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Ezekiel 36

Ez. 36:31 KJV (With Strong’s)

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31
Then shall ye remember
zakar (Hebrew #2142)
properly, to mark (so as to be recognized), i.e. to remember; by implication, to mention; also (as denominative from 2145) to be male
KJV usage: X burn (incense), X earnestly, be male, (make) mention (of), be mindful, recount, record(-er), remember, make to be remembered, bring (call, come, keep, put) to (in) remembrance, X still, think on, X well.
Pronounce: zaw-kar'
Origin: a primitive root
x your own evil
ra` (Hebrew #7451)
bad or (as noun) evil (natural or moral)
KJV usage: adversity, affliction, bad, calamity, + displease(-ure), distress, evil((- favouredness), man, thing), + exceedingly, X great, grief(-vous), harm, heavy, hurt(-ful), ill (favoured), + mark, mischief(-vous), misery, naught(-ty), noisome, + not please, sad(-ly), sore, sorrow, trouble, vex, wicked(-ly, -ness, one), worse(-st), wretchedness, wrong. (Incl. feminine raaah; as adjective or noun.).
Pronounce: rah
Origin: from 7489
ways
derek (Hebrew #1870)
a road (as trodden); figuratively, a course of life or mode of action, often adverb
KJV usage: along, away, because of, + by, conversation, custom, (east-)ward, journey, manner, passenger, through, toward, (high-) (path-)way(-side), whither(-soever).
Pronounce: deh'-rek
Origin: from 1869
, and your doings
ma`alal (Hebrew #4611)
an act (good or bad)
KJV usage: doing, endeavour, invention, work.
Pronounce: mah-al-awl'
Origin: from 5953
that were not good
towb (Hebrew #2896)
good (as an adjective) in the widest sense; used likewise as a noun, both in the masculine and the feminine, the singular and the plural (good, a good or good thing, a good man or woman; the good, goods or good things, good men or women), also as an adverb (well)
KJV usage: beautiful, best, better, bountiful, cheerful, at ease, X fair (word), (be in) favour, fine, glad, good (deed, -lier, -liest, -ly, -ness, -s), graciously, joyful, kindly, kindness, liketh (best), loving, merry, X most, pleasant, + pleaseth, pleasure, precious, prosperity, ready, sweet, wealth, welfare, (be) well ((-favoured)).
Pronounce: tobe
Origin: from 2895
, and shall lothe
quwt (Hebrew #6962)
properly, to cut off, i.e. (figuratively) detest
KJV usage: begrieved, loathe self.
Pronounce: koot
Origin: a primitive root
z yourselves in your own sight
paniym (Hebrew #6440)
the face (as the part that turns); used in a great variety of applications (literally and figuratively); also (with prepositional prefix) as a preposition (before, etc.)
KJV usage: + accept, a-(be- )fore(-time), against, anger, X as (long as), at, + battle, + because (of), + beseech, countenance, edge, + employ, endure, + enquire, face, favour, fear of, for, forefront(-part), form(-er time, -ward), from, front, heaviness, X him(-self), + honourable, + impudent, + in, it, look(-eth) (- s), X me, + meet, X more than, mouth, of, off, (of) old (time), X on, open, + out of, over against, the partial, person, + please, presence, propect, was purposed, by reason of, + regard, right forth, + serve, X shewbread, sight, state, straight, + street, X thee, X them(-selves), through (+ - out), till, time(-s) past, (un-)to(-ward), + upon, upside (+ down), with(- in, + -stand), X ye, X you.
Pronounce: paw-neem'
Origin: plural (but always as singular) of an unused noun (paneh {paw-neh'}; from 6437)
for your iniquities
`avon (Hebrew #5771)
from 5753; perversity, i.e. (moral) evil
KJV usage: fault, iniquity, mischeif, punishment (of iniquity), sin.
Pronounce: aw-vone'
Origin: or oavown (2 Kings 7:9; Psalm 51:5 (7)) {aw-vone'}
and for your abominations
tow`ebah (Hebrew #8441)
feminine active participle of 8581; properly, something disgusting (morally), i.e. (as noun) an abhorrence; especially idolatry or (concretely) an idol
KJV usage: abominable (custom, thing), abomination.
Pronounce: to-ay-baw'
Origin: or tonebah {to-ay-baw'}
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Cross References

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shall ye.
Ez. 6:9• 9Y los que de vosotros escaparen, se acordarán de mí entre las gentes entre las cuales serán cautivos: porque yo me quebranté á causa de su corazón fornicario, que se apartó de mí, y á causa de sus ojos, que fornicaron tras sus ídolos: y se avergonzarán de sí mismos, á causa de los males que hicieron en todas sus abominaciones. (Ez. 6:9)
;
Ez. 16:61‑63• 61Y acordarte has de tus caminos y te avergonzarás, cuando recibirás á tus hermanas, las mayores que tú con las menores que tú, las cuales yo te daré por hijas, mas no por tu pacto.
62Y confirmaré mi pacto contigo, y sabrás que yo soy Jehová;
63Para que te acuerdes, y te avergüences, y nunca más abras la boca á causa de tu vergüenza, cuando me aplacare para contigo de todo lo que hiciste, dice el Señor Jehová.
(Ez. 16:61‑63)
;
Ez. 20:43• 43Y allí os acordaréis de vuestros caminos, y de todos vuestros hechos en que os contaminasteis; y seréis confusos en vuestra misma presencia por todos vuestros pecados que cometisteis. (Ez. 20:43)
;
Lv. 26:39• 39Y los que quedaren de vosotros decaerán en las tierras de vuestros enemigos por su iniquidad; y por la iniquidad de sus padres decaerán con ellos: (Lv. 26:39)
;
Esd. 9:6‑15• 6Y dije: Dios mío, confuso y avergonzado estoy para levantar, oh Dios mío, mi rostro á ti: porque nuestras iniquidades se han multiplicado sobre nuestra cabeza, y nuestros delitos han crecido hasta el cielo.
7Desde los días de nuestros padres hasta este día estamos en grande culpa; y por nuestras iniquidades nosotros, nuestros reyes, y nuestros sacerdotes, hemos sido entregados en manos de los reyes de las tierras, á cuchillo, á cautiverio, y á robo, y á confusión de rostro, como hoy día.
8Y ahora como por un breve momento fué la misericordia de Jehová nuestro Dios, para hacer que nos quedase un resto libre, y para darnos estaca en el lugar de su santuario, á fin de alumbrar nuestros ojos nuestro Dios, y darnos una poca de vida en nuestra servidumbre.
9Porque siervos éramos: mas en nuestra servidumbre no nos desamparó nuestro Dios, antes inclinó sobre nosotros misericordia delante de los reyes de Persia, para que se nos diese vida para alzar la casa de nuestro Dios, y para hacer restaurar sus asolamientos, y para darnos vallado en Judá y en Jerusalem.
10Mas ahora, ¿qué diremos, oh Dios nuestro, después de esto? porque nosotros hemos dejado tus mandamientos,
11Los cuales prescribiste por mano de tus siervos los profetas, diciendo: La tierra á la cual entráis para poseerla, tierra inmunda es á causa de la inmundicia de los pueblos de aquellas regiones, por las abominaciones de que la han henchido de uno á otro extremo con su inmundicia.
12Ahora pues, no daréis vuestras hijas á los hijos de ellos, ni sus hijas tomaréis para vuestros hijos, ni procuraréis su paz ni su bien para siempre; para que seáis corroborados, y comáis el bien de la tierra, y la dejéis por heredad á vuestros hijos para siempre.
13Mas después de todo lo que nos ha sobrevenido á causa de nuestras malas obras, y á causa de nuestro grande delito, ya que tú, Dios nuestro, estorbaste que fuésemos oprimidos bajo de nuestras iniquidades, y nos diste este tal efugio;
14¿Hemos de volver á infringir tus mandamientos, y á emparentar con los pueblos de estas abominaciones? ¿No te ensañarías contra nosotros hasta consumirnos, sin que quedara resto ni escapatoria?
15Jehová, Dios de Israel, tú eres justo: pues que hemos quedado algunossalvos, como este día, henos aquí delante de ti en nuestros delitos; porque no es posible subsistir en tu presencia á causa de esto.
(Esd. 9:6‑15)
;
Neh. 9:26‑35• 26Empero te irritaron, y rebeláronse contra ti, y echaron tu ley tras sus espaldas, y mataron tus profetas que protestaban contra ellos para convertirlos á ti; é hicieron grandes abominaciones.
27Y entregástelos en mano de sus enemigos, los cuales los afligieron: y en el tiempo de su tribulación clamaron á ti, y tú desde los cielos los oíste; y según tus muchas miseraciones les dabas salvadores, que los salvasen de mano de sus enemigos.
28Mas en teniendo reposo, se volvían á hacer lo malo delante de ti; por lo cual los dejaste en mano de sus enemigos, que se enseñorearon de ellos: pero convertidos clamaban otra vez á ti, y tú desde los cielos los oías, y según tus miseraciones muchas veces los libraste.
29Y protestásteles que se volviesen á tu ley; mas ellos hicieron soberbiamente, y no oyeron tus mandamientos, sino que pecaron contra tus juicios, los cuales si el hombre hiciere, en ellos vivirá; y dieron hombro renitente, y endurecieron su cerviz, y no escucharon.
30Y alargaste sobre ellos muchos años, y protestásteles con tu espíritu por mano de tus profetas, mas no escucharon; por lo cual los entregaste en mano de los pueblos de la tierra.
31Empero por tus muchas misericordias no los consumiste, ni los dejaste; porque eres Dios clemente y misericordioso.
32Ahora pues, Dios nuestro, Dios grande, fuerte, terrible, que guardas el pacto y la misericordia, no sea tenido en poco delante de ti todo el trabajo que nos ha alcanzando á nuestros reyes, á nuestros príncipes, á nuestros sacerdotes, y á nuestros profetas, y á nuestros padres, y á todo tu pueblo, desde los días de los reyes de Asiria hasta este día.
33Tú empero eres justo en todo lo que ha venido sobre nosotros; porque rectamente has hecho, mas nosotros hemos hecho lo malo:
34Y nuestros reyes, nuestros príncipes, nuestros sacerdotes, y nuestros padres, no pusieron por obra tu ley, ni atendieron á tus mandamiento y á tus testimonios, con que les protestabas.
35Y ellos en su reino y en tu mucho bien que les diste, y en la tierra espaciosa y pingüe que entregaste delante de ellos, no te sirvieron, ni se convirtieron de sus malas obras.
(Neh. 9:26‑35)
;
Jer. 31:18‑20• 18Escuchando, he oído á Ephraim que se lamentaba: Azotásteme, y fuí castigado como novillo indómito: conviérteme y seré convertido; porque tú eres Jehová mi Dios.
19Porque después que me convertí, tuve arrepentimiento, y después que me conocí, herí el muslo: avergoncéme, y confundíme, porque llevé la afrenta de mis mocedades.
20¿No es Ephraim hijo precioso para mí? ¿no es niño delicioso? pues desde que hablé de él, heme acordado de él constantemente. Por eso mis entrañas se conmovieron por él: apiadado, tendré de él misericordia, dice Jehová.
(Jer. 31:18‑20)
;
Dn. 9:4‑20• 4Y oré á Jehová mi Dios, y confesé, y dije: Ahora Señor, Dios grande, digno de ser temido, que guardas el pacto y la misericordia con los que te aman y guardan tus mandamientos;
5Hemos pecado, hemos hecho iniquidad, hemos obrado impíamente, y hemos sido rebeldes, y nos hemos apartado de tus mandamientos y de tus juicios.
6No hemos obedecido á tus siervos los profetas, que en tu nombre hablaron á nuestros reyes, y á nuestros príncipes, á nuestros padres, y á todo el pueblo de la tierra.
7Tuya es, Señor, la justicia, y nuestra la confusión de rostro, como en el día de hoy á todo hombre de Judá, y á los moradores de Jerusalem, y á todo Israel, á los de cerca y á los de lejos, en todas las tierras á donde los has echado á causa de su rebelión con que contra ti se rebelaron.
8Oh Jehová, nuestra es la confusión de rostro, de nuestros reyes, de nuestros príncipes, y de nuestros padres; porque contra ti pecamos.
9De Jehová nuestro Dios es el tener misericordia, y el perdonar, aunque contra él nos hemos rebelado;
10Y no obedecimos á la voz de Jehová nuestro Dios, para andar en sus leyes, las cuales puso él delante de nosotros por mano de sus siervos los profetas.
11Y todo Israel traspasó tu ley apartándose para no oir tu voz: por lo cual ha fluído sobre nosotros la maldición, y el juramento que está escrito en la ley de Moisés, siervo de Dios; porque contra él pecamos.
12Y él ha verificado su palabra que habló sobre nosotros, y sobre nuestros jueces que nos gobernaron, trayendo sobre nosotros tan grande mal; que nunca fué hecho debajo del cielo como el que fué hecho en Jerusalem.
13Según está escrito en la ley de Moisés, todo aqueste mal vino sobre nosotros: y no hemos rogado á la faz de Jehová nuestro Dios, para convertirnos de nuestras maldades, y entender tu verdad.
14Veló por tanto Jehová sobre el mal, y trájolo sobre nosotros; porque justo es Jehová nuestro Dios en todas sus obras que hizo, porque no obedecimos á su voz.
15Ahora pues, Señor Dios nuestro, que sacaste tu pueblo de la tierra de Egipto con mano poderosa, y te hiciste nombre cual en este día; hemos pecado, impíamente hemos hecho.
16Oh Señor, según todas tus justicias, apártese ahora tu ira y tu furor de sobre tu ciudad Jerusalem, tu santo monte: porque á causa de nuestros pecados, y por la maldad de nuestros padres, Jerusalem y tu pueblo dados son en oprobio á todos en derredor nuestro.
17Ahora pues, Dios nuestro, oye la oración de tu siervo, y sus ruegos, y haz que tu rostro resplandezca sobre tu santuario asolado, por amor del Señor.
18Inclina, oh Dios mío, tu oído, y oye; abre tus ojos, y mira nuestros asolamientos, y la ciudad sobre la cual es llamado tu nombre: porque no derramamos nuestros ruegos ante tu acatamiento confiados en nuestras justicias, sino en tus muchas miseraciones.
19Oye, Señor; oh Señor, perdona; presta oído, Señor, y haz; no pongas dilación, por amor de ti mismo, Dios mío: porque tu nombre es llamado sobre tu ciudad y sobre tu pueblo.
20Aun estaba hablando, y orando, y confesando mi pecado y el pecado de mi pueblo Israel, y derramaba mi ruego delante de Jehová mi Dios por el monte santo de mi Dios;
(Dn. 9:4‑20)
shall lothe.
Job 42:6• 6Por tanto me aborrezco, y me arrepiento En el polvo y en la ceniza. (Job 42:6)
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Is. 6:5• 5Entonces dije: Ay de mí! que soy muerto; que siendo hombre inmundo de labios, y habitando en medio de pueblo que tiene labios inmundos, han visto mis ojos al Rey, Jehová de los ejércitos. (Is. 6:5)
;
Is. 64:6• 6Si bien todos nosotros somos como suciedad, y todas nuestras justicias como trapo de inmundicia; y caímos todos nosotros como la hoja, y nuestras maldades nos llevaron como viento. (Is. 64:6)
;
Zac. 12:10‑11• 10Y derramaré sobre la casa de David, y sobre los moradores de Jerusalem, espíritu de gracia y de oración; y mirarán á mí, á quien traspasaron, y harán llanto sobre él, como llanto sobre unigénito, afligiéndose sobre él como quien se aflige sobre primogénito.
11En aquel día habrá gran llanto en Jerusalem, como el llanto de Adadrimón en el valle de Megiddo.
(Zac. 12:10‑11)
;
Lc. 18:13• 13Mas el publicano estando lejos no quería ni aun alzar los ojos al cielo, sino que hería su pecho, diciendo: Dios, sé propició á mí pecador. (Lc. 18:13)
;
Ro. 6:21• 21¿Qué fruto, pues, teníais de aquellas cosas de las cuales ahora os avergonzáis? porque el fin de ellas es muerte. (Ro. 6:21)
;
2 Co. 7:10‑11• 10Porque el dolor que es según Dios, obra arrepentimiento saludable, de que no hay que arrepentirse; mas el dolor del siglo obra muerte.
11Porque he aquí, esto mismo que según Dios fuisteis contristados, cuánta solicitud ha obrado en vosotros, y aun defensa, y aun enojo, y aun temor, y aun gran deseo, y aun celo, y aun vindicación. En todo os habéis mostrado limpios en el negocio.
(2 Co. 7:10‑11)
 But further, it is grace alone which, applied by the Holy Spirit to the soul, produces true fear of God and judgment of self. (Notes on Ezekiel 36:16-38 by W. Kelly)

J. N. Darby Translation

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31
And ye shall remember your evil ways, and your doings which were not good, and shall loathe yourselves for your iniquities and for your abominations.