UN VERSÍCULO PARA MEMORIZAR
"Acuérdate de mi aflicción y de mi abatimiento, del ajenjo y de la hiel." Lamentaciones 3:19
Este libro muestra la compasión e interés que Dios tiene en las aflicciones de Su pueblo Israel y de Jerusalén en particular. Tales aflicciones aumentan cuando las provocan los pecados de la gente. “En toda angustia de ellos Él fue angustiado". (Isaías 63:9), y fue demostrado por el dolor del Señor cuando estaba en este mundo.
Jeremías tuvo semejante espíritu viendo las calamidades que cayeron sobre Su pueblo, especialmente aquellas que cayeron sobre el "remanente", es decir el "resto del pueblo". La palabra remanente ocurre repetidas veces en el Antiguo Testamento. Saldrá este residuo de la gran tribulación para poseer la tierra.
También existe en el Nuevo Testamento un remanente de fieles. Véase Apocalipsis 2:24,25.
El espíritu de Cristo se identifica con las tristezas mencionadas en cuanto a la ciudad. “¿No os conmueve a cuantos pasáis por el camino? Mirad, y ved si hay dolor como mi dolor que me ha venido; porque Jehová me ha angustiado en el día de la ira de Su furor". Véase Lamentaciones 1:12.
UN PENSAMIENTO PARA LA JUVENTUD
Lamentaciones 3:27
"Bueno le es al hombre llevar el yugo desde su juventud." Llevar un yugo implica ceder a tu propia voluntad y estar sujeto a la voluntad de Dios, estar contento en un lugar inferior pero con descanso en tu alma En Mateo 11:28-30, el Señor nos ofrece un yugo. Es tiempo de llevarlo desde ahora. No debes pensar que puedes hacer tu voluntad ahora y después la voluntad de Dios. Puedes quedar tan lejos de Él en tu alma que nunca vuelves.