UN VERSÍCULO PARA MEMORIZAR
"Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que
todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna." Juan 3:16
Este evangelio nos presenta a Cristo como El Hijo de Dios. A los incrédulos que preguntan por qué no hay genealogía en Juan les contestamos: ¿Quién jamás habría podido formular una genealogía de Dios?
"En el principio era el Verbo (Cristo), y el Verbo era con Dios, y el Verbo era Dios." (1:1). Y ese Jesús el Cristo, el Hijo de Dios es presentado en este libro "para que creyendo tengáis vida en su nombre". (20:31).
El evangelio según Juan revela en maneras distintas la deidad del Señor Jesucristo, quien nos manifiesta al Padre no solamente por Sus palabras, sino por Sus obras. El Señor dijo: "El que me ha visto a Mí, ha visto al Padre" (14:9). Rechazar a Cristo es rechazar a Dios.
En Juan tenemos la Persona de Cristo representada como:
La Vida. Capítulos 1 al 8.
La Luz. Capítulos 9 al 13.
El Amor. Capítulos 14 al 20.
El capítulo 21 es el Milenio en su carácter. Su venida en el v. 22 se trata de Su manifestación sobre la tierra.
UN PENSAMIENTO PARA LA JUVENTUD
Juan 4:52
"Entonces él les preguntó a qué hora había comenzado a estar mejor. Y le dijeron: Ayer a las siete le dejó la fiebre." Este oficial del rey estaba muy preocupado sobre el estado de salud de su hijo. Se acercó a Jesús, quien tenía la capacidad de efectuar una curación. Sí, Él es capaz de curar problemas físicos que tenemos. Pero, más que esto, es capaz y ofrece curarnos de la enfermedad más grave, la del pecado. Al momento que Jesucristo nos salva, estamos limpios para toda la eternidad de nuestros pecados. No es algo futuro, ni gradual, sino inmediato y permanente. Vamos hacia adelante con el conocimiento de lo que tenemos en Cristo.