vv. 1-6: Sufrimientos en la cruz
“Las aguas han entrado hasta el alma”. El padecimiento del Señor llegó hasta lo más profundo de su ser; pues el sufrimiento de la cruz lo sintió hasta su alma. En las expresiones de estos versículos vemos el peso de la carga que Él llevó en lugar de nosotros. Experimentó el no tener apoyo, se hundió y no hubo cómo levantarse. Los “abismos de aguas” expresan una fuente de padecimiento y opresión sin fondo visible; pero no fue por su propia culpa que sufrió sino por la nuestra. Él dijo: “¿y he de pagar lo que no robé?”. El Señor Jesucristo no robó la comunión con Dios que tuvo el ser humano; sin embargo, sufrió crueles dolores para poder restaurarla.
vv. 7-12: Los sufrimientos antes de la cruz
“Extraño he sido para mis hermanos”. Durante su vida el Señor experimentó el rechazo de su pueblo, inclusive de sus propios hermanos, quienes pensaron que estaba loco. Este menosprecio tuvo lugar porque Él era perfecto en medio de un pueblo que había rechazado al Dios verdadero y no podían soportar a un hombre perfecto que siempre hacía la voluntad de su Padre. Los líderes: “los que se sentaban a la puerta”, y los más bajos: “los bebedores”, le escarnecieron; pues todos eran condenados por su perfección y muchos no aceptaron su gracia.
vv. 13-21: La confianza en Dios y el odio del hombre
“Oh Dios, por la abundancia de tu misericordia, por la verdad de tu salvación, escúchame”. En todos sus problemas el Señor acudió a Dios por consolación y en su vida nunca dejó de expresar confianza en Dios. Entre tanto vivió como hombre nos dejó el ejemplo perfecto de sumisión y dependencia. “El escarnio ha quebrantado mi corazón”: como hombre era perfecto en sus sentimientos y podía sentir el odio del ser humano, lo cual hirió su corazón perfecto y sin mancha.
vv. 22-28: El Señor llama para justicia
“Derrama sobre ellos tu ira”. En la cruz el Señor dijo: “Padre, perdónalos, porque no saben lo que hacen” (Lucas 23:3434Then said Jesus, Father, forgive them; for they know not what they do. And they parted his raiment, and cast lots. (Luke 23:34)). Se extendió la misericordia hacia sus perseguidores y por gracia todos los que conocemos a Cristo, hemos entrado en esta bendición. Vivimos en el día de la gracia, cuando Dios está tratando con el mundo tan solo por gracia; pero el Señor también va a juzgar lo malo de una manera muy visible durante un tiempo venidero llamado la tribulación. Los judíos justos que van a sufrir por su rectitud durante la tribulación, van a poder reclamar la venganza sobre sus enemigos porque aquel día será de justicia. En estos versículos vemos al Señor hablando en una forma modelo al pedir la justicia de Dios.
vv. 29-36: Liberado y exaltado
“Alabaré yo el nombre de Dios con cántico”. Inmediatamente después de su liberación, el Señor como hombre perfecto ofreció alabanzas a Dios. Muchas veces nosotros olvidamos darle las gracias merecidas por sus grandes misericordias. En cambio en toda esta sección del Salmo 69, el Señor es el líder de las alabanzas a Dios su Padre y nos da un ejemplo perfecto en cuanto a ello a todos.