El estado eterno

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•  El Señor creará un cielo nuevo y una tierra nueva en donde morará la justicia. (En la era cristiana, mientras el Señor estaba ausente, la justicia sufría; en el milenio la justicia reinará; pero en el estado eterno, la justicia morará.) Será un estado permanente de cosas entre Dios y el hombre. El cielo y la tierra habitarán en una íntima armonía. Los nuevos cielos que serán hechos no son el cielo de los cielos, la morada de Dios. El cielo de cielos no sufrirá ningún cambio porque es, ha sido y será siempre perfecto (2 P. 3:12-13; Ap. 21:1-8; Lv. 23:36,3936Seven days ye shall offer an offering made by fire unto the Lord: on the eighth day shall be an holy convocation unto you; and ye shall offer an offering made by fire unto the Lord: it is a solemn assembly; and ye shall do no servile work therein. (Leviticus 23:36)
39Also in the fifteenth day of the seventh month, when ye have gathered in the fruit of the land, ye shall keep a feast unto the Lord seven days: on the first day shall be a sabbath, and on the eighth day shall be a sabbath. (Leviticus 23:39)
 — “el octavo día”).
•  Los santos justos del milenio terrenal serán trasladados aparentemente, desde la tierra milenial hasta la nueva tierra sin ver la muerte.
•  Desaparecerán todas las distinciones de tiempo, distinciones nacionales, geográficas y limitaciones como las del presente. Habrá un nuevo orden en la vida del hombre sobre la tierra. No habrá más género femenino ni masculino. Ningún enemigo o maldad invadirá jamás la escena de gloria. Este es el estado eterno. También es llamado “el día de Dios,” “la edad de las edades” y “el día de la eternidad” (Ap. 21:1-8; 2 P. 3:12 JND; 1 Co. 15:28; Ef. 3:21 JND; 2 P. 3:18 JND).
•  No habrá más muerte, ni más llanto, ni clamor, ni dolor (1 Co. 15:26; Ap. 21:4).
•  La nueva Jerusalén descenderá del cielo. Será la ciudad de los santos (Ap. 21:2-3).
•  Dios será todo en todos (1 Co. 15:28).
•  Al final habrá más personas en el cielo y en la tierra redimidos por Dios y gozando de Su favor, que en el lago de fuego bajo juicio.1 “Para que en todas las cosas Él [Cristo] tenga la preeminencia.” Comparar Proverbios 27:20 con Lucas 14:23; Colosenses 1:18.
 
1. Esto no es difícil de entender cuando tomamos en cuenta los muchos miles, o tal vez millones, de niños que han muerto en su infancia, por ejemplo en los días de Noé, en el diluvio, o aún antes de haber ellos nacido (Mt. 18:10; 2 S. 12:23).