Isaías 42:1-4: Mi Siervo

Isaiah 42:1‑4
Un buen siervo realiza su trabajo con gozo y alegría, sin quejarse de sus responsabilidades, las que cumple sin tratar de esquivarlas o jugar. Así que un siervo no hace su propia voluntad sino la de su amo. ¿Cómo es que el Hijo de Dios llegó a ser un siervo? Él es Hijo desde la eternidad y es nada menos que divino. Nosotros tan solo aceptamos las palabras de las Escrituras con reverencia: “El cual, siendo en forma de Dios, no tuvo por usurpación ser igual a Dios: Sin embargo, se anonadó a sí mismo, tomando forma de siervo, hecho semejante a los hombres” (Filipenses 2:6-7,6Who, being in the form of God, thought it not robbery to be equal with God: 7But made himself of no reputation, and took upon him the form of a servant, and was made in the likeness of men: (Philippians 2:6‑7) RVR 1909). A través de su ejemplo perfecto, nosotros también aprendemos cómo ser siervos fieles.
Israel, como nación, era considerado como siervo de Dios pero fracasó horriblemente. Los judíos cayeron en la idolatría y Dios tuvo que buscar un siervo fiel, el Señor Jesucristo: “He aquí mi siervo, yo le sostendré; mi escogido, en quien mi alma tiene contentamiento; he puesto sobre Él mi Espíritu...” (Isaías 42:11Behold my servant, whom I uphold; mine elect, in whom my soul delighteth; I have put my spirit upon him: he shall bring forth judgment to the Gentiles. (Isaiah 42:1)). Dios quiere que contemplemos a su Siervo porque en Él tiene contentamiento; pues todo lo que el Hijo del Hombre, Jesús, realizó fue a la perfección y en comunión con Dios el Padre. Nosotros, al igual que los judíos, fallamos en nuestro servicio: a veces discutimos con Dios acerca de nuestras vidas y desobedecemos sus direcciones o somos perezosos y actuamos según nuestra propia voluntad. Jesús, el siervo escogido, jamás hizo algo como hombre sin depender en Dios: todo lo que Él hizo fue hecho en el poder del Espíritu Santo. En Mateo 3:1717And lo a voice from heaven, saying, This is my beloved Son, in whom I am well pleased. (Matthew 3:17) leemos: “Y hubo una voz de los cielos, que decía: Este es mi Hijo amado, en quien tengo complacencia”. Dios quiere que nos detengamos y consideremos al Siervo perfecto, pues podemos aprender mucho de su ejemplo.
“No gritará, ni alzará su voz, ni la hará oír en las calles” (Isaías 42:22He shall not cry, nor lift up, nor cause his voice to be heard in the street. (Isaiah 42:2)). No vino a su pueblo para causar alboroto sino para hablar a sus corazones. Pero ellos esperaban su venida cual un torbellino que los librase del yugo romano; sin embargo, al contrario de lo que esperaban, leemos sus palabras: “Bienaventurados los mansos... Bienaventurados los pacificadores...” (Mateo 5:5,95Blessed are the meek: for they shall inherit the earth. (Matthew 5:5)
9Blessed are the peacemakers: for they shall be called the children of God. (Matthew 5:9)
). Su actitud fue humilde y llena de mansedumbre. Alguien que es manso no reacciona con rencor cuando es maltratado; así, el Señor en vez de defenderse a sí mismo permitió que los soldados le clavasen en una cruz y murió por nosotros: ni siquiera abrió su boca cuando le acusaron injustamente.
Vino a su pueblo buscando la fe y el arrepentimiento pero no halló casi nada de estas cosas, mas leemos estas preciosas palabras: “No quebrará la caña cascada, ni apagará el pábilo que humeare” (Isaías 42:33A bruised reed shall he not break, and the smoking flax shall he not quench: he shall bring forth judgment unto truth. (Isaiah 42:3)). La caña cascada nos hace pensar de algo muy débil y que está por quebrarse completamente. Una persona arrepentida cesa de luchar y acepta la voluntad de Dios, Quien en vez de destruirle, le perdona con amor y no le quiebra completamente. El pábilo humeando nos hace pensar de un fuego que está por extinguirse. Una fe débil es algo semejante. El Señor Jesucristo no vino para extinguir la fe de su pueblo sino para hacerla crecer, ya que Él era el Siervo de Dios para animar y edificar.
“No se cansará ni desmayará, hasta que establezca en la tierra justicia” (Isaías 42:44He shall not fail nor be discouraged, till he have set judgment in the earth: and the isles shall wait for his law. (Isaiah 42:4)). Está contento y espera hasta que su Padre Le diga que ya es tiempo de reinar. Como Siervo perfecto simplemente hizo su trabajo de amor y aguarda su tiempo para reinar. Podemos aprender mucho de su ejemplo.