Oseas

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UN VERSICULO PARA MEMORIZAR
"Y la sembraré para mí en la tierra, y tendré misericordia de Lo-ruhama; y diré a
Lo-ammi: Tú eres pueblo mío, y él dirá: Dios mío." Oseas 2:23
El libro de Oseas escribe sobre el juicio a Israel, su rechazamiento y subsiguiente restauración.
Oseas profetizaba durante la soberanía de los reyes Uzías, Jotam, Acaz, y Ezequías, reyes de Judá; y de Jeroboam, rey de Israel.
Le preocupaba demasiado la condición moral del pueblo, principalmente de Israel y los juicios que le vendrían, ocasionados por el pecado.
Esta profecía se divide en la siguiente forma: Los capítulos 1 al 3 revelan los propósitos de Dios en cuanto a Israel.
Los capítulos 4 al 14 se dirigen al pueblo mismo. Oseas, el profeta, en 1:2-9 toma en una manera parabólica, la expresión "una mujer fornicaria", simbolizando así la infidelidad de Israel. Oseas tomó por mujer a Gomer con la que tuvo un hijo llamado Jezreel, (nombre de un lugar que después fue testigo de los juicios de Dios). (2 Reyes 9:30-37). Tuvieron también una hija, llamada "Lo-ruhamma" que quiere decir: la no compadecida". Luego les nació otro hijo, llamado "Loammi," que quiere decir "no pueblo mío". Así Dios no les reconoció, pero después pronunció sobre ellos una bendición y gloria final. Aquellos que no merecían la bendición, por gracia fueron llamados: "hijos del Dios viviente" (Véase Oseas 2:23, 1:10).
El apóstol Pablo aplica esto a los gentiles (véase Romanos 9:25-26).
UN PENSAMIENTO PARA LA JUVENTUD
Oseas 2:15
"Y le daré sus viñas desde allí, y el valle de Acor por puerta de esperanza; y allí cantará como en los tiempos de su juventud, y como en el día de su subida de la tierra de Egipto." Israel estaba lejos de Dios y en miseria. En un día venidero, van a estar reconciliados con su Mesías ¡Cuáles serán los resultados!
Las viñas nos hacen pensar del vino que producirán, que es un símbolo de gozo en la biblia. Una puerta de esperanza contrasta con la desesperación en este mundo donde no hacen caso de Jesús, el Salvador. Las canciones nos hacen pensar de lo que fluye de los corazones alegres. Tantas veces hay los que tienen gozo cuando niños pero lo pierden en la juventud mientras van alejándose de Dios. ¡Que nosotros mantengamos el gozo!