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Acts 26

Hch. 26:23 KJV (With Strong’s)

+
23
That
ei (Greek #1487)
if, whether, that, etc.
KJV usage: forasmuch as, if, that, (al-)though, whether. Often used in connection or composition with other particles, especially as in 1489, 1490, 1499, 1508, 1509, 1512, 1513, 1536, 1537. See also 1437.
Pronounce: i
Origin: a primary particle of conditionality
Christ
ho (Greek #3588)
the definite article; the (sometimes to be supplied, at others omitted, in English idiom)
KJV usage: the, this, that, one, he, she, it, etc.
Pronounce: ho
Origin: ἡ (hay), and the neuter τό (to) in all their inflections
Christos (Greek #5547)
anointed, i.e. the Messiah, an epithet of Jesus
KJV usage: Christ.
Pronounce: khris-tos'
Origin: from 5548
should
mello (Greek #3195)
to intend, i.e. be about to be, do, or suffer something (of persons or things, especially events; in the sense of purpose, duty, necessity, probability, possibility, or hesitation)
KJV usage: about, after that, be (almost), (that which is, things, + which was for) to come, intend, was to (be), mean, mind, be at the point, (be) ready, + return, shall (begin), (which, that) should (after, afterwards, hereafter) tarry, which was for, will, would, be yet.
Pronounce: mel'-lo
Origin: a strengthened form of 3199 (through the idea of expectation)
suffer
pathetos (Greek #3805)
liable (i.e. doomed) to experience pain
KJV usage: suffer.
Pronounce: path-ay-tos'
Origin: from the same as 3804
, and that
ei (Greek #1487)
if, whether, that, etc.
KJV usage: forasmuch as, if, that, (al-)though, whether. Often used in connection or composition with other particles, especially as in 1489, 1490, 1499, 1508, 1509, 1512, 1513, 1536, 1537. See also 1437.
Pronounce: i
Origin: a primary particle of conditionality
he should be the first
protos (Greek #4413)
foremost (in time, place, order or importance)
KJV usage: before, beginning, best, chief(-est), first (of all), former.
Pronounce: pro'-tos
Origin: contracted superlative of 4253
x that should rise
anastasis (Greek #386)
a standing up again, i.e. (literally) a resurrection from death (individual, genitive case or by implication, (its author)), or (figuratively) a (moral) recovery (of spiritual truth)
KJV usage: raised to life again, resurrection, rise from the dead, that should rise, rising again.
Pronounce: an-as'-tas-is
Origin: from 450
from
ek (Greek #1537)
or ἐξ (ex) a primary preposition denoting origin (the point whence action or motion proceeds), from, out (of place, time, or cause; literal or figurative; direct or remote)
KJV usage: after, among, X are, at, betwixt(-yond), by (the means of), exceedingly, (+ abundantly above), for(- th), from (among, forth, up), + grudgingly, + heartily, X heavenly, X hereby, + very highly, in, ...ly, (because, by reason) of, off (from), on, out among (from, of), over, since, X thenceforth, through, X unto, X vehemently, with(-out). Often used in composition, with the same general import; often of completion.
Pronounce: ek
the dead
nekros (Greek #3498)
dead (literally or figuratively; also as noun)
KJV usage: dead.
Pronounce: nek-ros'
Origin: from an apparently primary νέκυς (a corpse)
, and should show
kataggello (Greek #2605)
to proclaim, promulgate
KJV usage: declare, preach, shew, speak of, teach.
Pronounce: kat-ang-gel'-lo
Origin: from 2596 and the base of 32
light
phos (Greek #5457)
luminousness (in the widest application, natural or artificial, abstract or concrete, literal or figurative)
KJV usage: fire, light.
Pronounce: foce
Origin: from an obsolete φάω (to shine or make manifest, especially by rays; compare 5316, 5346)
unto the people
ho (Greek #3588)
the definite article; the (sometimes to be supplied, at others omitted, in English idiom)
KJV usage: the, this, that, one, he, she, it, etc.
Pronounce: ho
Origin: ἡ (hay), and the neuter τό (to) in all their inflections
laos (Greek #2992)
a people (in general; thus differing from 1218, which denotes one's own populace)
KJV usage: people.
Pronounce: lah-os'
Origin: apparently a primary word
, and
kai (Greek #2532)
and, also, even, so then, too, etc.; often used in connection (or composition) with other particles or small words
KJV usage: and, also, both, but, even, for, if, or, so, that, then, therefore, when, yet.
Pronounce: kahee
Origin: apparently, a primary particle, having a copulative and sometimes also a cumulative force
to the Gentiles
ho (Greek #3588)
the definite article; the (sometimes to be supplied, at others omitted, in English idiom)
KJV usage: the, this, that, one, he, she, it, etc.
Pronounce: ho
Origin: ἡ (hay), and the neuter τό (to) in all their inflections
ethnos (Greek #1484)
a race (as of the same habit), i.e. a tribe; specially, a foreign (non-Jewish) one (usually, by implication, pagan)
KJV usage: Gentile, heathen, nation, people.
Pronounce: eth'-nos
Origin: probably from 1486
.

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Christ.
Gn. 3:15• 15Y enemistad pondré entre ti y la mujer, y entre tu simiente y la simiente suya; ésta te herirá en la cabeza, y tú le herirás en el calcañar. (Gn. 3:15)
;
Sal. 22:1‑69:36• 1Al Músico principal, sobre Ajeleth-sahar Salmo de David. Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has dejado? ¿Por qué estás lejos de mi salud, y de las palabras de mi clamor?
2Dios mío, clamo de día, y no oyes; Y de noche, y no hay para mí silencio.
3Tú empero eres santo, Tú que habitas entre las alabanzas de Israel.
4En ti esperaron nuestros padres: Esperaron, y tú los libraste.
5Clamaron á ti, y fueron librados: Esperaron en ti, y no se avergonzaron.
6Mas yo soy gusano, y no hombre; Oprobio de los hombres, y desecho del pueblo.
7Todos los que me ven, escarnecen de mí; Estiran los labios, menean la cabeza, diciendo:
8Remítese á Jehová, líbrelo; Sálvele, puesto que en él se complacía.
9Empero tú eres el que me sacó del vientre, El que me haces esperar desde que estaba á los pechos de mi madre.
10Sobre ti fuí echado desde la matriz: Desde el vientre de mi madre, tú eres mi Dios.
11No te alejes de mí, porque la angustia está cerca; Porque no hay quien ayude.
12Hanme rodeado muchos toros; Fuertes toros de Basán me han cercado.
13Abrieron sobre mí su boca, Como león rapante y rugiente.
14Heme escurrido como aguas, Y todos mis huesos se descoyuntaron: Mi corazón fué como cera, Desliéndose en medio de mis entrañas.
15Secóse como un tiesto mi vigor, Y mi lengua se pegó á mi paladar; Y me has puesto en el polvo de la muerte.
16Porque perros me han rodeado, Hame cercado cuadrilla de malignos: Horadaron mis manos y mis pies.
17Contar puedo todos mis huesos; Ellos miran, considéranme.
18Partieron entre sí mis vestidos, Y sobre mi ropa echaron suertes.
19Mas tú, Jehová, no te alejes; Fortaleza mía, apresúrate para mi ayuda.
20Libra de la espada mi alma; Del poder del perro mi única.
21Sálvame de la boca del león, Y óyeme librándome de los cuernos de los unicornios.
22Anunciaré tu nombre á mis hermanos: En medio de la congregación te alabaré.
23Los que teméis á Jehová, alabadle; Glorificadle, simiente toda de Jacob; Y temed de él, vosotros, simiente toda de Israel.
24Porque no menospreció ni abominó la aflicción del pobre, Ni de él escondió su rostro; Sino que cuando clamó á él, oyóle.
25De ti será mi alabanza en la grande congregación; Mis votos pagaré delante de los que le temen.
26Comerán los pobres, y serán saciados: Alabarán á Jehová los que le buscan: Vivirá vuestro corazón para siempre.
27Acordarse han, y volveránse á Jehová todos los términos de la tierra; Y se humillarán delante de ti todas las familias de las gentes.
28Porque de Jehová es el reino; Y él se enseñoreará de las gentes.
29Comerán y adorarán todos los poderosos de la tierra: Postraránse delante de él todos los que descienden al polvo, Si bien ninguno puede conservar la vida á su propia alma.
30La posteridad le servirá; Será ella contada por una generación de Jehová.
31Vendrán, y anunciarán al pueblo que naciere, Su justicia que él hizo.
1Salmo de David. Jehová es mi pastor; nada me faltará.
2En lugares de delicados pastos me hará yacer: Junto á aguas de reposo me pastoreará.
3Confortará mi alma; Guiárame por sendas de justicia por amor de su nombre.
4Aunque ande en valle de sombra de muerte, No temeré mal alguno; porque tú estarás conmigo: Tu vara y tu cayado me infundirán aliento.
5Aderezarás mesa delante de mí, en presencia de mis angustiadores: Ungiste mi cabeza con aceite: mi copa está rebosando.
6Ciertamente el bien y la misericordia me seguirán todos los días de mi vida: Y en la casa de Jehová moraré por largos días.
1Salmo de David. De Jehová es la tierra y su plenitud; El mundo, y los que en él habitan.
2Porque él la fundó sobre los mares, Y afirmóla sobre los ríos.
3¿Quién subirá al monte de Jehová? ¿Y quién estará en el lugar de su santidad?
4El limpio de manos, y puro de corazón: El que no ha elevado su alma á la vanidad, Ni jurado con engaño.
5El recibirá bendición de Jehová, Y justicia del Dios de salud.
6Tal es la generación de los que le buscan, De los que buscan tu rostro, oh Dios de Jacob. (Selah.)
7Alzad, oh puertas, vuestras cabezas, Y alzaos vosotras, puertas eternas, Y entrará el Rey de gloria.
8¿Quién es este Rey de gloria? Jehová el fuerte y valiente, Jehová el poderoso en batalla.
9Alzad, oh puertas, vuestras cabezas, Y alzaos vosotras, puertas eternas, Y entrará el Rey de gloria.
10¿Quién es este Rey de gloria? Jehová de los ejércitos, El es el Rey de la gloria. (Selah.)
1Salmo de David. A ti, oh Jehová, levantaré mi alma.
2Dios mío, en ti confío; No sea yo avergonzado, No se alegren de mí mis enemigos.
3Ciertamente ninguno de cuantos en ti esperan será confundido: Serán avergonzados los que se rebelan sin causa.
4Muéstrame, oh Jehová, tus caminos; Enséñame tus sendas.
5Encamíname en tu verdad, y enséñame; Porque tú eres el Dios de mi salud: En ti he esperado todo el día.
6Acuérdate, oh Jehová, de tus conmiseraciones y de tus misericordias, Que son perpetuas.
7De los pecados de mi mocedad, y de mis rebeliones, no te acuerdes; Conforme á tu misericordia acuérdate de mí, Por tu bondad, oh Jehová.
8Bueno y recto es Jehová: Por tanto él enseñará á los pecadores el camino.
9Encaminará á los humildes por el juicio, Y enseñará á los mansos su carrera.
10Todas las sendas de Jehová son misericordia y verdad, Para los que guardan su pacto y sus testimonios.
11Por amor de tu nombre, oh Jehová, Perdonarás también mi pecado; porque es grande.
12¿Quién es el hombre que teme á Jehová? El le enseñará el camino que ha de escoger.
13Su alma reposará en el bien, Y su simiente heredará la tierra.
14El secreto de Jehová es para los que le temen; Y á ellos hará conocer su alianza.
15Mis ojos están siempre hacia Jehová; Porque él sacará mis pies de la red.
16Mírame, y ten misericordia de mí; Porque estoy solo y afligido.
17Las angustias de mi corazón se han aumentado: Sácame de mis congojas.
18Mira mi aflicción y mi trabajo: Y perdona todos mis pecados.
19Mira mis enemigos, que se han multiplicado, Y con odio violento me aborrecen.
20Guarda mi alma, y líbrame: No sea yo avergonzado, porque en ti confié.
21Integridad y rectitud me guarden; Porque en ti he esperado.
22Redime, oh Dios, á Israel De todas sus angustias.
1Salmo de David. Júzgame, oh Jehová, porque yo en mi integridad he andado: Confiado he asimismo en Jehová, no vacilaré.
2Pruébame, oh Jehová, y sondéame: Examina mis riñones y mi corazón.
3Porque tu misericordia está delante de mis ojos, Y en tu verdad ando.
4No me he sentado con hombres de falsedad; Ni entré con los que andan encubiertamente.
5Aborrecí la reunión de los malignos, Y con los impíos nunca me senté.
6Lavaré en inocencia mis manos, Y andaré alrededor de tu altar, oh Jehová:
7Para exclamar con voz de acción de gracias, Y para contar todas tus maravillas.
8Jehová, la habitación de tu casa he amado, Y el lugar del tabernáculo de tu gloria.
9No juntes con los pecadores mi alma, Ni con los hombres de sangres mi vida:
10En cuyas manos está el mal, Y su diestra está llena de sobornos.
11Yo empero andaré en mi integridad: Redímeme, y ten misericordia de mí.
12Mi pie ha estado en rectitud: En las congregaciones bendeciré á Jehová.
1Salmo de David. Jehová es mi luz y mi salvación: ¿de quién temeré? Jehová es la fortaleza de mi vida: ¿de quién he de atemorizarme?
2Cuando se allegaron contra mí los malignos, mis angustiadores y mis enemigos, Para comer mis carnes, ellos tropezaron y cayeron.
3Aunque se asiente campo contra mí, No temerá mi corazón: Aunque contra mí se levante guerra, Yo en esto confío.
4Una cosa he demandado á Jehová, ésta buscaré: Que esté yo en la casa de Jehová todos los días de mi vida, Para contemplar la hermosura de Jehová, y para inquirir en su templo.
5Porque él me esconderá en su tabernáculo en el día del mal; Ocultaráme en lo reservado de su pabellón; Pondráme en alto sobre una roca.
6Y luego ensalzará mi cabeza sobre mis enemigos en derredor de mí: Y yo sacrificaré en su tabernáculo sacrificios de júbilo: Cantaré y salmearé á Jehová.
7Oye, oh Jehová, mi voz con que á ti clamo; Y ten misericordia de mí, respóndeme.
8Mi corazón ha dicho de ti: Buscad mi rostro. Tu rostro buscaré, oh Jehová.
9No escondas tu rostro de mí, No apartes con ira á tu siervo: Mi ayuda has sido; No me dejes y no me desampares, Dios de mi salud.
10Aunque mi padre y mi madre me dejaran, Jehová con todo me recogerá.
11Enséñame, oh Jehová, tu camino, Y guíame por senda de rectitud, A causa de mis enemigos.
12No me entregues á la voluntad de mis enemigos; Porque se han levantado contra mí testigos falsos, y los que respiran crueldad.
13Hubiera yo desmayado, si no creyese que tengo de ver la bondad de Jehová En la tierra de los vivientes.
14Aguarda á Jehová; Esfuérzate, y aliéntese tu corazón: Sí, espera á Jehová.
1Salmo de David. A ti clamaré, oh Jehová, Fortaleza mía: no te desentiendas de mí; Porque no sea yo, dejándome tú, Semejante á los que descienden al sepulcro.
2Oye la voz de mis ruegos cuando clamo á ti, Cuando alzo mis manos hacia el templo de tu santidad.
3No me arrebates á una con los malos, Y con los que hacen iniquidad: Los cuales hablan paz con sus prójimos, Y la maldad está en su corazón.
4Dales conforme á su obra, y conforme á la malicia de sus hechos: Dales conforme á la obra de sus manos, Dales su paga.
5Porque no atendieron á las obras de Jehová, Ni al hecho de sus manos, Derribarálos, y no los edificará.
6Bendito Jehová, Que oyó la voz de mis ruegos.
7Jehová es mi fortaleza y mi escudo: En él esperó mi corazón, y fuí ayudado; Por lo que se gozó mi corazón, Y con mi canción le alabaré.
8Jehová es su fuerza, Y la fortaleza de las saludes de su ungido.
9Salva á tu pueblo, y bendice á tu heredad; Y pastoréalos y ensálzalos para siempre.
1Salmo de David. Dad á Jehová, oh hijos de fuertes, Dad á Jehová la gloria y la fortaleza.
2Dad á Jehová la gloria debida á su nombre: Humillaos á Jehová en el glorioso santuario.
3Voz de Jehová sobre las aguas: Hizo tronar el Dios de gloria: Jehová sobre las muchas aguas.
4Voz de Jehová con potencia; Voz de Jehová con gloria.
5Voz de Jehová que quebranta los cedros; Y quebrantó Jehová los cedros del Líbano.
6E hízolos saltar como becerros; Al Líbano y al Sirión como hijos de unicornios.
7Voz de Jehová que derrama llamas de fuego.
8Voz de Jehová que hará temblar el desierto; Hará temblar Jehová el desierto de Cades.
9Voz de Jehová que hará estar de parto á las ciervas, Y desnudará la breñas: Y en su templo todos los suyos le dicen gloria.
10Jehová preside en el diluvio, Y asentóse Jehová por rey para siempre.
11Jehová dará fortaleza á su pueblo: Jehová bendecirá á su pueblo en paz. Salmo de David.
1Salmo cantado en la dedicación de la Casa: Glorificarte he, oh Jehová; porque me has ensalzado, Y no hiciste á mis enemigos alegrarse de mí.
2Jehová Dios mío, A ti clamé, y me sanaste.
3Oh Jehová, hiciste subir mi alma del sepulcro; Dísteme vida, para que no descendiese á la sepultura.
4Cantad á Jehová, vosotros sus santos, Y celebrad la memoria de su santidad.
5Porque un momento será su furor; Mas en su voluntad está la vida: Por la tarde durará el lloró, Y á la mañana vendrá la alegría.
6Y dije yo en mi prosperidad: No seré jamás conmovido;
7Porque tú, Jehová, por tu benevolencia has asentado mi monte con fortaleza. Escondiste tu rostro, fuí conturbado.
8A ti, oh Jehová, clamaré; Y al Señor suplicaré.
9¿Qué provecho hay en mi muerte, cuando yo descienda al hoyo? ¿Te alabará el polvo? ¿anunciará tu verdad?
10Oye, oh Jehová, y ten misericordia de mí: Jehová, sé tú mi ayudador.
11Has tornado mi endecha en baile; Desataste mi saco, y ceñísteme de alegría.
12Por tanto á ti cantaré, gloria mía, y no estaré callado. Jehová Dios mío, te alabaré para siempre.
1Al Músico principal: Salmo de David. En ti, oh Jehová, he esperado; no sea yo confundido para siempre: Líbrame en tu justicia.
2Inclina á mí tu oído, líbrame presto; Séme por roca de fortaleza, por casa fuerte para salvarme.
3Porque tú eres mi roca y mi castillo; Y por tu nombre me guiarás, y me encaminarás.
4Me sacarás de la red que han escondido para mí; Porque tú eres mi fortaleza.
5En tu mano encomiendo mi espíritu: Tú me has redimido, oh Jehová, Dios de verdad.
6Aborrecí á los que esperan en vanidades ilusorias; Mas yo en Jehová he esperado.
7Me gozaré y alegraré en tu misericordia; Porque has visto mi aflicción; Has conocido mi alma en las angustias:
8Y no me encerraste en mano del enemigo; Hiciste estar mis pies en anchura.
9Ten misericordia de mí, oh Jehová, que estoy en angustia: Hanse consumido de pesar mis ojos, mi alma, y mis entrañas.
10Porque mi vida se va gastando de dolor, y mis años de suspirar: Hase enflaquecido mi fuerza á causa de mi iniquidad, y mis huesos se han consumido.
11De todos mis enemigos he sido oprobio, Y de mis vecinos en gran manera, y horror á mis conocidos: Los que me veían fuera, huían de mí.
12He sido olvidado de su corazón como un muerto: He venido á ser como un vaso perdido.
13Porque he oído afrenta de muchos; Miedo por todas partes, Cuando consultaban juntos contra mí, E ideaban quitarme la vida.
14Mas yo en ti confié, oh Jehová: Yo dije: Dios mío eres tú.
15En tu mano están mis tiempos: Líbrame de la mano de mis enemigos, y de mis perseguidores.
16Haz resplandecer tu rostro sobre tu siervo: Sálvame por tu misericordia.
17No sea yo confundido, oh Jehová, ya que te he invocado; Sean corridos los impíos, estén mudos en el profundo.
18Enmudezcan los labios mentirosos, Que hablan contra el justo cosas duras, Con soberbia y menosprecio.
19Cuán grande es tu bien, que has guardado para los que te temen, Que has obrado para los que esperan en ti, delante de los hijos de los hombres!
20Los esconderás en el secreto de tu rostro de las arrogancias del hombre: Los pondrás en un tabernáculo á cubierto de contención de lenguas.
21Bendito Jehová, Porque ha hecho maravillosa su misericordia para conmigo en ciudad fuerte.
22Y decía yo en mi premura: Cortado soy de delante de tus ojos: Tú empero oíste la voz de mis ruegos, cuando á ti clamaba.
23Amad á Jehová todos vosotros sus santos: A los fieles guarda Jehová, Y paga abundantemente al que obra con soberbia.
24Esforzaos todos vosotros los que esperáis en Jehová, Y tome vuestro corazón aliento.
1Salmo de David: Masquil. Bienaventurado aquel cuyas iniquidades son perdonadas, y borrados sus pecados.
2Bienaventurado el hombre á quien no imputa Jehová la iniquidad, Y en cuyo espíritu no hay superchería.
3Mientras callé, envejeciéronse mis huesos En mi gemir todo el día.
4Porque de día y de noche se agravó sobre mí tu mano; Volvióse mi verdor en sequedades de estío. (Selah.)
5Mi pecado te declaré, y no encubrí mi iniquidad. Confesaré, dije, contra mí mis rebeliones á Jehová; Y tú perdonaste la maldad de mi pecado. (Selah.)
6Por esto orará á ti todo santo en el tiempo de poder hallarte: Ciertamente en la inundación de muchas aguas no llegarán éstas á él.
7Tú eres mi refugio; me guardarás de angustia; Con cánticos de liberación me rodearás. (Selah.)
8Te haré entender, y te enseñaré el camino en que debes andar: Sobre ti fijaré mis ojos.
9No seáis como el caballo, ó como el mulo, sin entendimiento: Con cabestro y con freno su boca ha de ser reprimida, Para que no lleguen á ti.
10Muchos dolores para el impío; Mas el que espera en Jehová, lo cercará misericordia.
11Alegraos en Jehová, y gozaos, justos: Y cantad todos vosotros los rectos de corazón.
1Alegraos, justos, en Jehová: A los rectos es hermosa la alabanza.
2Celebrad á Jehová con arpa: Cantadle con salterio y decacordio.
3Cantadle canción nueva: Hacedlo bien tañendo con júbilo.
4Porque recta es la palabra de Jehová, Y toda su obra con verdad hecha.
5El ama justicia y juicio: De la misericordia de Jehová está llena la tierra.
6Por la palabra de Jehová fueron hechos los cielos, Y todo el ejército de ellos por el espíritu de su boca.
7El junta como en un montón las aguas de la mar: El pone en depósitos los abismos.
8Tema á Jehová toda la tierra: Teman de él todos los habitadores del mundo.
9Porque él dijo, y fué hecho; El mandó, y existió.
10Jehová hace nulo el consejo de las gentes, Y frustra las maquinaciones de los pueblos.
11El consejo de Jehová permanecerá para siempre; Los pensamientos de su corazón por todas las generaciones.
12Bienaventurada la gente de que Jehová es su Dios; El pueblo á quien escogió por heredad para sí.
13Desde los cielos miró Jehová; Vió á todos los hijos de los hombres:
14Desde la morada de su asiento miró Sobre todos los moradores de la tierra.
15El formó el corazón de todos ellos; El considera todas sus obras.
16El rey no es salvo con la multitud del ejército: No escapa el valiente por la mucha fuerza.
17Vanidad es el caballo para salvarse: Por la grandeza de su fuerza no librará.
18He aquí, el ojo de Jehová sobre los que le temen, Sobre los que esperan en su misericordia;
19Para librar sus almas de la muerte, Y para darles vida en el hambre.
20Nuestra alma esperó á Jehová; Nuestra ayuda y nuestro escudo es él.
21Por tanto en él se alegrará nuestro corazón, Porque en su santo nombre hemos confiado.
22Sea tu misericordia, oh Jehová, sobre nosotros, Como esperamos en ti.
1Salmo de David, cuando mudó su semblante delante de Abimelech, y él lo echó, y fuése. Bendeciré á Jehová en todo tiempo; Su alabanza será siempre en mi boca.
2En Jehová se gloriará mi alma: Oiránlo los mansos, y se alegrarán.
3Engrandeced á Jehová conmigo, Y ensalcemos su nombre á una.
4Busqué á Jehová, y él me oyó, Y libróme de todos mis temores.
5A él miraron y fueron alumbrados: Y sus rostros no se avergonzaron.
6Este pobre clamó, y oyóle Jehová, Y librólo de todas sus angustias.
7El ángel de Jehová acampa en derredor de los que le temen, Y los defiende.
8Gustad, y ved que es bueno Jehová: Dichoso el hombre que confiará en él.
9Temed á Jehová, vosotros sus santos; Porque no hay falta para los que le temen.
10Los leoncillos necesitaron, y tuvieron hambre; Pero los que buscan á Jehová, no tendrán falta de ningún bien.
11Venid, hijos, oidme; El temor de Jehová os enseñaré.
12¿Quién es el hombre que desea vida, Que codicia días para ver bien?
13Guarda tu lengua de mal, Y tus labios de hablar engaño.
14Apártate del mal, y haz el bien; Busca la paz, y síguela.
15Los ojos de Jehová están sobre los justos, Y atentos sus oídos al clamor de ellos.
16La ira de Jehová contra los que mal hacen, Para cortar de la tierra la memoria de ellos.
17Clamaron los justos, y Jehová oyó, Y librólos de todas sus angustias.
18Cercano está Jehová á los quebrantados de corazón; Y salvará á los contritos de espíritu.
19Muchos son los males del justo; Mas de todos ellos lo librará Jehová.
20El guarda todos sus huesos; Ni uno de ellos será quebrantado.
21Matará al malo la maldad; Y los que aborrecen al justo serán asolados.
22Jehová redime el alma de sus siervos; Y no serán asolados cuantos en él confían.
1Salmo de David. Disputa, oh Jehová, con los que contra mí contienden; Pelea con los que me combaten.
2Echa mano al escudo y al pavés, Y levántate en mi ayuda.
3Y saca la lanza, cierra contra mis perseguidores; Di á mi alma: Yo soy tu salud.
4Avergüéncense y confúndanse los que buscan mi alma: Vuelvan atrás, y sean avergonzados los que mi mal intentan.
5Sean como el tamo delante del viento; Y el ángel de Jehová los acose.
6Sea su camino oscuridad y resbaladeros; Y el ángel de Jehová los persiga.
7Porque sin causa escondieron para mí su red en un hoyo; Sin causa hicieron hoyo para mi alma.
8Véngale el quebrantamiento que no sepa, Y su red que escondió lo prenda: Con quebrantamiento en ella caiga.
9Y gócese mi alma en Jehová; Y alégrese en su salud.
10Todos mis huesos dirán: Jehová, ¿quién como tú, Que libras al afligido del más fuerte que él, Y al pobre y menesteroso del que le despoja?
11Levantáronse testigos falsos; Demandáronme lo que no sabía;
12Volviéronme mal por bien, Para abatir á mi alma.
13Mas yo, cuando ellos enfermaron, me vestí de saco; Afligí con ayuno mi alma, Y mi oración se revolvía en mi seno.
14Como por mi compañero, como por mi hermano andaba; Como el que trae luto por madre, enlutado me humillaba.
15Pero ellos se alegraron en mi adversidad, y se juntaron; Juntáronse contra mí gentes despreciables, y yo no lo entendía: Despedazábanme, y no cesaban;
16Con los lisonjeros escarnecedores truhanes, Crujiendo sobre mí sus dientes.
17Señor, ¿hasta cuándo verás esto? Recobra mi alma de sus quebrantamientos, mi única de los leones.
18Te confesaré en grande congregación; Te alabaré entre numeroso pueblo.
19No se alegren de mí mis enemigos injustos: Ni los que me aborrecen sin causa hagan del ojo.
20Porque no hablan paz; Y contra los mansos de la tierra piensan palabras engañosas.
21Y ensancharon sobre mí su boca; Dijeron: Ea, ea, nuestros ojos lo han visto!
22Tú lo has visto, oh Jehová; no calles: Señor, de mí no te alejes.
23Muévete y despierta para mi juicio, Para mi causa, Dios mío y Señor mío.
24Júzgame conforme á tu justicia, Jehová Dios mío; Y no se alegren de mí.
25No digan en su corazón: Ea, alma nuestra! No digan: Hémoslo devorado!
26Avergüencense, y sean confundidos á una los que de mi mal se alegran: Vístanse de vergüenza y de confusión los que se engrandecen contra mí.
27Canten y alégrense los que están á favor de mi justa causa, Y digan siempre: Sea ensalzado Jehová, Que ama la paz de su siervo.
28Y mi lengua hablará de tu justicia, Y de tu loor todo el día.
1Al Músico principal: Salmo de David, siervo del Señor. La iniquidad del impío me dice al corazón: No hay temor de Dios delante de sus ojos.
2Lisonjéase, por tanto, en sus propios ojos, Hasta que su iniquidad sea hallada aborrecible.
3Las palabras de su boca son iniquidad y fraude; No quiso entender para bien hacer.
4Iniquidad piensa sobre su cama; Está en camino no bueno, El mal no aborrece.
5Jehová, hasta los cielos es tu misericordia; Tu verdad hasta las nubes.
6Tu justicia como los montes de Dios, Tus juicios abismo grande: Oh Jehová, al hombre y al animal conservas.
7Cuán ilustre, oh Dios, es tu misericordia! Por eso los hijos de los hombres se amparan bajo la sombra de tus alas.
8Embriagarse han de la grosura de tu casa; Y tú los abrevarás del torrente de tus delicias.
9Porque contigo está el manantial de la vida: En tu luz veremos la luz.
10Extiende tu misericordia á los que te conocen, Y tu justicia á los rectos de corazón.
11No venga contra mí pie de soberbia; Y mano de impíos no me mueva.
12Allí cayeron los obradores de iniquidad; Fueron rempujados, y no pudieron levantarse.
1Salmo de David. No te impacientes á causa de los malignos, Ni tengas envidia de los que hacen iniquidad.
2Porque como hierba serán presto cortados, Y decaerán como verdor de renuevo.
3Espera en Jehová, y haz bien; Vivirás en la tierra, y en verdad serás alimentado.
4Pon asimismo tu delicia en Jehová, Y él te dará las peticiones de tu corazón.
5Encomienda á Jehová tu camino, Y espera en él; y él hará.
6Y exhibirá tu justicia como la luz, Y tus derechos como el medio día.
7Calla á Jehová, y espera en él: No te alteres con motivo del que prospera en su camino, Por el hombre que hace maldades.
8Déjate de la ira, y depón el enojo: No te excites en manera alguna á hacer lo malo.
9Porque los malignos serán talados, Mas los que esperan en Jehová, ellos heredarán la tierra.
10Pues de aquí á poco no será el malo: Y contemplarás sobre su lugar, y no parecerá.
11Pero los mansos heredarán la tierra, Y se recrearán con abundancia de paz.
12Maquina el impío contra el justo, Y cruje sobre él sus dientes.
13El Señor se reirá de él; Porque ve que viene su día.
14Los impíos desenvainaron espada, y entesaron su arco, Para derribar al pobre y al menesteroso, Para matar á los de recto proceder.
15La espada de ellos entrará en su mismo corazón, Y su arco será quebrado.
16Mejor es lo poco del justo, Que las riquezas de muchos pecadores.
17Porque los brazos de los impíos serán quebrados: Mas el que sostiene á los justos es Jehová.
18Conoce Jehová los días de los perfectos: Y la heredad de ellos será para siempre.
19No serán avergonzados en el mal tiempo; Y en los días de hambre serán hartos.
20Mas los impíos perecerán, Y los enemigos de Jehová como la grasa de los carneros Serán consumidos: se disiparán como humo.
21El impío toma prestado, y no paga; Mas el justo tiene misericordia, y da.
22Porque los benditos de él heredarán la tierra; Y los malditos de él serán talados.
23Por Jehová son ordenados los pasos del hombre, Y aprueba su camino.
24Cuando cayere, no quedará postrado; Porque Jehová sostiene su mano.
25Mozo fuí, y he envejecido, Y no he visto justo desamparado, Ni su simiente que mendigue pan.
26En todo tiempo tiene misericordia, y presta; Y su simiente es para bendición.
27Apártate del mal, y haz el bien, Y vivirás para siempre.
28Porque Jehová ama la rectitud, Y no desampara sus santos: Mas la simiente de los impíos será extirpada.
29Los justos heredarán la tierra, Y vivirán para siempre sobre ella.
30La boca del justo hablara sabiduría; Y su lengua proferirá juicio.
31La ley de su Dios está en su corazón; Por tanto sus pasos no vacilarán.
32Acecha el impío al justo, Y procura matarlo.
33Jehová no lo dejará en sus manos, Ni lo condenará cuando le juzgaren.
34Espera en Jehová, y guarda su camino, Y él te ensalzará para heredar la tierra: Cuando serán talados los pecadores, lo verás.
35Vi yo al impío sumamente ensalzado, Y que se extendía como un laurel verde.
36Empero pasóse, y he aquí no parece; Y busquélo, y no fué hallado.
37Considera al íntegro, y mira al justo: Que la postrimería de cada uno de ellos es paz.
38Mas los transgresores fueron todos á una destruídos: La postrimería de los impíos fué talada.
39Pero la salvación de los justos es de Jehová, Y él es su fortaleza en el tiempo de angustia.
40Y Jehová los ayudará, Y los librará: y libertarálos de los impíos, y los salvará, Por cuanto en él esperaron.
1Salmo de David, para recordar. Jehová, no me reprendas en tu furor, Ni me castigues en tu ira.
2Porque tus saetas descendieron á mí, Y sobre mí ha caído tu mano.
3No hay sanidad en mi carne á causa de tu ira; Ni hay paz en mis huesos á causa de mi pecado.
4Porque mis iniquidades han pasado mi cabeza: Como carga pesada se han agravado sobre mí.
5Pudriéronse, corrompiéronse mis llagas, A causa de mi locura.
6Estoy encorvado, estoy humillado en gran manera, Ando enlutado todo el día.
7Porque mis lomos están llenos de irritación, Y no hay sanidad en mi carne.
8Estoy debilitado y molido en gran manera; Bramo á causa de la conmoción de mi corazón.
9Señor, delante de ti están todos mis deseos; Y mi suspiro no te es oculto.
10Mi corazón está acongojado, hame dejado mi vigor; Y aun la misma luz de mis ojos no está conmigo.
11Mis amigos y mis compañeros se quitaron de delante de mi plaga; Y mis cercanos se pusieron lejos.
12Y los que buscaban mi alma armaron lazos; Y los que procuraban mi mal hablaban iniquidades, Y meditaban fraudes todo el día.
13Mas yo, como si fuera sordo no oía; Y estaba como un mudo, que no abre su boca.
14Fuí pues como un hombre que no oye, Y que en su boca no tiene reprensiones.
15Porque á ti, oh Jehová, esperé yo: Tú responderás, Jehová Dios mío.
16Porque dije: Que no se alegren de mí: Cuando mi pie resbalaba, sobre mí se engrandecían.
17Empero yo estoy á pique de claudicar, Y mi dolor está delante de mí continuamente.
18Por tanto denunciaré mi maldad; Congojaréme por mi pecado.
19Porque mis enemigos están vivos y fuertes: Y hanse aumentado los que me aborrecen sin causa:
20Y pagando mal por bien Me son contrarios, por seguir yo lo bueno.
21No me desampares, oh Jehová: Dios mío, no te alejes de mí.
22Apresúrate á ayudarme, Oh Señor, mi salud.
1Al Músico principal, á Jeduthún: Salmo de David. Yo dije: Atenderé á mis caminos, Para no pecar con mi lengua: Guardaré mi boca con freno, En tanto que el impío fuere contra mí.
2Enmudecí con silencio, calléme aun respecto de lo bueno: Y excitóse mi dolor.
3Enardecióse mi corazón dentro de mí; Encendióse fuego en mi meditación, Y así proferí con mi lengua:
4Hazme saber, Jehová, mi fin, Y cuánta sea la medida de mis días; Sepa yo cuánto tengo de ser del mundo.
5He aquí diste á mis días término corto, Y mi edad es como nada delante de ti: Ciertamente es completa vanidad todo hombre que vive. (Selah.)
6Ciertamente en tinieblas anda el hombre; Ciertamente en vano se inquieta: Junta, y no sabe quién lo allegará.
7Y ahora, Señor, ¿qué esperaré? Mi esperanza en ti está.
8Líbrame de todas mis rebeliones; No me pongas por escarnio del insensato.
9Enmudecí, no abrí mi boca; Porque tú lo hiciste.
10Quita de sobre mí tu plaga; De la guerra de tu mano soy consumido.
11Con castigos sobre el pecado corriges al hombre, Y haces consumirse como de polilla su grandeza: Ciertamente vanidad es todo hombre. (Selah.)
12Oye mi oración, oh Jehová, y escucha mi clamor: No calles á mis lágrimas; Porque peregrino soy para contigo, Y advenedizo, como todos mis padres.
13Déjame, y tomaré fuerzas, Antes que vaya y perezca.
1Al Músico principal: Salmo de David. Resignadamente esperé á Jehová, E inclinóse á mí, y oyó mi clamor.
2E hízome sacar de un lago de miseria, del lodo cenagoso; Y puso mis pies sobre peña, y enderezó mis pasos.
3Puso luego en mi boca canción nueva, alabanza á nuestro Dios. Verán esto muchos, y temerán, Y esperarán en Jehová.
4Bienaventurado el hombre que puso á Jehová por su confianza, Y no mira á los soberbios, ni á los que declinan á la mentira.
5Aumentado has tú, oh Jehová Dios mío, tus maravillas; Y tus pensamientos para con nosotros, No te los podremos contar: Si yo anunciare y hablare de ellos, No pueden ser enarrados.
6Sacrificio y presente no te agrada; Has abierto mis oídos; Holocausto y expiación no has demandado.
7Entonces dije: He aquí, vengo; En el envoltorio del libro está escrito de mí:
8El hacer tu voluntad, Dios mío, hame agradado; Y tu ley está en medio de mis entrañas.
9Anunciado he justicia en grande congregación: He aquí no detuve mis labios, Jehová, tú lo sabes.
10No encubrí tu justicia dentro de mi corazón: Tu verdad y tu salvación he dicho: No oculté tu misericordia y tu verdad en grande concurso.
11Tú, Jehová, no apartes de mí tus misericordias: Tu misericordia y tu verdad me guarden siempre.
12Porque me han cercado males hasta no haber cuento: Hanme comprendido mis maldades, y no puedo levantar la vista: Hanse aumentado más que los cabellos de mi cabeza, y mi corazón me falta.
13Quieras, oh Jehová, librarme; Jehová, apresúrate á socorrerme.
14Sean avergonzados y confusos á una Los que buscan mi vida para cortarla: Vuelvan atrás y avergüéncense Los que mi mal desean.
15Sean asolados en pago de su afrenta Los que me dicen: Ea, ea!
16Gócense y alégrense en ti todos los que te buscan; Y digan siempre los que aman tu salud: Jehová sea ensalzado.
17Aunque afligido yo y necesitado, Jehová pensará de mí: Mi ayuda y mi libertador eres tú; Dios mío, no te tardes.
1Al Músico principal: Salmo de David. Bienaventurado el que piensa en el pobre: En el día malo lo librará Jehová.
2Jehová lo guardé, y le dé vida: sea bienaventurado en la tierra, Y no lo entregues á la voluntad de sus enemigos.
3Jehová lo sustentará sobre el lecho del dolor: Mullirás toda su cama en su enfermedad.
4Yo dije: Jehová, ten misericordia de mí; Sana mi alma, porque contra ti he pecado.
5Mis enemigos dicen mal de mí preguntando: ¿Cuándo morirá, y perecerá su nombre?
6Y si venía á ver me, hablaba mentira: Su corazón se amontonaba iniquidad; Y salido fuera, hablába la.
7Reunidos murmuraban contra mí todos los que me aborrecían: Contra mí pensaban mal, diciendo de mí:
8Cosa pestilencial de él se ha apoderado; Y el que cayó en cama, no volverá á levantarse.
9Aun el hombre de mi paz, en quien yo confiaba, el que de mi pan comía, Alzó contra mí el calcañar.
10Mas tú, Jehová, ten misericordia de mí, y hazme levantar, Y daréles el pago.
11En esto habré conocido que te he agradado, Que mi enemigo no se holgará de mí.
12En cuanto á mí, en mi integridad me has sustentado, Y me has hecho estar delante de ti para siempre.
13Bendito sea Jehová, el Dios de Israel, Por siglos de siglos. Amén y Amén.
1Al Músico principal: Masquil á los hijos de Coré. Como el ciervo brama por las corrientes de las aguas, Así clama por ti, oh Dios, el alma mía.
2Mi alma tiene sed de Dios, del Dios vivo: Cuándo vendré, y pareceré delante de Dios!
3Fueron mis lágrimas mi pan de día y de noche, Mientras me dicen todos los días: ¿Dónde está tu Dios?
4Acordaréme de estas cosas, y derramaré sobre mí mi alma: Cuando pasaré en el número, iré con ellos hasta la casa de Dios, Con voz de alegría y de alabanza, haciendo fiesta la multitud.
5¿Por qué te abates, oh alma mía, Y te conturbas en mí? Espera á Dios; porque aun le tengo de alabar Por las saludes de su presencia.
6Dios mío, mi alma está en mí abatida: Acordaréme por tanto de ti desde tierra del Jordán, Y de los Hermonitas, desde el monte de Mizhar.
7Un abismo llama á otro á la voz de tus canales: Todas tus ondas y tus olas han pasado sobre mí.
8De día mandará Jehová su misericordia, Y de noche su canción será conmigo, Y oración al Dios de mi vida.
9Diré á Dios: Roca mía, ¿por qué te has olvidado de mí? ¿Por qué andaré yo enlutado por la opresión del enemigo?
10Mientras se están quebrantando mis huesos, mis enemigos me afrentan, Diciéndome cada día: ¿Dónde está tu Dios?
11¿Por qué te abates, oh alma mía, Y por qué te conturbas en mí? Espera á Dios; porque aun le tengo de alabar; Es él salvamento delante de mí, y el Dios mío.
1Júzgame, oh Dios, y aboga mi causa: Líbrame de gente impía, del hombre de engaño é iniquidad.
2Pues que tú eres el Dios de mi fortaleza, ¿por qué me has desechado? ¿Por qué andaré enlutado por la opresión del enemigo?
3Envía tu luz y tu verdad: éstas me guiarán, Me conducirán al monte de tu santidad, Y á tus tabernáculos.
4Y entraré al altar de Dios, Al Dios alegría de mi gozo; Y alabaréte con arpa, oh Dios, Dios mío.
5¿Por qué te abates, oh alma mía, Y por qué te conturbes en mí? Espera á Dios; porque aun le tengo de alabar; Es él salvamento delante de mí, y el Dios mío.
1Al Músico principal: de los hijos de Coré: Masquil. Oh Dios, con nuestros oídos hemos oído, nuestros padres nos han contado, La obra que hiciste en sus días, en los tiempos antiguos.
2Tú con tu mano echaste las gentes, y los plantaste á ellos; Afligiste los pueblos, y los arrojaste.
3Porque no se apoderaron de la tierra por su espada, Ni su brazo los libró; Sino tu diestra, y tu brazo, y la luz de tu rostro, Porque te complaciste en ellos.
4Tú, oh Dios, eres mi rey: Manda saludes á Jacob.
5Por medio de ti sacudiremos á nuestros enemigos: En tu nombre atropellaremos á nuestros adversarios.
6Porque no confiaré en mi arco, Ni mi espada me salvará.
7Pues tú nos has guardado de nuestros enemigos, Y has avergonzado á los que nos aborrecían.
8En Dios nos gloriaremos todo tiempo, Y para siempre loaremos tu nombre. (Selah.)
9Empero nos has desechado, y nos has hecho avergonzar; Y no sales en nuestros ejércitos.
10Nos hiciste retroceder del enemigo, Y saqueáron nos para sí los que nos aborrecían.
11Pusístenos como á ovejas para comida, Y esparcístenos entre las gentes.
12Has vendido tu pueblo de balde, Y no pujaste en sus precios.
13Pusístenos por vergüenza á nuestros vecinos, Por escarnio y por burla á los que nos rodean.
14Pusístenos por proverbio entre las gentes, Por movimiento de cabeza en los pueblos.
15Cada día mi vergüenza está delante de mí, Y cúbreme la confusión de mi rostro,
16Por la voz del que me vitupera y deshonra, Por razón del enemigo y del que se venga.
17Todo esto nos ha venido, y no nos hemos olvidado de ti; Y no hemos faltado á tu pacto.
18No se ha vuelto atrás nuestro corazón, Ni tampoco se han apartado nuestros pasos de tus caminos.
19Cuando nos quebrantaste en el lugar de los dragones, Y nos cubriste con sombra de muerte,
20Si nos hubiésemos olvidado del nombre de nuestro Dios, O alzado nuestras manos á dios ajeno,
21¿No demandaría Dios esto? Porque él conoce los secretos del corazón.
22Empero por tu causa nos matan cada día; Somos tenidos como ovejas para el matadero.
23Despierta; ¿por qué duermes, Señor? Despierta, no te alejes para siempre.
24¿Por qué escondes tu rostro, Y te olvidas de nuestra aflicción, y de la opresión nuestra?
25Porque nuestra alma está agobiada hasta el polvo: Nuestro vientre está pegado con la tierra.
26Levántate para ayudarnos, Y redímenos por tu misericordia.
1Al Músico principal: sobre Sosannim: para los hijos de Coré: Masquil: Canción de amores. Rebosa mi corazón palabra buena: Refiero yo al Rey mis obras: Mi lengua es pluma de escribiente muy ligero.
2Haste hermoseado más que los hijos de los hombres; La gracia se derramó en tus labios: Por tanto Dios te ha bendecido para siempre.
3Cíñete tu espada sobre el muslo, oh valiente, Con tu gloria y con tu majestad.
4Y en tu gloria sé prosperado: Cabalga sobre palabra de verdad, y de humildad, y de justicia; Y tu diestra te enseñará cosas terribles.
5Tus saetas agudas Con que caerán pueblos debajo de ti, Penetrarán en el corazón de los enemigos del Rey.
6Tu trono, oh Dios, eterno y para siempre: Vara de justicia la vara de tu reino.
7Amaste la justicia y aborreciste la maldad: Por tanto te ungió Dios, el Dios tuyo, Con óleo de gozo sobre tus compañeros.
8Mirra, áloe, y casia exhalan todos tus vestidos: En estancias de marfil te han recreado.
9Hijas de reyes entre tus ilustres: Está la reina á tu diestra con oro de Ophir.
10Oye, hija, y mira, é inclina tu oído; Y olvida tu pueblo, y la casa de tu padre;
11Y deseará el rey tu hermosura: E inclínate á él, porque él es tu Señor.
12Y las hijas de Tiro vendrán con presente; Implorarán tu favor los ricos del pueblo.
13Toda ilustre es de dentro la hija del rey: De brocado de oro es su vestido.
14Con vestidos bordados será llevada al rey; Vírgenes en pos de ella: Sus compañeras serán traídas á ti.
15Serán traídas con alegría y gozo: Entrarán en el palacio del rey.
16En lugar de tus padres serán tus hijos, A quienes harás príncipes en toda la tierra.
17Haré perpetua la memoria de tu nombre en todas las generaciones: Por lo cual te alabarán los pueblos eternamente y para siempre.
1Al Músico principal: de los hijos de Coré: Salmo sobre Alamoth. Dios es nuestro amparo y fortaleza, Nuestro pronto auxilio en las tribulaciones.
2Por tanto no temeremos aunque la tierra sea removida; Aunque se traspasen los montes al corazón de la mar.
3Bramarán, turbaránse sus aguas; Temblarán los montes á causa de su braveza. (Selah.)
4Del río sus conductos alegrarán la ciudad de Dios, El santuario de las tiendas del Altísimo.
5Dios está en medio de ella; no será conmovida: Dios la ayudará al clarear la mañana.
6Bramaron las gentes, titubearon los reinos; Dió él su voz, derritióse la tierra.
7Jehová de los ejércitos es con nosotros; Nuestro refugio es el Dios de Jacob. (Selah.)
8Venid, ved las obras de Jehová, Que ha puesto asolamientos en la tierra.
9Que hace cesar las guerras hasta los fines de la tierra: Que quiebra el arco, corta la lanza, Y quema los carros en el fuego.
10Estad quietos, y conoced que yo soy Dios: Ensalzado he de ser entre las gentes, ensalzado seré en la tierra.
11Jehová de los ejércitos es con nosotros; Nuestro refugio es el Dios de Jacob. (Selah.)
1Al Músico principal: de los hijos de Coré: Salmo. Pueblos todos, batid las manos; Aclamad á Dios con voz de júbilo.
2Porque Jehová el Altísimo es terrible; Rey grande sobre toda la tierra.
3El sujetará á los pueblos debajo de nosotros, Y á las gentes debajo de nuestros pies.
4El nos elegirá nuestras heredades; La hermosura de Jacob, al cual amó. (Selah.)
5Subió Dios con júbilo, Jehová con sonido de trompeta.
6Cantad á Dios, cantad: Cantad á nuestro Rey, cantad.
7Porque Dios es el Rey de toda la tierra: Cantad con inteligencia.
8Reinó Dios sobre las gentes: Asentóse Dios sobre su santo trono.
9Los príncipes de los pueblos se juntaron Al pueblo del Dios de Abraham: Porque de Dios son los escudos de la tierra; El es muy ensalzado.
1Canción: Salmo de los hijos de Coré. Grande es Jehová y digno de ser en gran manera alabado, En la ciudad de nuestro Dios, en el monte de su santuario.
2Hermosa provincia, el gozo de toda la tierra Es el monte de Sión, á los lados del aquilón, La ciudad del gran Rey.
3Dios en sus palacios es conocido por refugio.
4Porque he aquí los reyes de la tierra se reunieron; Pasaron todos.
5Y viéndola ellos así, maravilláronse, Se turbaron, diéronse priesa á huir.
6Tomólos allí temblor; Dolor, como á mujer que pare.
7Con viento solano Quiebras tú las naves de Tharsis.
8Como lo oímos, así hemos visto En la ciudad de Jehová de los ejércitos, en la ciudad de nuestro Dios: Afirmarála Dios para siempre. (Selah.)
9Esperamos tu misericordia, oh Dios, En medio de tu templo.
10Conforme á tu nombre, oh Dios, Así es tu loor hasta los fines de la tierra: De justicia está llena tu diestra.
11Alegraráse el monte de Sión; Se gozarán las hijas de Judá Por tus juicios.
12Andad alrededor de Sión, y rodeadla: Contad sus torres.
13Poned vuestro corazón á su antemuro, Mirad sus palacios; Para que lo contéis á la generación venidera.
14Porque este Dios es Dios nuestro eternalmente y para siempre: El nos capitaneará hasta la muerte.
1Al Músico principal: Salmo para los hijos de Coré. Oid esto, pueblos todos; Escuchad, habitadores todos del mundo:
2Así los plebeyos como los nobles, El rico y el pobre juntamente.
3Mi boca hablará sabiduría; Y el pensamiento de mi corazón inteligencia.
4Acomodaré á ejemplos mi oído: Declararé con el arpa mi enigma.
5¿Por qué he de temer en los días de adversidad, Cuando la iniquidad de mis insidiadores me cercare?
6Los que confían en sus haciendas, Y en la muchedumbre de sus riquezas se jactan,
7Ninguno de ellos podrá en manera alguna redimir al hermano, Ni dar á Dios su rescate.
8(Porque la redención de su vida es de gran precio, Y no se hará jamás;)
9Que viva adelante para siempre, Y nunca vea la sepultura.
10Pues se ve que mueren los sabios, Así como el insensato y el necio perecen, Y dejan á otros sus riquezas.
11En su interior tienen que sus casas serán eternas, Y sus habitaciones para generación y generación: Llamaron sus tierras de sus nombres.
12Mas el hombre no permanecerá en honra: Es semejante á las bestias que perecen.
13Este su camino es su locura: Con todo, corren sus descendientes por el dicho de ellos. (Selah.)
14Como rebaños serán puestos en la sepultura; La muerte se cebará en ellos; Y los rectos se enseñorearán de ellos por la mañana: Y se consumirá su bien parecer en el sepulcro de su morada.
15Empero Dios redimirá mi vida del poder de la sepultura, Cuando me tomará. (Selah.)
16No temas cuando se enriquece alguno, Cuando aumenta la gloria de su casa;
17Porque en muriendo no llevará nada, Ni descenderá tras él su gloria.
18Si bien mientras viviere, dirá dichosa á su alma: Y tú serás loado cuando bien te tratares.
19Entrará á la generación de sus padres: No verán luz para siempre.
20El hombre en honra que no entiende, Semejante es á las bestias que perecen.
1Salmo de Asaph. El Dios de dioses, Jehová, ha hablado, Y convocado la tierra desde el nacimiento del sol hasta donde se pone.
2De Sión, perfección de hermosura, Ha Dios resplandecido.
3Vendrá nuestro Dios, y no callará: Fuego consumirá delante de él, Y en derredor suyo habrá tempestad grande.
4Convocará á los cielos de arriba, Y á la tierra, para juzgar á su pueblo.
5Juntadme mis santos; Los que hicieron conmigo pacto con sacrificio.
6Y denunciarán los cielos su justicia; Porque Dios es el juez. (Selah.)
7Oye, pueblo mío, y hablaré: Escucha, Israel, y testificaré contra ti: Yo soy Dios, el Dios tuyo.
8No te reprenderé sobre tus sacrificios, Ni por tus holocaustos, que delante de mí están siempre.
9No tomaré de tu casa becerros, Ni machos cabríos de tus apriscos.
10Porque mía es toda bestia del bosque, Y los millares de animales en los collados.
11Conozco todas las aves de los montes, Y en mi poder están las fieras del campo.
12Si yo tuviese hambre, no te lo diría á ti: Porque mío es el mundo y su plenitud.
13¿Tengo de comer yo carne de toros, O de beber sangre de machos cabríos?
14Sacrifica á Dios alabanza, Y paga tus votos al Altísimo.
15E invócame en el día de la angustia: Te libraré, y tú me honrarás.
16Pero al malo dijo Dios: ¿Qué tienes tú que enarrar mis leyes, Y que tomar mi pacto en tu boca,
17Pues que tú aborreces el castigo, Y echas á tu espalda mis palabras?
18Si veías al ladrón, tú corrías con él; Y con los adúlteros era tu parte.
19Tu boca metías en mal, Y tu lengua componía engaño.
20Tomabas asiento, y hablabas contra tu hermano: Contra el hijo de tu madre ponías infamia.
21Estas cosas hiciste, y yo he callado: Pensabas que de cierto sería yo como tú: Yo te argüiré, y pondré las delante de tus ojos.
22Entended ahora esto, los que os olvidáis de Dios; No sea que arrebate, sin que nadie libre.
23El que sacrifica alabanza me honrará: Y al que ordenare su camino, Le mostraré la salud de Dios.
1Al Músico principal: Salmo de David, cuando después que entró á Bath-sebah, vino á él Nathán el profeta. Ten piedad de mí, oh Dios, conforme á tu misericordia: Conforme á la multitud de tus piedades borra mis rebeliones.
2Lávame más y más de mi maldad, Y límpiame de mi pecado.
3Porque yo reconozco mis rebeliones; Y mi pecado está siempre delante de mí.
4A ti, á ti solo he pecado, Y he hecho lo malo delante de tus ojos: Porque seas reconocido justo en tu palabra, Y tenido por puro en tu juicio.
5He aquí, en maldad he sido formado, Y en pecado me concibió mi madre.
6He aquí, tú amas la verdad en lo íntimo: Y en lo secreto me has hecho comprender sabiduría.
7Purifícame con hisopo, y será limpio: Lávame, y seré emblanquecido más que la nieve.
8Hazme oir gozo y alegría; Y se recrearán los huesos que has abatido.
9Esconde tu rostro de mis pecados, Y borra todas mis maldades.
10Crea en mí, oh Dios, un corazón limpio; Y renueva un espíritu recto dentro de mí.
11No me eches de delante de ti; Y no quites de mí tu santo espíritu.
12Vuélveme el gozo de tu salud; Y el espíritu libre me sustente.
13Enseñaré á los prevaricadores tus caminos; Y los pecadores se convertirán á ti.
14Líbrame de homicidios, oh Dios, Dios de mi salud: Cantará mi lengua tu justicia.
15Señor, abre mis labios; Y publicará mi boca tu alabanza.
16Porque no quieres tú sacrificio, que yo daría; No quieres holocausto.
17Los sacrificios de Dios son el espíritu quebrantado: Al corazón contrito y humillado no despreciarás tú, oh Dios.
18Haz bien con tu benevolencia á Sión: Edifica los muros de Jerusalem.
19Entonces te agradarán los sacrificios de justicia, el holocausto ú ofrenda del todo quemada: Entonces ofrecerán sobre tu altar becerros.
1Al Músico principal: Masquil de David, cuando vino Doeg Idumeo y dió cuenta á Saúl, diciéndole: David ha venido á casa de Ahimelech. ¿Por qué te glorías de maldad, oh poderoso? La misericordia de Dios es continua.
2Agravios maquina tu lengua: Como navaja amolada hace engaño.
3Amaste el mal más que el bien; La mentira más que hablar justicia. (Selah.)
4Has amado toda suerte de palabras perniciosas, Engañosa lengua.
5Por tanto Dios te derribará para siempre: Te asolará y te arrancará de tu morada, Y te desarraigará de la tierra de los vivientes. (Selah.)
6Y verán los justos, y temerán; Y reiránse de él, diciendo:
7He aquí el hombre que no puso á Dios por su fortaleza, Sino que confió en la multitud de sus riquezas. Y se mantuvo en su maldad.
8Mas yo estoy como oliva verde en la casa de Dios: En la misericordia de Dios confío perpetua y eternalmente.
9Te alabaré para siempre por lo que has hecho: Y esperaré en tu nombre, porque es bueno, delante de tus santos.
1Al Músico principal: sobre Mahalath: Masquil de David. Dijo el necio en su corazón: No hay Dios. Corrompiéronse é hicieron abominable maldad: No hay quien haga bien.
2Dios desde los cielos miró sobre los hijos de los hombres, Por ver si hay algún entendido Que busque á Dios.
3Cada uno se había vuelto atrás; todos se habían corrompido: No hay quien haga bien, no hay ni aun uno.
4¿No tienen conocimiento todos esos que obran iniquidad? Que comen á mi pueblo como si comiesen pan: A Dios no han invocado.
5Allí se sobresaltaron de pavor donde no había miedo: Porque Dios ha esparcido los huesos del que asentó campo contra ti: Los avergonzaste, porque Dios los desechó.
6Oh quién diese de Sión saludes á Israel! En volviendo Dios la cautividad de su pueblo, Gozarse ha Jacob, y alegraráse Israel.
1Al Músico principal: en Neginoth: Masquil de David, cuando vinieron los Zipheos y dijeron á Saúl: ¿No está David escondido en nuestra tierrra? Oh Dios, sálvame por tu nombre, Y con tu poder defiéndeme.
2Oh Dios, oye mi oración; Escucha las razones de mi boca.
3Porque extraños se han levantado contra mí, Y fuertes buscan mi alma: No han puesto á Dios delante de sí. (Selah.)
4He aquí, Dios es el que me ayuda; El Señor es con los que sostienen mi vida.
5El volverá el mal á mis enemigos: Córtalos por tu verdad.
6Voluntariamente sacrificaré á ti; Alabaré tu nombre, oh Jehová, porque es bueno.
7Porque me ha librado de toda angustia, Y en mis enemigos vieron mis ojos mi deseo.
1Al Músico principal: en Neginoth: Masquil de David. Escucha, oh Dios, mi oración, Y no te escondas de mi súplica.
2Estáme atento, y respóndeme: Clamo en mi oración, y levanto el grito,
3A causa de la voz del enemigo, Por la opresión del impío; Porque echaron sobre mí iniquidad, Y con furor me han amenazado.
4Mi corazón está doloroso dentro de mí, Y terrores de muerte sobre mí han caído.
5Temor y temblor vinieron sobre mí, Y terror me ha cubierto.
6Y dije: Quién me diese alas como de paloma! Volaría yo, y descansaría.
7Ciertamente huiría lejos: Moraría en el desierto. (Selah.)
8Apresuraríame á escapar Del viento tempestuoso, de la tempestad.
9Deshace, oh Señor, divide la lengua de ellos; Porque he visto violencia y rencilla en la ciudad.
10Día y noche la rodean sobre sus muros; E iniquidad y trabajo hay en medio de ella.
11Agravios hay en medio de ella, Y el fraude y engaño no se apartan de sus plazas.
12Porque no me afrentó un enemigo, Lo cual habría soportado; Ni se alzó contra mí el que me aborrecía, Porque me hubiera ocultado de él:
13Mas tú, hombre, al parecer íntimo mío, Mi guía, y mi familiar:
14Que juntos comunicábamos dulcemente los secretos, A la casa de Dios andábamos en compañía.
15Condenados sean á muerte, Desciendan vivos al infierno: Porque maldades hay en su compañía, entre ellos.
16Yo á Dios clamaré; Y Jehová me salvará.
17Tarde y mañana y á medio día oraré y clamaré; Y él oirá mi voz.
18El ha redimido en paz mi alma de la guerra contra mí; Pues fueron contra mí muchos.
19Dios oirá, y los quebrantará luego, El que desde la antigüedad permanece (Selah); Por cuanto no se mudan, Ni temen á Dios.
20Extendió sus manos contra sus pacíficos: Viólo su pacto.
21Ablandan más que manteca su boca, Pero guerra hay en su corazón: Suavizan sus palabras más que el aceite, Mas ellas son cuchillos.
22Echa sobre Jehová tu carga, y él te sustentará; No dejará para siempre caído al justo.
23Mas tú, oh Dios, harás descender aquéllos al pozo de la sepultura: Los hombres sanguinarios y engañadores no demediarán sus días: Empero yo confiaré en ti.
1Al Músico principal: sobre La paloma silenciosa en paraje muy distante. Michtam de David, cuando los Filisteos le prendieron en Gath. Ten misericordia de mí, oh Dios, porque me devoraría el hombre: Me oprime combatiéndome cada día.
2Apúranme mis enemigos cada día; Porque muchos son los que pelean contra mí, oh Altísimo.
3En el día que temo, Yo en ti confío.
4En Dios alabaré su palabra: En Dios he confiado, no temeré Lo que la carne me hiciere.
5Todos los días me contristan mis negocios; Contra mí son todos sus pensamientos para mal.
6Reúnense, escóndense, Miran ellos atentamente mis pasos, Esperando mi vida.
7¿Escaparán ellos por la iniquidad? Oh Dios, derriba en tu furor los pueblos.
8Mis huídas has tú contado: Pon mis lágrimas en tu redoma: ¿No están ellas en tu libro?
9Serán luego vueltos atrás mis enemigos el día que yo clamare: En esto conozco que Dios es por mí.
10En Dios alabaré su palabra; En Jehová alabaré su palabra.
11En Dios he confiado: no temeré Lo que me hará el hombre.
12Sobre mí, oh Dios, están tus votos: Te tributaré alabanzas.
13Porque has librado mi vida de la muerte, Y mis pies de caída, Para que ande delante de Dios En la luz de los que viven.
1Al Músico principal: sobre No destruyas: Michtam de David, cuando huyó de delante de Saúl á la cueva. Ten misericordia de mí, oh Dios, ten misericordia de mí; Porque en ti ha confiado mi alma, Y en la sombra de tus alas me ampararé, Hasta que pasen los quebrantos.
2Clamaré al Dios Altísimo, Al Dios que me favorece.
3El enviará desde los cielos, y me salvará De la infamia del que me apura; (Selah) Dios enviará su misericordia y su verdad.
4Mi vida está entre leones; Estoy echado entre hijos de hombres encendidos: Sus dientes son lanzas y saetas, Y su lengua cuchillo agudo.
5Ensálzate sobre los cielos, oh Dios; Sobre toda la tierra tu gloria.
6Red han armado á mis pasos; Hase abatido mi alma: Hoyo han cavado delante de mí; En medio de él han caído. (Selah.)
7Pronto está mi corazón, oh Dios, mi corazón está dispuesto: Cantaré, y trovaré salmos.
8Despierta, oh gloria mía; despierta, salterio y arpa: Levantaréme de mañana.
9Alabarte he en los pueblos, oh Señor; Cantaré de ti en las naciones.
10Porque grande es hasta los cielos tu misericordia, Y hasta las nubes tu verdad.
11Ensálzate sobre los cielos, oh Dios; Sobre toda la tierra tu gloria.
1Al Músico principal: sobre No destruyas: Michtam de David. Oh congregación, ¿ pronunciáis en verdad justicia? ¿Juzgáis rectamente, hijos de los hombres?
2Antes con el corazón obráis iniquidades: Hacéis pesar la violencia de vuestras manos en la tierra.
3Enajenáronse los impíos desde la matriz; Descarriáronse desde el vientre, hablando mentira.
4Veneno tienen semejante al veneno de la serpiente: Son como áspide sordo que cierra su oído;
5Que no oye la voz de los que encantan, Por más hábil que el encantador sea.
6Oh Dios, quiebra sus dientes en sus bocas: Quiebra, oh Jehová, las muelas de los leoncillos.
7Corránse como aguas que se van de suyo: En entesando sus saetas, luego sean hechas pedazos.
8Pasen ellos como el caracol que se deslíe: Como el abortivo de mujer, no vean el sol.
9Antes que vuestras ollas sientan las espinas, Así vivos, así airados, los arrebatará él con tempestad.
10Alegraráse el justo cuando viere la venganza: Sus pies lavará en la sangre del impío.
11Entonces dirá el hombre: Ciertamente hay fruto para el justo; Ciertamente hay Dios que juzga en la tierra.
1Al Músico principal: sobre No destruyas: Michtam de David, cuando envió Saúl, y guardaron la casa para matarlo. Líbrame de mis enemigos, oh Dios mío: Ponme en salvo de los que contra mí se levantan.
2Líbrame de los que obran iniquidad, Y sálvame de hombres sanguinarios.
3Porque he aquí están acechando mi vida: Hanse juntado contra mí fuertes, No por falta mía, ni pecado mío, oh Jehová.
4Sin delito mío corren y se aperciben: Despierta para venir á mi encuentro, y mira.
5Y tú, Jehová Dios de los ejércitos, Dios de Israel, Despierta para visitar todas las gentes: No hayas misericordia de todos los que se rebelan con iniquidad. (Selah.)
6Volveránse á la tarde, ladrarán como perros, Y rodearán la ciudad.
7He aquí proferirán con su boca; Cuchillos están en sus labios, Porque dicen: ¿ Quién oye?
8Mas tú, Jehová, te reirás de ellos, Te burlarás de todas las gentes.
9De su fuerza esperaré yo en ti: Porque Dios es mi defensa.
10El Dios de mi misericordia me prevendrá: Dios me hará ver en mis enemigos mi deseo.
11No los matarás, porque mi pueblo no se olvide: Hazlos vagar con tu fortaleza, y abátelos. Oh Jehová, escudo nuestro,
12Por el pecado de su boca, por la palabra de sus labios; Y sean presos por su soberbia, Y por la maldición y mentira que profieren.
13Acábalos con furor, acábalos, y no sean: Y sepan que Dios domina en Jacob Hasta los fines de la tierra. (Selah).
14Vuelvan pues á la tarde, y ladren como perros, Y rodeen la ciudad.
15Anden ellos errantes para hallar qué comer: Y si no se saciaren, murmuren.
16Yo empero cantaré tu fortaleza, Y loaré de mañana tu misericordia: Porque has sido mi amparo Y refugio en el día de mi angustia.
17Fortaleza mía, á ti cantaré; Porque eres Dios de mi amparo, Dios de mi misericordia.
1Al Músico principal: sobre Susan-Heduth: Michtam de David, para enseñar, cuando tuvo guerra contra Aram-Naharaim y contra Aram de Soba, y volvió Joab, é hirió de Edom en el valle de las Salina doce mil. Oh Dios, tú nos has desechado, nos disipaste; Te has airado: vuélvete á nosotros.
2Hiciste temblar la tierra, abrístela: Sana sus quiebras, porque titubea.
3Has hecho ver á tu pueblo duras cosas: Hicístenos beber el vino de agitación.
4Has dado á los que te temen bandera Que alcen por la verdad. (Selah.)
5Para que se libren tus amados, Salva con tu diestra, y óyeme.
6Dios pronunció por su santuario; yo me alegraré; Partiré á Sichêm, y mediré el valle de Succoth.
7Mío es Galaad, y mío es Manasés; Y Ephraim es la fortaleza de mi cabeza; Judá, mi legislador;
8Moab, la vasija de mi lavatorio; Sobre Edom echaré mi zapato: Haz júbilo sobre mí, oh Palestina.
9¿Quién me llevará á la ciudad fortalecida? ¿Quién me llevará hasta Idumea?
10Ciertamente, tú, oh Dios, que nos habías desechado; Y no salías, oh Dios, con nuestros ejércitos.
11Danos socorro contra el enemigo, Que vana es la salud de los hombres.
12En Dios haremos proezas; Y él hollará nuestros enemigos.
1Al Músico principal: sobre Neginoth: Salmo de David. Oye, oh Dios, mi clamor; A mi oración atiende.
2Desde el cabo de la tierra clamaré á ti, cuando mi corazón desmayare: A la peña más alta que yo me conduzcas.
3Porque tú has sido mi refugio, Y torre de fortaleza delante del enemigo.
4Yo habitaré en tu tabernáculo para siempre: Estaré seguro bajo la cubierta de tus alas.
5Porque tú, oh Dios, has oído mis votos, Has dado heredad á los que temen tu nombre.
6Días sobre días añadirás al rey: Sus años serán como generación y generación.
7Estará para siempre delante de Dios: Misericordia y verdad prepara que lo conserven.
8Así cantaré tu nombre para siempre, Pagando mis votos cada día.
1Al Músico principal: á Jeduthúm: Salmo de David. En Dios solamente está callada mi alma: De él viene mi salud.
2El solamente es mi fuerte, y mi salud; Es mi refugio, no resbalaré mucho.
3¿Hasta cuándo maquinaréis contra un hombre? Pereceréis todos vosotros, Caeréis como pared acostada, como cerca ruinosa.
4Solamente consultan de arrojarle de su grandeza; Aman la mentira, Con su boca bendicen, pero maldicen en sus entrañas. (Selah.)
5Alma mía, en Dios solamente reposa; Porque de él es mi esperanza.
6El solamente es mi fuerte y mi salud: Es mi refugio, no resbalaré.
7En Dios está mi salvación y mi gloria: En Dios está la roca de mi fortaleza, y mi refugio.
8Esperad en él en todo tiempo, oh pueblos; Derramad delante de él vuestro corazón: Dios es nuestro amparo. (Selah.)
9Por cierto, vanidad son los hijos de los hombres, mentira los hijos de varón: Pesándolos á todos igualmente en la balanza, Serán menos que la vanidad.
10No confiéis en la violencia, Ni en la rapiña; no os envanezcáis: Si se aumentare la hacienda, no pongáis el corazón en ella.
11Una vez habló Dios; Dos veces he oído esto: Que de Dios es la fortaleza.
12Y de ti, oh Señor, es la misericordia: Porque tú pagas á cada uno conforme á su obra.
1Salmo de David, estando en el desierto de Judá. Dios, Dios mío eres tú: levantaréme á ti de mañana: Mi alma tiene sed de ti, mi carne te desea, En tierra de sequedad y transida sin aguas;
2Para ver tu fortaleza y tu gloria, Así como te he mirado en el santuario.
3Porque mejor es tu misericordia que la vida: Mis labios te alabarán.
4Así te bendeciré en mi vida: En tu nombre alzaré mis manos.
5Como de meollo y de grosura será saciada mi alma; Y con labios de júbilo te alabará mi boca,
6Cuando me acordaré de ti en mi lecho, Cuando meditaré de ti en las velas de la noche.
7Porque has sido mi socorro; Y así en la sombra de tus alas me regocijaré.
8Está mi alma apegada á ti: Tu diestra me ha sostenido.
9Mas los que para destrucción buscaron mi alma, Caerán en los sitios bajos de la tierra.
10Destruiránlos á filo de espada; Serán porción de las zorras.
11Empero el rey se alegrará en Dios; Será alabado cualquiera que por él jura: Porque la boca de los que hablan mentira, será cerrada.
1Al Músico principal: Salmo de David. Escucha, oh Dios, mi voz en mi oración: Guarda mi vida del miedo del enemigo.
2Escóndeme del secreto consejo de los malignos; De la conspiración de los que obran iniquidad:
3Que amolaron su lengua como cuchillo, Y armaron por su saeta palabra amarga;
4Para asaetear á escondidas al íntegro: De improviso lo asaetean, y no temen.
5Obstinados en su inicuo designio, Tratan de esconder los lazos, Y dicen: ¿Quién los ha de ver?
6Inquieren iniquidades, hacen una investigación exacta; Y el íntimo pensamiento de cada uno de ellos, así como el corazón, es profundo.
7Mas Dios los herirá con saeta; De repente serán sus plagas.
8Y harán caer sobre sí sus mismas lenguas: Se espantarán todos los que los vieren.
9Y temerán todos los hombres, Y anunciarán la obra de Dios, Y entenderán su hecho.
10Alegraráse el justo en Jehová, y confiaráse en él; Y se gloriarán todos los rectos de corazón.
1Al Músico principal: Salmo: Cántico de David. A ti es plácida la alabanza en Sión, oh Dios: Y á ti se pagarán los votos.
2Tú oyes la oración: A ti vendrá toda carne.
3Palabras de iniquidades me sobrepujaron: Mas nuestras rebeliones tú las perdonarás.
4Dichoso el que tú escogieres, é hicieres llegar á ti, Para que habite en tus atrios: Seremos saciados del bien de tu casa, De tu santo templo.
5Con tremendas cosas, en justicia, nos responderás tú, Oh Dios de nuestra salud, Esperanza de todos los términos de la tierra, Y de los más remotos confines de la mar.
6Tú, el que afirma los montes con su potencia, Ceñido de valentía:
7El que amansa el estruendo de los mares, el estruendo de sus ondas, Y el alboroto de las gentes.
8Por tanto los habitadores de los fines de la tierra temen de tus maravillas. Tú haces alegrar las salidas de la mañana y de la tarde.
9Visitas la tierra, y la riegas: En gran manera la enriqueces Con el río de Dios, lleno de aguas: Preparas el grano de ellos, cuando así la dispones.
10Haces se empapen sus surcos, Haces descender sus canales: Ablándasla con lluvias, Bendices sus renuevos.
11Tú coronas el año de tus bienes; Y tus nubes destilan grosura.
12Destilan sobre las estancias del desierto; Y los collados se ciñen de alegría.
13Vístense los llanos de manadas, Y los valles se cubren de grano: Dan voces de júbilo, y aun cantan.
1Al Músico principal: Cántico: Salmo. Aclamad á Dios con alegría, toda la tierra:
2Cantad la gloria de su nombre: Poned gloria en su alabanza.
3Decid á Dios: Cuán terribles tus obras! Por lo grande de tu fortaleza te mentirán tus enemigos.
4Toda la tierra te adorará, Y cantará á ti; Cantarán á tu nombre. (Selah.)
5Venid, y ved las obras de Dios, Terrible en hechos sobre los hijos de los hombres.
6Volvió la mar en seco; Por el río pasaron á pie; Allí en él nos alegramos.
7El se enseñorea con su fortaleza para siempre: Sus ojos atalayan sobre las gentes: Los rebeldes no serán ensalzados. (Selah.)
8Bendecid, pueblos, á nuestro Dios, Y haced oir la voz de su alabanza.
9El es el que puso nuestra alma en vida, Y no permitió que nuestros pies resbalasen.
10Porque tú nos probaste, oh Dios: Ensayástenos como se afina la plata.
11Nos metiste en la red; Pusiste apretura en nuestros lomos.
12Hombres hiciste subir sobre nuestra cabeza; Entramos en fuego y en aguas, Y sacástenos á hartura.
13Entraré en tu casa con holocaustos: Te pagaré mis votos,
14Que pronunciaron mis labios, Y habló mi boca, cuando angustiado estaba.
15Holocaustos de cebados te ofreceré, Con perfume de carneros: Sacrificaré bueyes y machos cabríos. (Selah.)
16Venid, oid todos los que teméis á Dios, Y contaré lo que ha hecho á mi alma.
17A él clamé con mi boca, Y ensalzado fué con mi lengua.
18Si en mi corazón hubiese yo mirado á la iniquidad, El Señor no me oyera.
19Mas ciertamente me oyó Dios; Antendió á la voz de mi súplica.
20Bendito Dios, Que no echó de sí mi oración, ni de mí su misericordia.
1Al Músico principal: en Neginoth: Salmo: Cántico. Dios tenga misericordia de nosotros, y nos bendiga; Haga resplandecer su rostro sobre nosotros (Selah);
2Para que sea conocido en la tierra tu camino, En todas las gentes tu salud.
3Alábente los pueblos, oh Dios; Alábente los pueblos todos.
4Alégrense y gocénse las gentes; Porque juzgarás los pueblos con equidad, Y pastorearás las naciones en la tierra. (Selah.)
5Alábente los pueblos, oh Dios: Todos los pueblos te alaben.
6La tierra dará su fruto: Nos bendecirá Dios, el Dios nuestro.
7Bendíganos Dios, Y témanlo todos los fines de la tierra.
1Al Músico principal: Salmo de David: Canción. Levántese Dios, sean esparcidos sus enemigos, Y huyan de su presencia los que le aborrecen.
2Como es lanzado el humo, los lanzarás: Como se derrite la cera delante del fuego, Así perecerán los impíos delante de Dios.
3Mas los justos se alegrarán: gozarse han delante de Dios, Y saltarán de alegría.
4Cantad á Dios, cantad salmos á su nombre: Ensalzad al que sube sobre los cielos En JAH su nombre, y alegraos delante de él.
5Padre de huérfanos y defensor de viudas, Es Dios en la morada de su santuario:
6El Dios que hace habitar en familia los solos; Que saca á los aprisionados con grillos: Mas los rebeldes habitan en sequedad.
7Oh Dios, cuando tú saliste delante de tu pueblo, Cuando anduviste por el desierto, (Selah,)
8La tierra tembló; También destilaron los cielos á la presencia de Dios: Aquel Sinaí tembló delante de Dios, del Dios de Israel.
9Abundante lluvia esparciste, oh Dios, á tu heredad; Y cuando se cansó, tú la recreaste.
10Los que son de tu grey han morado en ella: Por tu bondad, oh Dios, has provisto al pobre.
11El Señor daba palabra: De las evangelizantes había grande ejército.
12Huyeron, huyeron reyes de ejércitos; Y las que se quedaban en casa partían los despojos.
13Bien que fuiesteis echados entre los tiestos, Seréis como las alas de la paloma cubierta de plata, Y sus plumas con amarillez de oro.
14Cuando esparció el Omnipotente los reyes en ella, Emblanquecióse ésta como la nieve en Salmón.
15Monte de Dios es el monte de Basán; Monte alto el de Basán.
16¿Por qué os levantáis, oh montes altos? Este monte amó Dios para su asiento; Ciertamente Jehová habitará en él para siempre.
17Los carros de Dios son veinte mil, y más millares de ángeles. El Señor entre ellos, como en Sinaí, así en el santuario.
18Subiste á lo alto, cautivaste la cautividad, Tomaste dones para los hombres, Y también para los rebeldes, para que habite entre ellos JAH Dios.
19Bendito el Señor; cada día nos colma de beneficios El Dios de nuestra salud. (Selah.)
20Dios, nuestro Dios ha de salvarnos; Y de Dios Jehová es el librar de la muerte.
21Ciertamente Dios herirá la cabeza de sus enemigos, La cabelluda mollera del que camina en sus pecados.
22El Señor dijo: De Basán haré volver, Te haré volver de los profundos de la mar:
23Porque tu pie se enrojecerá de sangre de tus enemigos, Y de ella la lengua de tus perros.
24Vieron tus caminos, oh Dios; Los caminos de mi Dios, de mi Rey, en el santuario.
25Los cantores iban delante, los tañedores detrás; En medio, las doncellas, con adufes.
26Bendecid á Dios en congregaciones: Al Señor, vosotros de la estirpe de Israel.
27Allí estaba el joven Benjamín señoreador de ellos, Los príncipes de Judá en su congregación, Los príncipes de Zabulón, los príncipes de Nephtalí.
28Tu Dios ha ordenado tu fuerza; Confirma, oh Dios, lo que has obrado en nosotros.
29Por razón de tu templo en Jerusalem Los reyes te ofrecerán dones.
30Reprime la reunión de gentes armadas, La multitud de toros con los becerros de los pueblos, Hasta que todos se sometan con sus piezas de plata: Disipa los pueblos que se complacen en la guerra.
31Vendrán príncipes de Egipto; Etiopía apresurará sus manos á Dios.
32Reinos de la tierra, cantad á Dios, Cantad al Señor (Selah);
33Al que cabalga sobre los cielos de los cielos que son de antiguo: He aquí á su voz dará voz de fortaleza.
34Atribuid fortaleza á Dios: Sobre Israel es su magnificencia, Y su poder está en los cielos.
35Terrible eres, oh Dios, desde tus santuarios: El Dios de Israel, él da fortaleza y vigor á su pueblo. Bendito Dios.
1Al Músico principal: sobre Sosannim: Salmo de David. Sálvame, oh Dios, Porque las aguas han entrado hasta el alma.
2Estoy hundido en cieno profundo, donde no hay pie: He venido á abismos de aguas, y la corriente me ha anegado.
3Cansado estoy de llamar; mi garganta se ha enronquecido; Han desfallecido mis ojos esperando á mi Dios.
4Hanse aumentado más que los cabellos de mi cabeza los que me aborrecen sin causa; Hanse fortalecido mis enemigos, los que me destruyen sin por qué: He venido pues á pagar lo que no he tomado.
5Dios, tú sabes mi locura; Y mis delitos no te son ocultos.
6No sean avergonzados por mi causa los que te esperan, oh Señor Jehová de los ejércitos; No sean confusos por mí los que te buscan, oh Dios de Israel.
7Porque por amor de ti he sufrido afrenta; Confusión ha cubierto mi rostro.
8He sido extrañado de mis hermanos, Y extraño á los hijos de mi madre.
9Porque me consumió el celo de tu casa; Y los denuestos de los que te vituperaban, cayeron sobre mí.
10Y lloré afligiendo con ayuno mi alma; Y esto me ha sido por afrenta.
11Puse además saco por mi vestido; Y vine á serles por proverbio.
12Hablaban contra mí los que se sentaban á la puerta, Y me zaherían en las canciones de los bebederos de sidra.
13Empero yo enderezaba mi oración á ti, oh Jehová, al tiempo de tu buena voluntad: Oh Dios, por la multitud de tu misericordia, Por la verdad de tu salud, óyeme.
14Sácame del lodo, y no sea yo sumergido: Sea yo libertado de los que me aborrecen, y del profundo de las aguas.
15No me anegue el ímpetu de las aguas, Ni me suerba la hondura, Ni el pozo cierre sobre mí su boca.
16Oyeme, Jehová, porque apacible es tu misericordia; Mírame conforme á la multitud de tus miseraciones.
17Y no escondas tu rostro de tu siervo; Porque estoy angustiado; apresúrate, óyeme.
18Acércate á mi alma, redímela: Líbrame á causa de mis enemigos.
19Tú sabes mi afrenta, y mi confusión, y mi oprobio: Delante de ti están todos mis enemigos.
20La afrenta ha quebrantado mi corazón, y estoy acongojado: Y esperé quien se compadeciese de mí, y no lo hubo: Y consoladores, y ninguno hallé.
21Pusiéronme además hiel por comida, Y en mi sed me dieron á beber vinagre.
22Sea su mesa delante de ellos por lazo, Y lo que es para bien por tropiezo.
23Sean oscurecidos sus ojos para ver, Y haz siempre titubear sus lomos.
24Derrama sobre ellos tu ira, Y el furor de tu enojo los alcance.
25Sea su palacio asolado: En sus tiendas no haya morador.
26Porque persiguieron al que tú heriste; Y cuentan del dolor de los que tú llagaste.
27Pon maldad sobre su maldad, Y no entren en tu justicia.
28Sean raídos del libro de los vivientes, Y no sean escritos con los justos.
29Y yo afligido y dolorido, Tu salud, oh Dios, me defenderá.
30Alabaré yo el nombre de Dios con cántico, Ensalzarélo con alabanza.
31Y agradará á Jehová más que sacrificio de buey, O becerro que echa cuernos y uñas.
32Veránlo los humildes, y se gozarán; Buscad á Dios, y vivirá vuestro corazón.
33Porque Jehová oye á los menesterosos, Y no menosprecia á sus prisioneros.
34Alábenlo los cielos y la tierra, Los mares, y todo lo que se mueve en ellos.
35Porque Dios guardará á Sión, y reedificará las ciudades de Judá; Y habitarán allí, y la poseerán.
36Y la simiente de sus siervos la heredará, Y los que aman su nombre habitarán en ella.
(Sal. 22:1‑69:36)
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Is. 53:1‑12• 1¿Quién ha creído á nuestro anuncio? ¿y sobre quién se ha manifestado el brazo de Jehová?
2Y subirá cual renuevo delante de él, y como raíz de tierra seca: no hay parecer en él, ni hermosura: verlo hemos, mas sin atractivo para que le deseemos.
3Despreciado y desechado entre los hombres, varón de dolores, experimentado en quebranto: y como que escondimos de él el rostro, fué menospreciado, y no lo estimamos.
4Ciertamente llevó él nuestras enfermedades, y sufrió nuestros dolores; y nosotros le tuvimos por azotado, por herido de Dios y abatido.
5Mas él herido fué por nuestras rebeliones, molido por nuestros pecados: el castigo de nuestra paz sobre él; y por su llaga fuimos nosotros curados.
6Todos nosotros nos descarriamos como ovejas, cada cual se apartó por su camino: mas Jehová cargó en él el pecado de todos nosotros.
7Angustiado él, y afligido, no abrió su boca: como cordero fué llevado al matadero; y como oveja delante de sus trasquiladores, enmudeció, y no abrió su boca.
8De la cárcel y del juicio fué quitado; y su generación ¿quién la contará? Porque cortado fué de la tierra de los vivientes; por la rebelión de mi pueblo fué herido.
9Y dipúsose con los impíos su sepultura, mas con los ricos fué en su muerte; porque nunca hizo él maldad, ni hubo engaño en su boca.
10Con todo eso Jehová quiso quebrantarlo, sujetándole á padecimiento. Cuando hubiere puesto su vida en expiación por el pecado, verá linaje, vivirá por largos días, y la voluntad de Jehová será en su mano prosperada.
11Del trabajo de su alma verá y será saciado; con su conocimiento justificará mi siervo justo á muchos, y él llevará las iniquidades de ellos.
12Por tanto yo le daré parte con los grandes, y con los fuertes repartirá despojos; por cuanto derramó su vida hasta la muerte, y fué contado con los perversos, habiendo él llevado el pecado de muchos y orado por los transgresores.
(Is. 53:1‑12)
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Dn. 9:24‑26• 24Setenta semanas están determinadas sobre tu pueblo y sobre tu santa ciudad, para acabar la prevaricación, y concluir el pecado, y expiar la iniquidad; y para traer la justicia de los siglos, y sellar la visión y la profecía, y ungir al Santo de los santos.
25Sepas pues y entiendas, que desde la salida de la palabra para restaurar y edificar á Jerusalem hasta el Mesías Príncipe, habrá siete semanas, y sesenta y dos semanas; tornaráse á edificar la plaza y el muro en tiempos angustiosos.
26Y después de las sesenta y dos semanas se quitará la vida al Mesías, y no por sí: y el pueblo de un príncipe que ha de venir, destruirá á la ciudad y el santuario; con inundación será el fin de ella, y hasta el fin de la guerra será talada con asolamientos.
(Dn. 9:24‑26)
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Zac. 12:10• 10Y derramaré sobre la casa de David, y sobre los moradores de Jerusalem, espíritu de gracia y de oración; y mirarán á mí, á quien traspasaron, y harán llanto sobre él, como llanto sobre unigénito, afligiéndose sobre él como quien se aflige sobre primogénito. (Zac. 12:10)
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Zac. 13:7• 7Levántate, oh espada, sobre el pastor, y sobre el hombre compañero mío, dice Jehová de los ejércitos. Hiere al pastor, y se derramarán las ovejas: mas tornaré mi mano sobre los chiquitos. (Zac. 13:7)
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Lc. 18:31‑33• 31Y Jesús, tomando á los doce, les dijo: He aquí subimos á Jerusalem, y serán cumplidas todas las cosas que fueron escritas por los profetas, del Hijo del hombre.
32Porque será entregado á las gentes, y será escarnecido, é injuriado, y escupido.
33Y después que le hubieren azotado, le matarán: mas al tercer día resucitará.
(Lc. 18:31‑33)
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Lc. 24:26,46• 26¿No era necesario que el Cristo padeciera estas cosas, y que entrara en su gloria?
46Y díjoles: Así está escrito, y así fué necesario que el Cristo padeciese, y resucitase de los muertos al tercer día;
(Lc. 24:26,46)
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1 Co. 15:3• 3Porque primeramente os he enseñado lo que asimismo recibí: Que Cristo fué muerto por nuestros pecados conforme á las Escrituras; (1 Co. 15:3)
the first.
Hch. 26:8• 8Qué! ¿Júzgase cosa increíble entre vosotros que Dios resucite los muertos? (Hch. 26:8)
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Hch. 2:23‑32• 23A éste, entregado por determinado consejo y providencia de Dios, prendisteis y matasteis por manos de los inicuos, crucificándole;
24Al cual Dios levantó, sueltos los dolores de la muerte, por cuanto era imposible ser detenido de ella.
25Porque David dice de él: Veía al Señor siempre delante de mí: Porque está á mi diestra, no seré conmovido.
26Por lo cual mi corazón se alegró, y gozóse mi lengua; Y aun mi carne descansará en esperanza;
27Que no dejarás mi alma en el infierno, Ni darás á tu Santo que vea corrupción.
28Hicísteme notorios los caminos de la vida; Me henchirás de gozo con tu presencia.
29Varones hermanos, se os puede libremente decir del patriarca David, que murió, y fué sepultado, y su sepulcro está con nosotros hasta del día de hoy.
30Empero siendo profeta, y sabiendo que con juramento le había Dios jurado que del fruto de su lomo, cuanto á la carne, levantaría al Cristo que se sentaría sobre su trono;
31Viéndolo antes, habló de la resurrección de Cristo, que su alma no fué dejada en el infierno, ni su carne vió corrupción.
32A este Jesús resucitó Dios, de lo cual todos nosotros somos testigos.
(Hch. 2:23‑32)
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Hch. 13:34• 34Y que le levantó de los muertos para nunca más volver á corrupción, así lo dijo: Os daré las misericordias fieles de David. (Hch. 13:34)
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Sal. 16:8‑11• 8A Jehová he puesto siempre delante de mí: Porque está á mi diestra no seré conmovido.
9Alegróse por tanto mi corazón, y se gozó mi gloria: También mi carne reposará segura.
10Porque no dejarás mi alma en el sepulcro; Ni permitirás que tu santo vea corrupción.
11Me mostrarás la senda de la vida: Hartura de alegrías hay con tu rostro; Deleites en tu diestra para siempre.
(Sal. 16:8‑11)
;
Is. 53:10‑12• 10Con todo eso Jehová quiso quebrantarlo, sujetándole á padecimiento. Cuando hubiere puesto su vida en expiación por el pecado, verá linaje, vivirá por largos días, y la voluntad de Jehová será en su mano prosperada.
11Del trabajo de su alma verá y será saciado; con su conocimiento justificará mi siervo justo á muchos, y él llevará las iniquidades de ellos.
12Por tanto yo le daré parte con los grandes, y con los fuertes repartirá despojos; por cuanto derramó su vida hasta la muerte, y fué contado con los perversos, habiendo él llevado el pecado de muchos y orado por los transgresores.
(Is. 53:10‑12)
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Mt. 27:53• 53Y salidos de los sepulcros, después de su resurrección, vinieron á la santa ciudad, y aparecieron á muchos. (Mt. 27:53)
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Jn. 10:18• 18Nadie me la quita, mas yo la pongo de mí mismo. Tengo poder para ponerla, y tengo poder para volverla á tomar. Este mandamiento recibí de mi Padre. (Jn. 10:18)
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Jn. 11:25• 25Dícele Jesús: Yo soy la resurrección y la vida: el que cree en mí, aunque esté muerto, vivirá. (Jn. 11:25)
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1 Co. 15:20‑23• 20Mas ahora Cristo ha resucitado de los muertos; primicias de los que durmieron es hecho.
21Porque por cuanto la muerte entró por un hombre, también por un hombre la resurrección de los muertos.
22Porque así como en Adam todos mueren, así también en Cristo todos serán vivificados.
23Mas cada uno en su orden: Cristo las primicias; luego los que son de Cristo, en su venida.
(1 Co. 15:20‑23)
;
Col. 1:18• 18Y él es la cabeza del cuerpo que es la iglesia; él que es el principio, el primogénito de los muertos, para que en todo tenga el primado. (Col. 1:18)
;
Ap. 1:5• 5Y de Jesucristo, el testigo fiel, el primogénito de los muertos, y príncipe de los reyes de la tierra. Al que nos amó, y nos ha lavado de nuestros pecados con su sangre, (Ap. 1:5)
and should.
 {V.9-23} Nothing more simple, more truthful, than this history. It put the case of Paul and the conduct of the Jews in the clearest light. (Acts 26 by J.N. Darby)
 So Christ, beginning from Moses and all the prophets, interpreted in all the scriptures the things concerning Himself. (Acts 26:16-23 by W. Kelly)

J. N. Darby Translation

+
23
namely, whether Christ should suffer; whether he first, through resurrection of the dead, should announce light both to the people and to the nations.

W. Kelly Translation

+
23
whether Christ should suffer, whether he first by resurrectiona of [the] dead should announce light both to the people and to the Gentiles.

WK Translation Notes

+
a
The exact meaning is, that Christ was to be the first strictly and properly risen from the dead, "that he should be the first that should rise from the dead." It is a characteristic description, and therefore without the article. If the English idiom admitted of the phrase "by dead resurrection," it would convey the sense of the Greek; but this would be to revolutionize the language, and to Hellenize, not to translate.