Daniel

 •  2 min. read  •  grade level: 12
Listen from:
UN VERSÍCULO PARA MEMORIZAR
"Miraba yo en la visión de la noche, y he aquí con las nubes del cielo venía uno como
un hijo de hombre, que vino hasta el Anciano de días, y le hicieron acercarse delante
de él. Y le fue dado dominio, gloria y reino, para que todos los pueblos, naciones y
lenguas le sirvieran; su dominio es dominio eterno, que nunca pasará, y su reino uno
que no será destruido." Daniel 7:13-1413I saw in the night visions, and, behold, one like the Son of man came with the clouds of heaven, and came to the Ancient of days, and they brought him near before him. 14And there was given him dominion, and glory, and a kingdom, that all people, nations, and languages, should serve him: his dominion is an everlasting dominion, which shall not pass away, and his kingdom that which shall not be destroyed. (Daniel 7:13‑14)
El libro de Daniel nos da la historia de los imperios gentiles; la condición y circunstancias en cuanto a estos imperios; el rescate de los fieles y el juicio de sus opresores.
La materia de que se trata es “los tiempos de los gentiles". No se trata de una apelación a Israel, más bien se ocupa de las profecías tocantes al dominio mundial de los gentiles y el fin terrible del mismo.
El libro se divide en dos secciones:
Los primeros seis capítulos nos dan la comunicación de Daniel con los grandes monarcas o potentados; los últimos capítulos narran las visiones y revelaciones hechas al profeta mismo.
El aspecto profético de la primera división del libro empieza con el sueño de Nabucodonosor, rey de Babilonia que había invadido Jerusalén.
Para el buen entendimiento de esta profecía, se necesita tener presente que las predicciones de Daniel abarcan “los tiempos de los gentiles" que siguen desde la destrucción de Jerusalén por Nabucodonosor, hasta la restauración de los judíos, cuando el Hijo de David (Cristo) reine sobre ellos.
La iglesia y el evangelio no figuran en la profecía de Daniel.
UN PENSAMIENTO PARA LA JUVENTUD
"Te ruego que hagas la prueba con tus siervos por diez días, y nos den legumbres a comer, y agua a beber. Compara luego nuestros rostros con los rostros de los muchachos que comen de la ración de la comida del rey, y haz después con tus siervos según veas. Consintió, pues, con ellos en esto, y probó con ellos diez días. Y al cabo de los diez días pareció el rostro de ellos más robusto que el de los otros muchachos que comían de la porción de la comida del rey." Daniel, Ananías, Misael y Azarías, jóvenes cautivos, decidieron no contaminarse con la comida del rey. En vez de esto, se alimentaron con comida muy sencilla.
Dios les honró y les bendijo por su fidelidad. No debemos tener temor de decir no, aun a cosas que en sí mismas no necesariamente son malas, para ser fieles a nuestro Dios. Al final, ganamos, no perdemos.