Neh. 9:26‑36• 26Empero te irritaron, y rebeláronse contra ti, y echaron tu ley tras sus espaldas, y mataron tus profetas que protestaban contra ellos para convertirlos á ti; é hicieron grandes abominaciones.
27Y entregástelos en mano de sus enemigos, los cuales los afligieron: y en el tiempo de su tribulación clamaron á ti, y tú desde los cielos los oíste; y según tus muchas miseraciones les dabas salvadores, que los salvasen de mano de sus enemigos.
28Mas en teniendo reposo, se volvían á hacer lo malo delante de ti; por lo cual los dejaste en mano de sus enemigos, que se enseñorearon de ellos: pero convertidos clamaban otra vez á ti, y tú desde los cielos los oías, y según tus miseraciones muchas veces los libraste.
29Y protestásteles que se volviesen á tu ley; mas ellos hicieron soberbiamente, y no oyeron tus mandamientos, sino que pecaron contra tus juicios, los cuales si el hombre hiciere, en ellos vivirá; y dieron hombro renitente, y endurecieron su cerviz, y no escucharon.
30Y alargaste sobre ellos muchos años, y protestásteles con tu espíritu por mano de tus profetas, mas no escucharon; por lo cual los entregaste en mano de los pueblos de la tierra.
31Empero por tus muchas misericordias no los consumiste, ni los dejaste; porque eres Dios clemente y misericordioso.
32Ahora pues, Dios nuestro, Dios grande, fuerte, terrible, que guardas el pacto y la misericordia, no sea tenido en poco delante de ti todo el trabajo que nos ha alcanzando á nuestros reyes, á nuestros príncipes, á nuestros sacerdotes, y á nuestros profetas, y á nuestros padres, y á todo tu pueblo, desde los días de los reyes de Asiria hasta este día.
33Tú empero eres justo en todo lo que ha venido sobre nosotros; porque rectamente has hecho, mas nosotros hemos hecho lo malo:
34Y nuestros reyes, nuestros príncipes, nuestros sacerdotes, y nuestros padres, no pusieron por obra tu ley, ni atendieron á tus mandamiento y á tus testimonios, con que les protestabas.
35Y ellos en su reino y en tu mucho bien que les diste, y en la tierra espaciosa y pingüe que entregaste delante de ellos, no te sirvieron, ni se convirtieron de sus malas obras.
36He aquí que hoy somos siervos, henos aquí, siervos en la tierra que diste á nuestros padres para que comiesen sus fruto y su bien. (Neh. 9:26‑36)
Ez. 16:1‑63• 1Y fué á mí palabra de Jehová, diciendo:
2Hijo del hombre, notifica á Jerusalem sus abominaciones,
3Y di: Así ha dicho el Señor Jehová sobre Jerusalem: Tu habitación y tu raza fué de la tierra de Canaán; tu padre Amorrheo, y tu madre Hethea.
4Y cuanto á tu nacimiento, el día que naciste no fué cortado tu ombligo, ni fuiste lavada con aguas para atemperarte, ni salada con sal, ni fuiste envuelta con fajas.
5No hubo ojo que se compadeciese de ti, para hacerte algo de esto, teniendo de ti misericordia; sino que fuiste echada sobre la haz del campo, con menosprecio de tu vida, en el día que naciste.
6Y yo pasé junto á ti, y te vi sucia en tus sangres, y díjete: En tus sangres, vive; vive, díjete, en tus sangres.
7En millares como la hierba del campo te puse, y fuiste aumentada y engrandecida, y viniste á ser adornada grandemente; los pechos te crecieron, y tu pelo brotó; mas tú estabas desnuda y descubierta.
8Y pasé yo junto á ti, y te miré, y he aquí que tu tiempo era tiempo de amores; y extendí mi manto sobre ti, y cubrí tu desnudez; y díte juramento, y entré en concierto contigo, dice el Señor Jehová, y fuiste mía:
9Y te lavé con agua, y lavé tus sangres de encima de ti, y ungíte con aceite;
10Y te vestí de bordado, y te calcé de tejón, y ceñíte de lino, y te vestí de seda.
11Y te atavíe con ornamentos, y puse ajorcas en tus brazos, y collar á tu cuello;
12Y puse joyas sobre tus narices, y zarcillos en tus orejas, y diadema de hermosura en tu cabeza.
13Y fuiste adornada de oro y de plata, y tu vestido fué lino, y seda, y bordado; comiste flor de harina de trigo, y miel, y aceite; y fuiste hermoseada en extremo, y has prosperado hasta reinar.
14Y salióte nombradía entre las gentes á causa de tu hermosura; porque era perfecta, á causa de mi hermosura que yo puse sobre ti, dice el Señor Jehová.
15Mas confiaste en tu hermosura, y fornicaste á causa de tu nombradía, y derramaste tus fornicaciones á cuantos pasaron; suya eras.
16Y tomaste de tus vestidos, e hicístete diversos altos lugares, y fornicaste en ellos: cosa semejante no vendrá, ni será así.
17Tomaste asimismo los vasos de tu hermosura de mi oro y de mi plata, que yo te había dado, é hicístete imágenes de hombre, y fornicaste con ellas.
18Y tomaste tus vestidos de diversos colores, y cubrístelas; y mi aceite y mi perfume pusiste delante de ellas.
19Mi pan también, que yo te había dado, la flor de la harina, y el aceite, y la miel, con que yo te mantuve, pusiste delante de ellas para olor suave; y fué así, dice el Señor Jehová.
20Demás de esto, tomaste tus hijos y tus hijas que me habías engendrado, y los sacrificaste á ellas para consumación. ¿Es poco, esto de tus fornicaciones?
21Y sacrificaste mis hijos, y dístelos á ellas para que los hiciesen pasar por el fuego.
22Y con todas tus abominaciones y tus fornicaciones no te has acordado de los días de tu mocedad, cuando estabas desnuda y descubierta, cuando estabas envuelta en tu sangre.
23Y fué que después de toda tu maldad(ay, ay de ti! dice el Señor Jehová,lare the work of God, and understand His doing.)
24Edificástete alto, y te hiciste altar en todas las plazas:
25En toda cabeza de camino edificaste tu altar, y tornaste abominable tu hermosura, y abriste tus piernas á cuantos pasaban, y multiplicaste tus fornicaciones.
26Y fornicaste con los hijos de Egipto, tus vecinos, de grandes carnes; y aumentaste tus fornicaciones para enojarme.
27Por tanto, he aquí que yo extendí sobre ti mi mano, y disminuí tu provisión ordinaria, y te entregué á la voluntad de las hijas de los Filisteos que te aborrecen, las cuales se avergüenzan de tu camino deshonesto.
28Fornicaste también con los hijos de Assur por no haberte hartado; y fornicaste con ellos, y tampoco te hartaste.
29Multiplicaste asimismo tu fornicación en la tierra de Canaán y de los Caldeos: ni tampoco con esto te hartaste.
30Cuán inconstante es tu corazón, dice el Señor Jehová, habiendo hecho todas estas cosas, obras de una poderosa ramera,
31Edificando tus altares en cabeza de todo camino, y haciendo tus altares en todas las plazas! Y no fuiste semejante á ramera, menospreciando el salario,
32Sino como mujer adúltera, por cuanto que en lugar de su marido recibe á ajenos.
33A todas las rameras dan dones; mas tú diste tus dones á todos tus enamorados; y les diste presentes, porque entrasen á ti de todas partes por tus fornicaciones.
34Y ha sido en ti al contrario de las mujeres en tus fornicaciones, ni nunca después de ti será así fornicado; porque en dar tú dones, y no ser dados dones á ti, ha sido al contrario.
35Por tanto, ramera, oye palabra de Jehová:
36Así ha dicho el Señor Jehová: Por cuanto han sido descubiertas tus vergüenzas, y tu confusión ha sido manifestada á tus enamorados en tus fornicaciones; y á los ídolos de tus abominaciones, y en la sangre de tus hijos, los cuales les diste;
37Por tanto, he aquí que yo junto todos tus enamorados con los cuales tomaste placer, y todos los que amaste, con todos los que aborreciste; y reunirélos contra ti alrededor, y descubriréles tu vergüenza, y verán toda tu torpeza.
38Y yo te juzgaré por las leyes de las adúlteras, y de las que derraman sangre; y te daré en sangre de ira y de celo.
39Y te entregaré en mano de ellos: y destruirán tu alto, y derribarán tus altares, y te harán desnudar de tus ropas, y se llevarán los vasos de tu gloria, y te dejarán desnuda y descubierta.
40Y harán subir contra ti reunión de gente, y te apedrearán con piedras, y te atravesarán con sus espadas.
41Y quemarán tus casas á fuego, y harán en ti juicios á ojos de muchas mujeres; y hacerte he cesar de ser ramera, ni tampoco darás más don.
42Y haré reposar mi ira sobre ti, y apartaráse de ti mi celo, y descansaré de más enojarme.
43Por cuanto no te acordaste de los días de tu mocedad, y me provocaste á ira en todo esto, por eso, he aquí yo también he tornado tu camino sobre tu cabeza, dice el Señor Jehová; pues ni aun has pensado sobre todas tus abominaciones.
44He aquí que todo proverbista hará de ti proverbio, diciendo: Como la madre, tal su hija.
45Hija de tu madre eres tú, que desechó á su marido y á sus hijos; y hermana de tus hermanas eres tú, que desecharon á sus maridos y á sus hijos: vuestra madre fué Hethea, y vuestro padre Amorrheo.
46Y tu hermana mayor es Samaria con su hijas, la cual habita á tu mano izquierda; y tu hermana la menor que tú es Sodoma con sus hijas, la cual habita á tu mano derecha.
47Y aun no anduviste en sus caminos, ni hiciste según sus abominaciones; antes, como si esto fuera poco y muy poco, te corrompiste más que ellas en todos tus caminos.
48Vivo yo, dice el Señor Jehová, Sodoma tu hermana, con sus hijas, no ha hecho como hiciste tú y tus hijas.
49He aquí que esta fué la maldad de Sodoma tu hermana: soberbia, hartura de pan, y abundancia de ociosidad tuvo ella y sus hijas; y no corroboró la mano del afligido y del menesteroso.
50Y ensoberbeciéronse, é hicieron abominación delante de mí, y quitélas como vi bueno.
51Y Samaria no cometió ni la mitad de tus pecados; porque tú multiplicaste tus abominaciones más que ellas, y has justificado á tus hermanas con todas tus abominaciones que hiciste.
52Tú también, que juzgaste á tus hermanas, lleva tu vergüenza en tus pecados que hiciste más abominables que ellas: más justas son que tú: avergüénzate pues tú también, y lleva tu confusión, pues que has justificado á tus hermanas.
53Yo pues haré tornar sus cautivos, los cautivos de Sodoma y de sus hijas, y los cautivos de Samaria y de sus hijas, y los cautivos de tus cautiverios entre ellas,
54Para que tú lleves tu confusión, y te avergüences de todo lo que has hecho, siéndoles tú motivo de consuelo.
55Y tus hermanas, Sodoma con sus hijas y Samaria con sus hijas, volverán á su primer estado; tú también y tus hijas volveréis á vuestro primer estado.
56Sodoma, tu hermana, no fué nombrada en tu boca en el tiempo de tus soberbias,
57Antes que tu maldad se descubriese, como en el tiempo de la vergüenza de las hijas de Siria y de todas las hijas de los Filisteos alrededor, que te menosprecian en contorno.
58Tú has llevado tu enormidad y tus abominaciones, dice Jehová.
59Empero así ha dicho el Señor Jehová: ¿Haré yo contigo como tú hiciste, que menospreciaste el juramento para invalidar el pacto?
60Antes yo tendré memoria de mi pacto que concerté contigo en los días de tu mocedad, y te confirmaré un pacto sempiterno.
61Y acordarte has de tus caminos y te avergonzarás, cuando recibirás á tus hermanas, las mayores que tú con las menores que tú, las cuales yo te daré por hijas, mas no por tu pacto.
62Y confirmaré mi pacto contigo, y sabrás que yo soy Jehová;
63Para que te acuerdes, y te avergüences, y nunca más abras la boca á causa de tu vergüenza, cuando me aplacare para contigo de todo lo que hiciste, dice el Señor Jehová. (Ez. 16:1‑63)
Ez. 20:1‑49• 1Y aconteció en el año séptimo, en el mes quinto, á los diez del mes, que vinieron algunos de los ancianos de Israel á consultar á Jehová, y sentáronse delante de mí.
2Y fué á mí palabra de Jehová, diciendo:
3Hijo del hombre, habla á los ancianos de Israel, y diles: Así ha dicho el Señor Jehová: ¿A consultarme venís vosotros? Vivo yo, que yo no os responderé, dice el Señor Jehová.
4¿Quieres tú juzgarlos? ¿los quieres juzgar tú, hijo del hombre? Notifícales las abominaciones de sus padres;
5Y diles: Así ha dicho el Señor Jehová: El día que escogí á Israel, y que alcé mi mano por la simiente de la casa de Jacob, y que fuí conocido de ellos en la tierra de Egipto, cuando alcé mi mano á ellos, diciendo: Yo soy Jehová vuestro Dios;
6Aquel día que les alcé mi mano, que los sacaría de la tierra de Egipto á la tierra que les había proveído, que fluye leche y miel, la cual es la más hermosa de todas las tierras;
7Entonces les dije: Cada uno eche de sí cada uno de las abominaciones de sus ojos, y no os contaminéis en los ídolos de Egipto. Yo soy Jehová vuestro Dios.
8Mas ellos se rebelaron contra mí, y no quisieron obedecerme: no echó de sí cada uno las abominaciones de sus ojos, ni dejaron los ídolos de Egipto; y dije que derramaría mi ira sobre ellos, para cumplir mi enojo en ellos en medio de la tierra de Egipto.
9Con todo, á causa de mi nombre, porque no se infamase en los ojos de las gentes en medio de las cuales estaban, en cuyos ojos fuí conocido de ellos, hice para sacarlos de tierra de Egipto.
10Saquélos pues de la tierra de Egipto, y trájelos al desierto;
11Y díles mis ordenanzas, y declaréles mis derechos, los cuales el hombre que los hiciere, vivirá en ellos.
12Y díles también mis sábados que fuesen por señal entre mí y ellos, para que supiesen que yo soy Jehová que los santifico.
13Mas rebeláronse contra mí la casa de Israel en el desierto; no anduvieron en mis ordenanzas, y desecharon mis derechos, los cuales el hombre que los hiciere, vivirá en ellos; y mis sábados profanaron en gran manera; dije, por tanto, que había de derramar sobre ellos mi ira en el desierto para consumirlos.
14Pero en atención á mi nombre hice porque no se infamase á la vista de la gentes, delante de cuyos ojos los saqué.
15Y también yo les alcé mi mano en el desierto, que no los metería en la tierra que les dí, que fluye leche y miel, la cual es la más hermosa de todas las tierras;
16Porque desecharon mis derechos, y no anduvieron en mis ordenanzas, y mis sábados profanaron: porque tras sus ídolos iba su corazón.
17Con todo los perdonó mi ojo, no matándolos, ni los consumí en el desierto;
18Antes dije en el desierto á sus hijos: No andéis en las ordenanzas de vuestros padres, ni guardéis sus leyes, ni os contaminéis en sus ídolos.
19Yo soy Jehová vuestro Dios; andad en mis ordenanzas, y guardad mis derechos, y ponedlos por obra:
20Y santificad mis sábados, y sean por señal entre mí y vosotros, para que sepáis que yo soy Jehová vuestro Dios.
21Y los hijos se rebelaron contra mí: no anduvieron en mis ordenanzas, ni guardaron mis derechos para ponerlos por obra, los cuales el hombre que los cumpliere, vivirá en ellos; profanaron mis sábados. Dije entonces que derramaría mi ira sobre ellos, para cumplir mi enojo en ellos en el desierto.
22Mas retraje mi mano, y en atención á mi nombre hice porque no se infamase á vista de las gentes, delante de cuyos ojos los saqué.
23Y también les alcé yo mi mano en el desierto, que los esparciría entre las gentes, y que los aventaría por las tierras;
24Porque no pusieron por obra mis derechos, y desecharon mis ordenanzas, y profanaron mis sábados, y tras los ídolos de sus padres se les fueron sus ojos.
25Por eso yo también les dí ordenanzas no buenas, y derechos por los cuales no viviesen;
26Y contaminélos en sus ofrendas cuando hacían pasar por el fuego todo primogénito, para que los desolase, á fin de que supiesen que yo soy Jehová.
27Por tanto, hijo del hombre, habla á la casa de Israel, y diles: Así ha dicho el Señor Jehová: Aun en esto me afrentaron vuestros padres cuando cometieron contra mí rebelión.
28Porque yo los metí en la tierra sobre la cual había alzado mi mano que les había de dar, y miraron á todo collado alto, y á todo árbol espeso, y allí sacrificaron sus víctimas, y allí presentaron la irritación de sus ofrendas, allí pusieron también él olor de su suavidad, y allí derramaron sus libaciones.
29Y yo les dije: ¿Qué es ese alto adonde vosotros vais? Y fué llamado su nombre Bamah hasta el día de hoy.
30Di, pues, á la casa de Israel: Así ha dicho el Señor Jehová: ¿No os contamináis vosotros á la manera de vuestros padres, y fornicáis tras sus abominaciones?
31Porque ofreciendo vuestras ofrendas, haciendo pasar vuestros hijos por el fuego, os habéis contaminado con todos vuestros ídolos hasta hoy: ¿y he de responderos yo, casa de Israel? Vivo yo, dice el Señor Jehová, que no os responderé.
32Y no ha de ser lo que habéis pensado. Porque vosotros decís: Seamos como las gentes, como las familias de las naciones, sirviendo á la madera y á la piedra.
33Vivo yo, dice el Señor Jehová, que con mano fuerte, y brazo extendido, y enojo derramado, tengo de reinar sobre vosotros:
34Y os sacaré de entre los pueblos, y os juntaré de las tierras en que estáis esparcidos, con mano fuerte, y brazo extendido, y enojo derramado:
35Y os he de traer al desierto de pueblos, y allí litigaré con vosotros cara á cara.
36Como litigué con vuestros padres en el desierto de la tierra de Egipto, así litigaré con vosotros, dice el Señor Jehová.
37Y os haré pasar bajo de vara y os traeré en vínculo de concierto;
38Y apartaré de entre vosotros los rebeldes, y los que se rebelaron contra mí: de la tierra de sus destierros los sacaré, y á la tierra de Israel no vendrán; y sabréis que yo soy Jehová.
39Y vosotros, oh casa de Israel, así ha dicho el Señor Jehová: Andad cada uno tras sus ídolos, y servidles, pues que á mí no me obedecéis; y no profanéis más mi santo nombre con vuestras ofrendas, y con vuestros ídolos.
40Empero en mi santo monte, en el alto monte de Israel, dice el Señor Jehová, allí me servirá toda la casa de Israel, toda ella en la tierra: allí los querré, y allí demandaré vuestras ofrendas, y las primicias de vuestros dones, con todas vuestras cosas consagradas.
41En olor de suavidad os aceptaré, cuando os hubiere sacado de entre los pueblos, y os hubiere juntado de las tierras en que estáis esparcidos; y seré santificado en vosotros á los ojos de las gentes.
42Y sabréis que yo soy Jehová, cuando os hubiere metido en la tierra de Israel, en la tierra por la cual alcé mi mano que la daría á vuestros padres.
43Y allí os acordaréis de vuestros caminos, y de todos vuestros hechos en que os contaminasteis; y seréis confusos en vuestra misma presencia por todos vuestros pecados que cometisteis.
44Y sabréis que yo soy Jehová cuando hiciere con vosotros por amor de mi nombre, no según vuestros caminos malos, ni según vuestras perversas obras, oh casa de Israel, dice el Señor Jehová.
45Y fué á mí palabra de Jehová, diciendo:
46Hijo del hombre, pon tu rostro hacia el mediodía, y derrama tu palabra hacia la parte austral, y profetiza contra el bosque del campo del mediodía.
47Y dirás al bosque del mediodía: Oye palabra de Jehová: Así ha dicho el Señor Jehová: He aquí que yo enciendo en ti fuego, el cual consumirá en ti todo árbol verde, y todo árbol seco: no se apagará la llama del fuego; y serán quemados en ella todos rostros, desde el mediodía hasta el norte.
48Y verá toda carne que yo Jehová lo encendí; no se apagará.
49Y dije: Ah, Señor Jehová! ellos dicen de mí: ¿No profiere éste parábolas? (Ez. 20:1‑49)
Ez. 22:1‑23:49• 1Y fué á mí palabra de Jehová, diciendo:
2Y tú, hijo del hombre, ¿no juzgarás tú, no juzgarás tú á la ciudad derramadora de sangre, y le mostrarás todas sus abominaciones?
3Dirás, pues: Así ha dicho el Señor Jehová: Ciudad derramadora de sangre en medio de sí, para que venga su hora, y que hizo ídolos contra sí misma para contaminarse!
4En tu sangre que derramaste has pecado, y te has contaminado en tus ídolos que hiciste; y has hecho acercar tus días, y has llegado á tus años: por tanto te he dado en oprobio á las gentes, y en escarnio á todas las tierras.
5Las que están cerca, y las que están lejos de ti, se reirán de ti, amancillada de fama, y de grande turbación.
6He aquí que los príncipes de Israel, cada uno según su poder, fueron en ti para derramar sangre.
7Al padre y á la madre despreciaron en ti: al extranjero trataron con calumnia en medio de ti: al huérfano y á la viuda despojaron en ti.
8Mis santuarios menospreciaste, y mis sábados has profanado.
9Calumniadores hubo en ti para derramar sangre; y sobre los montes comieron en ti: hicieron en medio de ti suciedades.
10La desnudez del padre descubrieron en ti; la inmunda de menstruo forzaron en ti.
11Y cada uno hizo abominación con la mujer de su prójimo; y cada uno contaminó su nuera torpemente; y cada uno forzó en ti á su hermana, hija de su padre.
12Precio recibieron en ti para derramar sangre; usura y logro tomaste, y á tus prójimos defraudaste con violencia: olvidástete de mí, dice el Señor Jehová.
13Y he aquí, que herí mi mano á causa de tu avaricia que cometiste, y á causa de tus sangres que fueron en medio de ti.
14¿Estará firme tu corazón? ¿tus manos serán fuertes en los días que obraré yo contra ti? Yo Jehová he hablado, y harélo.
15Y yo te esparciré por las gentes, y te aventaré por las tierras; y haré fenecer de ti tu inmundicia.
16Y tomarás heredad en ti á los ojos de las gentes; y sabrás que yo soy Jehová.
17Y fué á mí palabra de Jehová, diciendo:
18Hijo del hombre, la casa de Israel se me ha tornado en escoria: todos ellos son metal, y estaño, y hierro, y plomo, en medio del horno; escorias de plata se tornaron.
19Por tanto, así ha dicho el Señor Jehová: Por cuanto todos vosotros os habéis tornado en escorias, por tanto, he aquí que yo os junto en medio de Jerusalem.
20Como quien junta plata y metal y hierro y plomo y estaño en medio del horno, para encender fuego en él para fundir; así os juntaré en mi furor y en mi ira, y haré reposar, y os fundiré.
21Yo os juntaré y soplaré sobre vosotros en el fuego de mi furor, y en medio de él seréis fundidos.
22Como se funde la plata en medio del horno, así seréis fundidos en medio de él; y sabréis que yo Jehová habré derramado mi enojo sobre vosotros.
23Y fué á mí palabra de Jehová, diciendo:
24Hijo del hombre, di á ella: Tú no eres tierra limpia, ni rociada con lluvia en el día del furor.
25La conjuración de sus profetas en medio de ella, como león bramando que arrebata presa: devoraron almas, tomaron haciendas y honra, aumentaron sus viudas en medio de ella.
26Sus sacerdotes violentaron mi ley, y contaminaron mis santuarios: entre lo santo y lo profano no hicieron diferencia, ni distinguieron entre inmundo y limpio; y de mis sábados escondieron sus ojos, y yo era profanado en medio de ellos.
27Sus príncipes en medio de ella como lobos que arrebataban presa, derramando sangre, para destruir las almas, para pábulo de su avaricia.
28Y sus profetas revocaban con lodo suelto, profetizándoles vanidad, y adivinándoles mentira, diciendo: Así ha dicho el Señor Jehová; y Jehová no había hablado.
29El pueblo de la tierra usaba de opresión, y cometía robo, y al afligido y menesteroso hacían violencia, y al extranjero oprimían sin derecho.
30Y busqué de ellos hombre que hiciese vallado y que se pusiese al portillo delante de mí por la tierra, para que yo no la destruyese; y no lo hallé.
31Por tanto derramé sobre ellos mi ira; con el fuego de mi ira los consumí: torné el camino de ellos sobre su cabeza, dice el Señor Jehová.
1Y fué á mí palabra de Jehová, diciendo:
2Hijo del hombre, hubo dos mujeres, hijas de una madre,
3Las cuales fornicaron en Egipto; en sus mocedades fornicaron. Allí fueron apretados sus pechos, y allí fueron estrujados los pechos de su virginidad.
4Y llamábanse, la mayor, Aholah, y su hermana, Aholibah; las cuales fueron mías, y parieron hijos é hijas. Y llamáronse, Samaria, Aholah; y Jerusalem, Aholibah.
5Y Aholah cometió fornicación en mi poder: y prendóse de sus amantes, los Asirios sus vecinos,
6Vestidos de cárdeno, capitanes y príncipes, mancebos todos de codiciar, caballeros que andaban á caballo.
7Y puso sus fornicaciones con ellos, con todos los más escogidos de los hijos de los Asirios, y con todos aquellos de quienes se enamoró: contaminóse con todos los ídolos de ellos.
8Y no dejó sus fornicaciones de Egipto: porque con ella se echaron en su mocedad, y ellos comprimieron los pechos de su virginidad, y derramaron sobre ella su fornicación.
9Por lo cual la entregué en mano de sus amantes, en mano de los hijos de los Asirios, de quienes se había enamorado.
10Ellos descubrieron sus vergüenzas, tomaron sus hijos y sus hijas, y á ella mataron á cuchillo: y vino á ser de nombre entre las mujeres, pues en ella hicieron juicios.
11Y viólo su hermana Aholibah, y estragó su amor más que ella; y sus fornicaciones, más que las fornicaciones de su hermana.
12Enamoróse de los hijos de los Asirios, sus vecinos, capitanes y príncipes, vestidos en perfección, caballeros que andaban á caballo, todos ellos mancebos de codiciar.
13Y vi que se había contaminado: un camino era el de ambas.
14Y aumentó sus fornicaciones: pues cuando vió hombres pintados en la pared, imágenes de Caldeos pintadas de color,
15Ceñidos de talabartes por sus lomos, y tiaras pintadas en sus cabezas, teniendo todos ellos parecer de capitanes, á la manera de los hombres de Babilonia, nacidos en tierra de Caldeos,
16Enamoróse de ellos en viéndolos, y envióles mensajeros á la tierra de los Caldeos.
17Y entraron á ella los hombres de Babilonia á la cama de los amores, y contamináronla con su fornicación; y ella también se contaminó con ellos, y su deseo se hartó de ellos.
18Así hizo patentes sus fornicaciones, y descubrió sus vergüenzas: por lo cual mi alma se hartó de ella, como se había ya hartado mi alma de su hermana.
19Aun multiplicó sus fornicaciones trayendo en memoria los días de su mocedad, en los cuales había fornicado en la tierra de Egipto.
20Y enamoróse de sus rufianes, cuya carne es como carne de asnos, y cuyo flujo como flujo de caballos.
21Así tornaste á la memoria la suciedad de tu mocedad, cuando comprimieron tus pechos en Egipto por los pechos de tu mocedad.
22Por tanto, Aholibah, así ha dicho el Señor Jehová: He aquí que yo despierto tus amantes contra ti, de los cuales se hartó tu deseo, y yo les haré venir contra ti en derredor;
23Los de Babilonia, y todos los Caldeos, mayordomos, y príncipes, y capitanes, todos los de Asiria con ellos: mancebos todos ellos de codiciar, capitanes y príncipes, nobles y principales, que montan á caballo todos ellos.
24Y vendrán sobre ti carros, carretas, y ruedas, y multitud de pueblos. Escudos, y paveses, y capacetes pondrán contra ti en derredor; y yo daré el juicio delante de ellos, y por sus leyes te juzgarán.
25Y pondré mi celo contra ti, y obrarán contigo con furor; quitarte han tu nariz y tus orejas; y lo que te quedare caerá á cuchillo. Ellos tomarán tus hijos y tus hijas, y tu residuo será consumido por el fuego.
26Y te desnudarán de tus vestidos, y tomarán los vasos de tu gloria.
27Y haré cesar de ti tu suciedad, y tu fornicación de la tierra de Egipto: ni más levantarás á ellos tus ojos, ni nunca más te acordarás de Egipto.
28Porque así ha dicho el Señor Jehová: He aquí, yo te entrego en mano de aquellos que tú aborreciste, en mano de aquellos de los cuales se hartó tu deseo:
29Los cuales obrarán contigo con odio, y tomarán todo lo que tú trabajaste, y te dejarán desnuda y descubierta: y descubriráse la torpeza de tus fornicaciones, y tu suciedad, y tus fornicaciones.
30Estas cosas se harán contigo, porque fornicaste en pos de las gentes, con las cuales te contaminaste en sus ídolos.
31En el camino de tu hermana anduviste: yo pues pondré su cáliz en tu mano.
32Así ha dicho el Señor Jehová: Beberás el hondo y ancho cáliz de tu hermana; de ti se mofarán las gentes, y te escarnecerán: de grande cabida es.
33Serás llena de embriaguez y de dolor por el cáliz de soledad y de asolamiento, por el cáliz de tu hermana Samaria.
34Lo beberás pues, y lo agotarás, y quebrarás sus tiestos; y tus pechos arrancarás; porque yo he hablado, dice el Señor Jehová.
35Por tanto, así ha dicho el Señor Jehová: Por cuanto te has olvidado de mí, y me has echado tras tus espaldas, por eso, lleva tú también tu suciedad y tus fornicaciones.
36Y díjome Jehová: Hijo del hombre, ¿no juzgarás tú á Aholah, y á Aholibah, y les denunciarás sus abominaciones?
37Porque han adulterado, y hay sangre en sus manos, y han fornicado con sus ídolos; y aun sus hijos que me habían engendrado, hicieron pasar por el fuego, quemándolos.
38Aun esto más me hicieron: contaminaron mi santuario en aquel día, y profanaron mis sábados;
39Pues habiendo sacrificado sus hijos á sus ídolos, entrábanse en mi santuario el mismo día para contaminarlo: y he aquí, así hicieron en medio de mi casa.
40Y cuanto más, que enviaron por hombres que vienen de lejos, á los cuales había sido enviado mensajero: y he aquí vinieron; y por amor de ellos te lavaste, y alcoholaste tus ojos, y te ataviaste con adornos:
41Y te sentaste sobre suntuoso estrado, y fué adornada mesa delante de él, y sobre ella pusiste mi perfume y mi óleo.
42Y oyóse en ella voz de compañía en holganza: y con los varones fueron traídos de la gente común los Sabeos del desierto; y pusieron manillas sobre sus manos, y coronas de gloria sobre sus cabezas.
43Y dije á la envejecida en adulterios: Sus prostituciones cumplirán ellos ahora, y ella con ellos:
44Porque han venido á ella como quien viene á mujer ramera: así vinieron á Aholah y á Aholibah, mujeres depravadas.
45Por tanto, hombres justos las juzgarán por la ley de las adúlteras, y por la ley de las que derraman sangre: porque son adúlteras, y sangre hay en sus manos.
46Por lo que así ha dicho el Señor Jehová: Yo haré subir contra ellas compañías, las entregaré á turbación y á rapiña:
47Y la compañía de gentes las apedreará con piedras, y las acuchillará con sus espadas: matarán á sus hijos y á sus hijas, y sus casas consumirán con fuego.
48Y haré cesar la depravación de la tierra, y escarmentarán todas las mujeres, y no harán según vuestra torpeza.
49Y sobre vosotras pondrán vuestra obscenidad, y llevaréis los pecados de vuestros ídolos; y sabréis que yo soy el Señor Jehová. (Ez. 22:1‑23:49)