se verá fácilmente que la mención del sábado en Mateo 24 tiene una aplicación judía y no una cristiana.
La señal en Lucas es “Jerusalén rodeada con ejércitos”. Los cristianos, cuando vieran esto, debían huir para escapar a “estos días de venganza” que vendrían sobre Jerusalén en el año 70.
La señal en Mateo es, “la abominación desoladora, de la cual habló el profeta Daniel, estando en el lugar santo”. Esta es la señal para que el remanente judío piadoso huya de la gran tribulación que vendrá sobre los judíos apostatas a fin de la edad. Y el Señor les dice que oren para que su huida no sea en invierno ni en día sábado. Este es un tierno cuidado por aquellos cuyos pensamientos y sentimientos serán formados conforme a la ley.
Es claro, entonces, que dondequiera que es mencionado el sábado en el Nuevo Testamento éste es el séptimo día y está siempre conectado con lo que fue claramente judío. Y es justo y claro que ni una sola vez éste es impuesto sobre los cristianos como siendo el día de descanso.