En Deuteronomio 15 encontramos un principio similar en cuanto al año de liberación. En esto no necesitamos detenernos particularmente, pero se les recuerda su propio lugar. Ellos mismos habían sido esclavos; y si habían sido liberados por Dios, debían cultivar el mismo espíritu que Él había mostrado. Este era su punto de imitar a Dios.