UN VERSÍCULO PARA MEMORIZAR
"Os daré corazón nuevo, y pondré espíritu nuevo dentro de vosotros; y quitaré de
vuestra carne el corazón de piedra, y os daré un corazón de carne." Ezequiel 36:26
Esta profecía comprende a todo Israel y revela el gobierno de Dios en cuanto al pueblo mismo en este mundo. El pueblo de Israel es el centro de todos los consejos de Dios (Véase Deuteronomio 32:8-14). No se hace mención de los tiempos de los gentiles, tampoco de las cuatro monarquías, pero mira más allá hasta el día cuando el trono del Gobierno volverá a Jerusalén e Israel será restaurado.
Las divisiones de este libro son como sigue:
Capítulos:
1 al 24—Trata de la destrucción y desolación de Jerusalén.
25 al 32—Describe los juicios sobre las naciones que rodean la ciudad de Jerusalén.
33 al 39—Revelan los juicios que caerán sobre Israel y se refiere a Gog (Rusia) y sus aliados en el futuro.
40 al fin—Al fin del libro se habla de la restauración nacional, del templo futuro, sus servicios religiosos y la división de la tierra. Termina con regocijo y la ciudad llevará otro nombre en aquel día “Jehová Shamma", quiere decir, "El Señor está allá".
Este libro es, pues, de suma importancia para el cristiano, porque revela el gran cuidado que Dios tiene por Su pueblo.
El Dios de los israelitas es nuestro Dios también.
Es Dios de la paciencia y de la consolación.
Dios de esperanza.
Dios de paz. (Véase Romanos 15:5,13 y 33)
UN PENSAMIENTO PARA LA JUVENTUD
Ezequiel 4:14
"Y dije: ¡Ah, Señor Jehová! he aquí que mi alma no es inmunda, ni nunca desde mi juventud hasta este tiempo comí cosa mortecina ni despedazada, ni nunca en mi boca entró carne inmunda." Jerusalén tenía que pasar por un sitio, en un tiempo bastante difícil. Ezequiel estaba pensando acerca de los cambios que esto implicaba en su vida. Aun en medio de los tiempos más difíciles podemos recordar que el Señor no nos abandona. Qué importante es la enseñanza de nuestro Señor en Mateo 15:11: "No lo que entra en la boca contamina al hombre; mas lo que sale de la boca, esto contamina al hombre." La verdadera contaminación viene de la boca que no está hablando conforme a la Palabra de Dios. Ten cuidado en todo lo que dices. Palabras corrompidas, chismes, y mentiras, entre otras cosas, no convienen.