Tengo una convicción innata que Dios existe. No importa cuánto intentaba mi intelecto producir razones para probar que no, ni cuánto quería creer que no hay Dios, aquella vocecita me susurraba una y otra vez, así como lo hace a usted, en los momentos tranquilos de reflexión. Sí, sabía que para mí por lo menos hay un Dios, y al considerar a otros me di cuenta de que ellos también le estaban buscando en su así llamada religión para apaciguar esa misma voz que había dentro de mí. La vida no es un sueño hueco; es real, es apremiante. El sepulcro no es el fin; el alma no se vuelve polvo. “¿Qué aprovechará al hombre si ganare todo el mundo, y pierde su alma?” Deseo tratar de puntos fundamentales que tienen que ver con el alma—esa preciosísima posesión suya—y contarles a ustedes lo que he encontrado. Venga conmigo, le ruego, para encontrar la razón por qué. Una monografía preparada por un empresario neozelandés para los tres mil trabajadores de su negocio. …
Librito, 10-Point Type, 4.75" x 5.5" x .2", 66 pages