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Acts 4

Hch. 4:27 KJV (With Strong’s)

+
27
For
ho (Greek #3588)
the definite article; the (sometimes to be supplied, at others omitted, in English idiom)
KJV usage: the, this, that, one, he, she, it, etc.
Pronounce: ho
Origin: ἡ (hay), and the neuter τό (to) in all their inflections
gar (Greek #1063)
properly, assigning a reason (used in argument, explanation or intensification; often with other particles)
KJV usage: and, as, because (that), but, even, for, indeed, no doubt, seeing, then, therefore, verily, what, why, yet.
Pronounce: gar
Origin: a primary particle
of a truth
aletheia (Greek #225)
truth
KJV usage: true, X truly, truth, verity.
Pronounce: al-ay'-thi-a
Origin: from 227
against
epi (Greek #1909)
properly, meaning superimposition (of time, place, order, etc.), as a relation of distribution (with the genitive case), i.e. over, upon, etc.; of rest (with the dative case) at, on, etc.; of direction (with the accusative case) towards, upon, etc.
KJV usage: about (the times), above, after, against, among, as long as (touching), at, beside, X have charge of, (be-, (where-))fore, in (a place, as much as, the time of, -to), (because) of, (up-)on (behalf of), over, (by, for) the space of, through(-out), (un-)to(-ward), with. In compounds it retains essentially the same import, at, upon, etc. (literally or figuratively).
Pronounce: ep-ee'
Origin: a primary preposition
thy
sou (Greek #4675)
of thee, thy
KJV usage: X home, thee, thine (own), thou, thy.
Pronounce: soo
Origin: genitive case of 4771
holy
hagios (Greek #40)
sacred (physically, pure, morally blameless or religious, ceremonially, consecrated)
KJV usage: (most) holy (one, thing), saint.
Pronounce: hag'-ee-os
Origin: from ἅγος (an awful thing) (compare 53, 2282)
child
pais (Greek #3816)
a boy (as often beaten with impunity), or (by analogy), a girl, and (genitive case) a child; specially, a slave or servant (especially a minister to a king; and by eminence to God)
KJV usage: child, maid(-en), (man) servant, son, young man.
Pronounce: paheece
Origin: perhaps from 3817
Jesus
Iesous (Greek #2424)
Jesus (i.e. Jehoshua), the name of our Lord and two (three) other Israelites
KJV usage: Jesus.
Pronounce: ee-ay-sooce'
Origin: of Hebrew origin (03091)
, whom
hos (Greek #3739)
the relatively (sometimes demonstrative) pronoun, who, which, what, that
KJV usage: one, (an-, the) other, some, that, what, which, who(-m, -se), etc. See also 3757.
Pronounce: hos
Origin: ἥ (hay), and neuter ὅ (ho) probably a primary word (or perhaps a form of the article 3588)
thou hast anointed
chrio (Greek #5548)
to smear or rub with oil, i.e. (by implication) to consecrate to an office or religious service
KJV usage: anoint.
Pronounce: khree'-o
Origin: probably akin to 5530 through the idea of contact
, both
te (Greek #5037)
both or also (properly, as correlation of 2532)
KJV usage: also, and, both, even, then, whether. Often used in composition, usually as the latter participle.
Pronounce: teh
Origin: a primary particle (enclitic) of connection or addition
Herod
Herodes (Greek #2264)
heroic; Herod, the name of four Jewish kings
KJV usage: Herod.
Pronounce: hay-ro'-dace
Origin: compound of ἥρως (a "hero") and 1491
v, and
kai (Greek #2532)
and, also, even, so then, too, etc.; often used in connection (or composition) with other particles or small words
KJV usage: and, also, both, but, even, for, if, or, so, that, then, therefore, when, yet.
Pronounce: kahee
Origin: apparently, a primary particle, having a copulative and sometimes also a cumulative force
Pontius
Pontios (Greek #4194)
apparently bridged; Pontius, a Roman
KJV usage: Pontius.
Pronounce: pon'-tee-os
Origin: of Latin origin
Pilate
Pilatos (Greek #4091)
close-pressed, i.e. firm; Pilatus, a Roman
KJV usage: Pilate.
Pronounce: pil-at'-os
Origin: of Latin origin
, with
sun (Greek #4862)
with or together (but much closer than 3326 or 3844), i.e. by association, companionship, process, resemblance, possession, instrumentality, addition, etc.
KJV usage: beside, with. In composition it has similar applications, including completeness.
Pronounce: soon
Origin: a primary preposition denoting union
the Gentiles
ethnos (Greek #1484)
a race (as of the same habit), i.e. a tribe; specially, a foreign (non-Jewish) one (usually, by implication, pagan)
KJV usage: Gentile, heathen, nation, people.
Pronounce: eth'-nos
Origin: probably from 1486
, and
kai (Greek #2532)
and, also, even, so then, too, etc.; often used in connection (or composition) with other particles or small words
KJV usage: and, also, both, but, even, for, if, or, so, that, then, therefore, when, yet.
Pronounce: kahee
Origin: apparently, a primary particle, having a copulative and sometimes also a cumulative force
the people
laos (Greek #2992)
a people (in general; thus differing from 1218, which denotes one's own populace)
KJV usage: people.
Pronounce: lah-os'
Origin: apparently a primary word
of Israel
Israel (Greek #2474)
Israel (i.e. Jisrael), the adopted name of Jacob, including his descendants (literally or figuratively)
KJV usage: Israel.
Pronounce: is-rah-ale'
Origin: of Hebrew origin (03478)
, were gathered
sunago (Greek #4863)
to lead together, i.e. collect or convene; specially, to entertain (hospitably)
KJV usage: + accompany, assemble (selves, together), bestow, come together, gather (selves together, up, together), lead into, resort, take in.
Pronounce: soon-ag'-o
Origin: from 4862 and 71
together
epi (Greek #1909)
properly, meaning superimposition (of time, place, order, etc.), as a relation of distribution (with the genitive case), i.e. over, upon, etc.; of rest (with the dative case) at, on, etc.; of direction (with the accusative case) towards, upon, etc.
KJV usage: about (the times), above, after, against, among, as long as (touching), at, beside, X have charge of, (be-, (where-))fore, in (a place, as much as, the time of, -to), (because) of, (up-)on (behalf of), over, (by, for) the space of, through(-out), (un-)to(-ward), with. In compounds it retains essentially the same import, at, upon, etc. (literally or figuratively).
Pronounce: ep-ee'
Origin: a primary preposition
,

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of a.
thy.
whom.
both.
Mt. 2:13‑16• 13Y partidos ellos, he aquí el ángel del Señor aparece en sueños á José, diciendo: Levántate, y toma al niño y á su madre, y huye á Egipto, y estáte allá hasta que yo te lo diga; porque ha de acontecer, que Herodes buscará al niño para matarlo.
14Y él despertando, tomó al niño y á su madre de noche, y se fué á Egipto;
15Y estuvo allá hasta la muerte de Herodes: para que se cumpliese lo que fué dicho por el Señor, por el profeta que dijo: De Egipto llamé á mi Hijo.
16Herodes entonces, como se vió burlado de los magos, se enojó mucho, y envió, y mató á todos los niños que había en Bethlehem y en todos sus términos, de edad de dos años abajo, conforme al tiempo que había entendido de los magos.
(Mt. 2:13‑16)
;
Lc. 13:31‑33• 31Aquel mismo día llegaron unos de los Fariseos, diciéndole: Sal, y vete de aquí, porque Herodes te quiere matar.
32Y les dijo: Id, y decid á aquella zorra: He aquí, echo fuera demonios y acabo sanidades hoy y mañana, y al tercer día soy consumado.
33Empero es menester que hoy, y mañana, y pasado mañana camine; porque no es posible que profeta muera fuera de Jerusalem.
(Lc. 13:31‑33)
;
Lc. 23:7‑12• 7Y como entendió que era de la jurisdicción de Herodes, le remitió á Herodes, el cual también estaba en Jerusalem en aquellos días.
8Y Herodes, viendo á Jesús, holgóse mucho, porque hacía mucho que deseaba verle; porque había oído de él muchas cosas, y tenía esperanza que le vería hacer alguna señal.
9Y le preguntaba con muchas palabras; mas él nada le respondió:
10Y estaban los príncipes de los sacerdotes y los escribas acusándole con gran porfía.
11Mas Herodes con su corte le menospreció, y escarneció, vistiéndole de una ropa rica; y volvióle á enviar á Pilato.
12Y fueron hechos amigos entre sí Pilato y Herodes en el mismo día; porque antes eran enemigos entre sí.
(Lc. 23:7‑12)
Pontius Pilate.
Hch. 3:13• 13El Dios de Abraham, y de Isaac, y de Jacob, el Dios de nuestros padres ha glorificado á su Hijo Jesús, al cual vosotros entregasteis, y negasteis delante de Pilato, juzgando él que había de ser suelto. (Hch. 3:13)
;
Mt. 27:2,11‑36• 2Y le llevaron atado, y le entregaron á Poncio Pilato presidente.
11Y Jesús estuvo delante del presidente; y el presidente le preguntó, diciendo: ¿ Eres tú el Rey de los judíos? Y Jesús le dijo: Tú lo dices.
12Y siendo acusado por los príncipes de los sacerdotes, y por los ancianos, nada respondió.
13Pilato entonces le dice: ¿No oyes cuántas cosas testifican contra tí?
14Y no le respondió ni una palabra; de tal manera que el presidente se maravillaba mucho,
15Y en el día de la fiesta acostumbraba el presidente soltar al pueblo un preso, cual quisiesen.
16Y tenían entonces un preso famoso que se llamaba Barrabás.
17Y juntos ellos, les dijo Pilato; ¿Cuál queréis que os suelte? ¿á Barrabás ó á Jesús que se dice el Cristo?
18Porque sabía que por envidia le habían entregado.
19Y estando él sentado en el tribunal, su mujer envió á él, diciendo: No tengas que ver con aquel justo; porque hoy he padecido muchas cosas en sueños por causa de él.
20Mas los príncipes de los sacerdotes y los ancianos, persuadieron al pueblo que pidiese á Barrabás, y á Jesús matase.
21Y respondiendo el presidente les dijo: ¿Cuál de los dos queréis que os suelte? Y ellos dijeron: á Barrabás.
22Pilato les dijo: ¿Qué pues haré de Jesús que se dice el Cristo? Dícenle todos: Sea crucificado.
23Y el presidente les dijo: Pues ¿qué mal ha hecho? Mas ellos gritaban más, diciendo: Sea crucificado.
24Y viendo Pilato que nada adelantaba, antes se hacía más alboroto, tomando agua se lavó las manos delante del pueblo, diciendo: Inocente soy yo de la sangre de este justo veréis lo vosotros.
25Y respondiendo todo el pueblo, dijo: Su sangre sea sobre nosotros, y sobre nuestros hijos.
26Entonces les soltó á Barrabás: y habiendo azotado á Jesús, le entregó para ser crucificado.
27Entonces los soldados del presidente llevaron á Jesús al pretorio, y juntaron á él toda la cuadrilla;
28Y desnudándole, le echaron encima un manto de grana;
29Y pusieron sobre su cabeza una corona tejida de espinas, y una caña en su mano derecha; é hincando la rodilla delante de él, le burlaban, diciendo: Salve, Rey de los Judíos!
30Y escupiendo en él, tomaron la caña, y le herían en la cabeza.
31Y después que le hubieron escarnecido, le desnudaron el manto, y le vistieron de sus vestidos, y le llevaron para crucificarle.
32Y saliendo, hallaron á un Cireneo, que se llamaba Simón: á éste cargaron para que llevase su cruz.
33Y como llegaron al lugar que se llamaba Gólgotha, que es dicho, El lugar de la calavera,
34Le dieron á beber vinagre mezclado con hiel: y gustando, no quiso beber lo
35Y después que le hubieron crucificado, repartieron sus vestidos, echando suertes: para que se cumpliese lo que fué dicho por el profeta: Se repartieron mis vestidos, y sobre mi ropa echaron suertes.
36Y sentados le guardaban allí.
(Mt. 27:2,11‑36)
;
Mr. 15:1‑28• 1Y luego por la mañana, habiendo tenido consejo los príncipes de los sacerdotes con los ancianos, y con los escribas, y con todo el concilio, llevaron á Jesús atado, y le entregaron á Pilato.
2Y Pilato le preguntó: ¿Eres tú el Rey de los Judíos? Y respondiendo él, le dijo: Tú lo dices.
3Y los príncipes de los sacerdotes le acusaban mucho.
4Y le preguntó otra vez Pilato, diciendo: ¿No respondes algo? Mira de cuántas cosas te acusan.
5Mas Jesús ni aun con eso respondió; de modo que Pilato se maravillaba.
6Empero en el día de la fiesta les soltaba un preso, cualquiera que pidiesen.
7Y había uno, que se llamaba Barrabás, preso con sus compañeros de motín que habían hecho muerte en una revuelta.
8Y viniendo la multitud, comenzó á pedir hiciese como siempre les había hecho.
9Y Pilato les respondió, diciendo: ¿Queréis que os suelte al Rey de los Judíos?
10Porque conocía que por envidia le habían entregado los príncipes de los sacerdotes.
11Mas los príncipes de los sacerdotes incitaron á la multitud, que les soltase antes á Barrabás.
12Y respondiendo Pilato, les dice otra vez: ¿Qué pues queréis que haga del que llamáis Rey de los Judíos?
13Y ellos volvieron á dar voces: Crucifícale.
14Mas Pilato les decía: ¿Pues qué mal ha hecho? Y ellos daban más voces: Crucifícale.
15Y Pilato, queriendo satisfacer al pueblo, les soltó á Barrabás, y entregó á Jesús, después de azotarle, para que fuese crucificado.
16Entonces los soldados le llevaron dentro de la sala, es á saber al Pretorio; y convocan toda la cohorte.
17Y le visten de púrpura; y poniéndole una corona tejida de espinas,
18Comenzaron luego á saludarle: Salve, Rey de los Judíos!
19Y le herían en la cabeza con una caña, y escupían en él, y le adoraban hincadas las rodillas.
20Y cuando le hubieron escarnecido, le desnudaron la púrpura, y le vistieron sus propios vestidos, y le sacaron para crucificarle.
21Y cargaron á uno que pasaba, Simón Cireneo, padre de Alejandro y de Rufo, que venía del campo, para que llevase su cruz.
22Y le llevan al lugar de Gólgotha, que declarado quiere decir: Lugar de la Calavera.
23Y le dieron á beber vino mezclado con mirra; mas él no lo tomó.
24Y cuando le hubieron crucificado, repartieron sus vestidos, echando suertes sobre ellos, qué llevaría cada uno.
25Y era la hora de las tres cuando le crucificaron.
26Y el título escrito de su causa era: EL REY DE LOS JUDIOS.
27Y crucificaron con él dos ladrones, uno á su derecha, y el otro á su izquierda.
28Y se cumplió la Escritura, que dice: Y con los inicuos fué contado.
(Mr. 15:1‑28)
;
Lc. 18:31‑33• 31Y Jesús, tomando á los doce, les dijo: He aquí subimos á Jerusalem, y serán cumplidas todas las cosas que fueron escritas por los profetas, del Hijo del hombre.
32Porque será entregado á las gentes, y será escarnecido, é injuriado, y escupido.
33Y después que le hubieren azotado, le matarán: mas al tercer día resucitará.
(Lc. 18:31‑33)
;
Lc. 23:13‑38• 13Entonces Pilato, convocando los príncipes de los sacerdotes, y los magistrados, y el pueblo,
14Les dijo: Me habéis presentado á éste por hombre que desvía al pueblo: y he aquí, preguntando yo delante de vosotros, no he hallado culpa alguna en este hombre de aquéllas de que le acusáis.
15Y ni aun Herodes; porque os remití á él, y he aquí, ninguna cosa digna de muerte ha hecho.
16Le soltaré, pues, castigado.
17Y tenía necesidad de soltarles uno en cada fiesta.
18Mas toda la multitud dió voces á una, diciendo: Quita á éste, y suéltanos á Barrabás:
19(El cual había sido echado en la cárcel por una sedición hecha en la ciudad, y una muerte.)
20Y hablóles otra vez Pilato, queriendo soltar á Jesús.
21Pero ellos volvieron á dar voces, diciendo: Crucifícale, crucifícale.
22Y él les dijo la tercera vez: ¿Pues qué mal ha hecho éste? Ninguna culpa de muerte he hallado en él: le castigaré, pues, y le soltaré.
23Mas ellos instaban á grandes voces, pidiendo que fuese crucificado. Y las voces de ellos y de los príncipes de los sacerdotes crecían.
24Entonces Pilato juzgó que se hiciese lo que ellos pedían;
25Y les soltó á aquél que había sido echado en la cárcel por sedición y una muerte, al cual habían pedido; y entregó á Jesús á la voluntad de ellos.
26Y llevándole, tomaron á un Simón Cireneo, que venía del campo, y le pusieron encima la cruz para que la llevase tras Jesús.
27Y le seguía una grande multitud de pueblo, y de mujeres, las cuales le lloraban y lamentaban.
28Mas Jesús, vuelto á ellas, les dice: Hijas de Jerusalem, no me lloréis á mí, mas llorad por vosotras mismas, y por vuestros hijos.
29Porque he aquí vendrán días en que dirán: Bienaventuradas las estériles, y los vientres que no engendraron, y los pechos que no criaron.
30Entonces comenzarán á decir á los montes: Caed sobre nosotros: y á los collados: Cubridnos.
31Porque si en el árbol verde hacen estas cosas, ¿en el seco, qué se hará?
32Y llevaban también con él otros dos, malhechores, á ser muertos.
33Y como vinieron al lugar que se llama de la Calavera, le crucificaron allí, y á los malhechores, uno á la derecha, y otro á la izquierda.
34Y Jesús decía: Padre, perdónalos, porque no saben lo que hacen. Y partiendo sus vestidos, echaron suertes.
35Y el pueblo estaba mirando; y se burlaban de él los príncipes con ellos, diciendo: A otros hizo salvos: sálvese á sí, si éste es el Mesías, el escogido de Dios.
36Escarnecían de él también los soldados, llegándose y presentándole vinagre,
37Y diciendo: Si tú eres el Rey de los Judíos, sálvate á ti mismo.
38Y había también sobre él un título escrito con letras griegas, y latinas, y hebraicas: ESTE ES EL REY DE LOS JUDIOS.
(Lc. 23:13‑38)
;
Jn. 19:1‑24,34• 1Así que, entonces tomó Pilato á Jesús, y le azotó.
2Y los soldados entretejieron de espinas una corona, y pusiéron la sobre su cabeza, y le vistieron de una ropa de grana;
3Y decían: Salve, Rey de los Judíos! y dábanle de bofetadas.
4Entonces Pilato salió otra vez fuera, y díjoles: He aquí, os le traigo fuera, para que entendáis que ningún crimen hallo en él.
5Y salió Jesús fuera, llevando la corona de espinas y la ropa de grana. Y díceles Pilato: He aquí el hombre.
6Y como le vieron los príncipes de los sacerdotes, y los servidores, dieron voces diciendo: Crucifícale, crucifícale. Díceles Pilato: Tomadle vosotros, y crucificadle; porque yo no hallo en él crimen.
7Respondiéronle los Judíos: Nosotros tenemos ley, y según nuestra ley debe morir, porque se hizo Hijo de Dios.
8Y como Pilato oyó esta palabra, tuvo más miedo.
9Y entró otra vez en el pretorio, y dijo á Jesús: ¿De dónde eres tú? Mas Jesús no le dió respuesta.
10Entonces dícele Pilato: ¿A mí no me hablas? ¿no sabes que tengo potestad para crucificarte, y que tengo potestad para soltarte?
11Respondió Jesús: Ninguna potestad tendrías contra mí, si no te fuese dado de arriba: por tanto, el que á ti me ha entregado, mayor pecado tiene.
12Desde entonces procuraba Pilato soltarle; mas los Judíos daban voces, diciendo: Si á éste sueltas, no eres amigo de César: cualquiera que se hace rey, á César contradice.
13Entonces Pilato, oyendo este dicho, llevó fuera á Jesús, y se sentó en el tribunal en el lugar que se dice Lithóstrotos, y en hebreo Gabbatha.
14Y era la víspera de la Pascua, y como la hora de sexta. Entonces dijo á los Judíos: He aquí vuestro Rey.
15Mas ellos dieron voces: Quita, quita, crucifícale. Díceles Pilato: ¿A vuestro Rey he de crucificar? Respondieron los pontífices: No tenemos rey sino á César.
16Así que entonces lo entregó á ellos para que fuese crucificado. Y tomaron á Jesús, y le llevaron.
17Y llevando su cruz, salió al lugar que se dice de la Calavera, y en hebreo, Gólgotha;
18Donde le crucificaron, y con él otros dos, uno á cada lado, y Jesús en medio.
19Y escribió también Pilato un título, que puso encima de la cruz. Y el escrito era: JESÚS NAZARENO, REY DE LOS JUDIOS.
20Y muchos de los Judíos leyeron este título: porque el lugar donde estaba crucificado Jesús era cerca de la ciudad: y estaba escrito en hebreo, en griego, y en latín.
21Y decían á Pilato los pontífices de los Judíos: No escribas, Rey de los Judíos: sino, que él dijo: Rey soy de los Judíos.
22Respondió Pilato: Lo que he escrito, he escrito.
23Y como los soldados hubieron crucificado á Jesús, tomaron sus vestidos, é hicieron cuatro partes (para cada soldado una parte); y la túnica; mas la túnica era sin costura, toda tejida desde arriba.
24Y dijeron entre ellos: No la partamos, sino echemos suertes sobre ella, de quién será; para que se cumpliese la Escritura, que dice: Partieron para sí mis vestidos, Y sobre mi vestidura echaron suertes. Y los soldados hicieron esto.
34Empero uno de los soldados le abrió el costado con una lanza, y luego salió sangre y agua.
(Jn. 19:1‑24,34)
the people.
Is. 49:7• 7Así ha dicho Jehová, Redentor de Israel, el Santo suyo, al menospreciado de alma, al abominado de las gentes, al siervo de los tiranos. Verán reyes, y levantaránse príncipes, y adorarán por Jehová; porque fiel es el Santo de Israel, el cual te escogió. (Is. 49:7)
;
Is. 53:3• 3Despreciado y desechado entre los hombres, varón de dolores, experimentado en quebranto: y como que escondimos de él el rostro, fué menospreciado, y no lo estimamos. (Is. 53:3)
;
Zac. 11:7‑8• 7Apacenté pues las ovejas de la matanza, es á saber, los pobres del rebaño. Y me tomé dos cayados; al uno puse por nombre Suavidad, y al otro Ataduras; y apacenté las ovejas.
8E hice matar tres pastores en un mes, y mi alma se angustió por ellos, y también el alma de ellos me aborreció á mí.
(Zac. 11:7‑8)
;
Mt. 20:18‑19• 18He aquí subimos á Jerusalem, y el Hijo del hombre será entregado á los principes de los sacerdotes y á los escribas, y le condenarán á muerte;
19Y le entregarán á los Gentiles para que le escarnezcan, y azoten, y crucifiquen; mas al tercer día resucitará.
(Mt. 20:18‑19)
;
Mt. 21:28• 28Mas, ¿qué os parece? Un hombre tenía dos hijos, y llegando al primero, le dijo: Hijo, ve hoy á trabajar en mi viña. (Mt. 21:28)
;
Mt. 23:37• 37Jerusalem, Jerusalem, que matas á los profetas, y apedreas á los que son enviados á ti! cuántas veces quise juntar tus hijos, como la gallina junta sus pollos debajo de las alas, y no quisiste! (Mt. 23:37)
;
Mt. 26:3‑4,59‑68• 3Entonces los príncipes de los sacerdotes, y los escribas, y los ancianos del pueblo se juntaron al patio del pontífice, el cual se llamaba Caifás;
4Y tuvieron consejo para prender por engaño á Jesús, y matarle.
59Y los príncipes de los sacerdotes, y los ancianos, y todo el consejo, buscaban falso testimonio contra Jesús, para entregale á la muerte;
60Y no lo hallaron, aunque muchos testigos falsos se llegaban; mas á la postre vinieron dos testigos falsos,
61Que dijeron: Este dijo: Puedo derribar el templo de Dios, y en tres días reedificarlo.
62Y levantándose el pontífice, le dijo: ¿No respondes nada? ¿qué testifican éstos contra ti?
63Mas Jesús callaba. Respondiendo el pontífice, le dijo: Te conjuro por el Dios viviente, que nos digas si eres tú el Cristo, Hijo de Dios.
64Jesús le dijo: Tú lo has dicho: y aun os digo, que desde ahora habéis de ver al Hijo de los hombres sentado á la diestra de la potencia de Dios, y que viene en las nubes del cielo.
65Entonces el pontífice rasgó sus vestidos, diciendo: Blasfemado ha: ¿qué más necesidad tenemos de testigos? He aquí, ahora habéis oído su blasfemia.
66¿Qué os parece? Y respondiendo ellos, dijeron: Culpado es de muerte.
67Entonces le escupieron en el rostro, y le dieron de bofetadas; y otros le herían con mojicones,
68Diciendo: Profetízanos tú, Cristo, quién es el que te ha herido.
(Mt. 26:3‑4,59‑68)
;
Mt. 27:25,40‑43• 25Y respondiendo todo el pueblo, dijo: Su sangre sea sobre nosotros, y sobre nuestros hijos.
40Y diciendo: Tú, el que derribas el templo, y en tres días lo reedificas, sálvate á ti mismo: si eres Hijo de Dios, desciende de la cruz.
41De esta manera también los príncipes de los sacerdotes, escarneciendo con los escribas y los Fariseos y los ancianos, decían:
42á otros salvó, á sí mismo no puede salvar: si es el Rey de Israel, descienda ahora de la cruz, y creeremos en él.
43Confió en Dios: líbrele ahora si le quiere: porque ha dicho: Soy Hijo de Dios.
(Mt. 27:25,40‑43)
;
Mr. 10:33• 33He aquí subimos á Jerusalem, y el Hijo del hombre será entregado á los principes de los sacerdotes, y á los escribas, y le condenarán á muerte, y le entregarán á los Gentiles: (Mr. 10:33)
;
Mr. 14:1‑2,43‑65• 1Y dos días después era la Pascua y los días de los panes sin levadura: y procuraban los príncipes de los sacerdotes y los escribas cómo le prenderían por engaño, y le matarían.
2Y decían: No en el día de la fiesta, porque no se haga alboroto del pueblo.
43Y luego, aun hablando él, vino Judas, que era uno de los doce, y con él una compañía con espadas y palos, de parte de los príncipes de los sacerdotes, y de los escribas y de los ancianos.
44Y el que le entregaba les había dado señal común, diciendo: Al que yo besare, aquél es: prendedle, y llevadle con seguridad.
45Y como vino, se acercó luego á él, y le dice: Maestro, Maestro. Y le besó.
46Entonces ellos echaron en él sus manos, y le prendieron.
47Y uno de los que estaban allí, sacando la espada, hirió al siervo del sumo sacerdote, y le cortó la oreja.
48Y respondiendo Jesús, les dijo: ¿Como á ladrón habéis salido con espadas y con palos á tomarme?
49Cada día estaba con vosotros enseñando en el templo, y no me tomasteis; pero es así, para que se cumplan las Escrituras.
50Entonces dejándole todos sus discípulos, huyeron.
51Empero un mancebillo le seguía cubierto de una sábana sobre el cuerpo desnudo; y los mancebos le prendieron:
52Mas él, dejando la sábana, se huyó de ellos desnudo.
53Y trajeron á Jesús al sumo sacerdote; y se juntaron á él todos los príncipes de los sacerdotes y los ancianos y los escribas.
54Empero Pedro le siguió de lejos hasta dentro del patio del sumo sacerdote; y estaba sentado con los servidores, y calentándose al fuego.
55Y los príncipes de los sacerdotes y todo el concilio buscaban testimonio contra Jesús, para entregarle á la muerte; mas no lo hallaban.
56Porque muchos decían falso testimonio contra él; mas sus testimonios no concertaban.
57Entonces levantandose unos, dieron falso testimonio contra él, diciendo:
58Nosotros le hemos oído decir: Yo derribaré este templo que es hecho de mano, y en tres días edificaré otro echo sin mano.
59Mas ni aun así se concertaba el testimonio de ellos.
60Entonces el sumo sacerdote, levantándose en medio, preguntó á Jesús, diciendo: ¿No respondes algo? ¿Qué atestiguan estos contra ti?
61Mas él callaba, y nada respondía. El sumo sacerdote le volvió á preguntar, y le dice: ¿Eres tú el Cristo, el Hijo del Bendito?
62Y Jesús le dijo: Yo soy; y veréis al Hijo del hombre sentado á la diestra de la potencia de Dios, y viniendo en las nubes del cielo.
63Entonces el sumo sacerdote, rasgando sus vestidos, dijo: ¿Qué más tenemos necesidad de testigos?
64Oído habéis la blasfemia: ¿qué os parece? Y ellos todos le condenaron ser culpado de muerte.
65Y algunos comenzaron á escupir en él, y cubrir su rostro, y á darle bofetadas, y decirle: Profetiza. Y los servidores le herían de bofetadas.
(Mr. 14:1‑2,43‑65)
;
Mr. 15:1‑3,31• 1Y luego por la mañana, habiendo tenido consejo los príncipes de los sacerdotes con los ancianos, y con los escribas, y con todo el concilio, llevaron á Jesús atado, y le entregaron á Pilato.
2Y Pilato le preguntó: ¿Eres tú el Rey de los Judíos? Y respondiendo él, le dijo: Tú lo dices.
3Y los príncipes de los sacerdotes le acusaban mucho.
31Y de esta manera también los príncipes de los sacerdotes escarneciendo, decían unos á otros, con los escribas: A otros salvó, á sí mismo no se puede salvar.
(Mr. 15:1‑3,31)
;
Lc. 9:22• 22Diciendo: Es necesario que el Hijo del hombre padezca muchas cosas, y sea desechado de los ancianos, y de los príncipes de los sacerdotes, y de los escribas, y que sea muerto, y resucite al tercer día. (Lc. 9:22)
;
Lc. 20:13‑19• 13Entonces el señor de la viña dijo: ¿Qué haré? Enviaré mi hijo amado: quizás cuando á éste vieren, tendrán respeto.
14Mas los labradores, viéndole, pensaron entre sí, diciendo: Este es el heredero; venid, matémosle para que la heredad sea nuestra.
15Y echáronle fuera de la viña, y le mataron. ¿Qué pues, les hará el señor de la viña?
16Vendrá, y destruirá á estos labradores, y dará su viña á otros. Y como ellos lo oyeron, dijeron: Dios nos libre!
17Mas él mirándolos, dice: ¿Qué pues es lo que está escrito: La piedra que condenaron los edificadores, Esta fué por cabeza de esquina?
18Cualquiera que cayere sobre aquella piedra, será quebrantado; mas sobre el que la piedra cayere, le desmenuzará.
19Y procuraban los príncipes de los sacerdotes y los escribas echarle mano en aquella hora, porque entendieron que contra ellos había dicho esta parábola: mas temieron al pueblo.
(Lc. 20:13‑19)
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Lc. 22:2‑6,47‑52,63‑71• 2Y los príncipes de los sacerdotes y los escribas buscaban cómo le matarían; mas tenían miedo del pueblo.
3Y entró Satanás en Judas, por sobrenombre Iscariote, el cual era uno del número de los doce;
4Y fué, y habló con los príncipes de los sacerdotes, y con los magistrados, de cómo se lo entregaría.
5Los cuales se holgaron, y concertaron de darle dinero.
6Y prometió, y buscaba oportunidad para entregarle á ellos sin bulla.
47Estando él aún hablando, he aquí una turba; y el que se llamaba Judas, uno de los doce, iba delante de ellos; y llegóse á Jesús para besarlo.
48Entonces Jesús le dijo: Judas, ¿con beso entregas al Hijo del hombre?
49Y viendo los que estaban con él lo que había de ser, le dijeron: Señor, ¿heriremos á cuchillo?
50Y uno de ellos hirió á un siervo del príncipe de los sacerdotes, y le quitó la oreja derecha.
51Entonces respondiendo Jesús, dijo: Dejad hasta aquí. Y tocando su oreja, le sanó.
52Y Jesús dijo á los que habían venido á él, los príncipes de los sacerdotes, y los magistrados del templo, y los ancianos: ¿Como á ladrón habéis salido con espadas y con palos?
63Y los hombres que tenían á Jesús, se burlaban de él hiriéndole;
64Y cubriéndole, herían su rostro, y preguntábanle, diciendo: Profetiza quién es el que te hirió.
65Y decían otras muchas cosas injuriándole.
66Y cuando fué de día, se juntaron los ancianos del pueblo, y los príncipes de los sacerdotes, y los escribas, y le trajeron á su concilio,
67Diciendo: ¿Eres tú el Cristo? dínos lo. Y les dijo: Si os lo dijere, no creeréis;
68Y también si os preguntare, no me responderéis, ni me soltaréis:
69Mas después de ahora el Hijo del hombre se asentará á la diestra de la potencia de Dios.
70Y dijeron todos: ¿Luego tú eres Hijo de Dios? Y él les dijo: Vosotros decís que yo soy.
71Entonces ellos dijeron: ¿Qué más testimonio deseamos? porque nosotros lo hemos oído de su boca.
(Lc. 22:2‑6,47‑52,63‑71)
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Lc. 23:1‑5• 1Levantándose entonces toda la multitud de ellos, lleváronle á Pilato.
2Y comenzaron á acusarle, diciendo: A éste hemos hallado que pervierte la nación, y que veda dar tributo á César, diciendo que él es el Cristo, el rey.
3Entonces Pilato le preguntó, diciendo: ¿Eres tú el Rey de los Judíos? Y respondiéndo él, dijo: Tú lo dices.
4Y Pilato dijo á los príncipes de los sacerdotes, y á las gentes: Ninguna culpa hallo en este hombre.
5Mas ellos porfiaban, diciendo: Alborota al pueblo, enseñando por toda Judea, comenzando desde Galilea hasta aquí.
(Lc. 23:1‑5)
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Jn. 1:11• 11A lo suyo vino, y los suyos no le recibieron. (Jn. 1:11)
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Jn. 18:1‑14,19‑24• 1Como Jesús hubo dicho estas cosas, salióse con sus discípulos tras el arroyo de Cedrón, donde estaba un huerto, en el cual entró Jesús y sus discípulos.
2Y también Judas, el que le entregaba, sabía aquel lugar; porque muchas veces Jesús se juntaba allí con sus discípulos.
3Judas pues tomando una compañía, y ministros de los pontífices y de los Fariseos, vino allí con linternas y antorchas, y con armas.
4Empero Jesús, sabiendo todas las cosas que habían de venir sobre él, salió delante, y díjoles: ¿A quién buscáis?
5Respondiéronle: A Jesús Nazareno. Díceles Jesús; Yo soy (Y estaba también con ellos Judas, el que le entregaba.)
6Y como les dijo, Yo soy, volvieron atrás, y cayeron en tierra.
7Volvióles, pues, á preguntar: ¿A quién buscáis? Y ellos dijeron: A Jesús Nazareno.
8Respondió Jesús: Os he dicho que yo soy: pues si á mi buscáis, dejad ir á éstos.
9Para que se cumpliese la palabra que había dicho: De los que me diste, ninguno de ellos perdí.
10Entonces Simón Pedro, que tenía espada, sacóla, é hirió al siervo del pontífice, y le cortó la oreja derecha. Y el siervo se llamaba Malco.
11Jesús entonces dijo á Pedro: Mete tu espada en la vaina: el vaso que el Padre me ha dado, ¿no lo tengo de beber?
12Entonces la compañía y el tribuno, y los ministros de los Judíos, prendieron á Jesús y le ataron,
13Y lleváronle primeramente á Anás; porque era suegro de Caifás, el cual era pontífice de aquel año.
14Y era Caifás el que había dado el consejo á los Judíos, que era necesario que un hombre muriese por el pueblo.
19Y el pontífice preguntó á Jesús acerca de sus discípulos y de su doctrina.
20Jesús le respondió: Yo manifiestamente he hablado al mundo: yo siempre he enseñado en la sinagoga y en el templo, donde se juntan todos los Judíos, y nada he hablado en oculto.
21¿Qué me preguntas á mí? Pregunta á los que han oído, qué les haya yo hablado: he aquí, ésos saben lo que yo he dicho.
22Y como él hubo dicho esto, uno de los criados que estaba allí, dió una bofetada á Jesús, diciendo: ¿Así respondes al pontífice?
23Respondióle Jesús: Si he hablado mal, da testimonio del mal: y si bien, ¿por qué me hieres?
24Y Anás le había enviado atado á Caifás pontífice.
(Jn. 18:1‑14,19‑24)
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Jn. 18:28‑40• 28Y llevaron á Jesús de Caifás al pretorio: y era por la mañana: y ellos no entraron en el pretorio por no ser contaminados, sino que comiesen la pascua.
29Entonces salió Pilato á ellos fuera, y dijo: ¿Qué acusación traéis contra este hombre?
30Respondieron y dijéronle: Si éste no fuera malhechor, no te le habríamos entregado.
31Díceles entonces Pilato: Tomadle vosotros, y juzgadle según vuestra ley. Y los Judíos le dijeron: A nosotros no es lícito matar á nadie:
32Para que se cumpliese el dicho de Jesús, que había dicho, dando á entender de qué muerte había de morir.
33Así que, Pilato volvió á entrar en el pretorio, y llamó á Jesús, y díjole: ¿Eres tú el Rey de los Judíos?
34Respondióle Jesús: ¿Dices tú esto de ti mismo, ó te lo han dicho otros de mí?
35Pilato respondió: ¿Soy yo Judío? Tu gente, y los pontífices, te han entregado á mí: ¿qué has hecho?
36Respondió Jesús: Mi reino no es de este mundo: si de este mundo fuera mi reino, mis servidores pelearían para que yo no fuera entregado á los Judíos: ahora, pues, mi reino no es de aquí.
37Díjole entonces Pilato: ¿Luego rey eres tu? Respondió Jesús: Tu dices que yo soy rey. Yo para esto he nacido, y para esto he venido al mundo, para dar testimonio á la verdad. Todo aquél que es de la verdad, oye mi voz.
38Dícele Pilato: ¿Qué cosa es verdad? Y como hubo dicho esto, salió otra vez á los Judíos, y díceles: Yo no hallo en él ningún crimen.
39Empero vosotros tenéis costumbre, que os suelte uno en la Pascua: ¿queréis, pues, que os suelte al Rey de los Judíos?
40Entonces todos dieron voces otra vez, diciendo: No á éste, sino á Barrabás. Y Barrabás era ladrón.
(Jn. 18:28‑40)
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Jn. 19:15• 15Mas ellos dieron voces: Quita, quita, crucifícale. Díceles Pilato: ¿A vuestro Rey he de crucificar? Respondieron los pontífices: No tenemos rey sino á César. (Jn. 19:15)
 How solemn to see “in this city,” as everywhere, that men who are the nearest concerned, the perpetrators of these horrors against God and His Christ, are the last to perceive the import of their own acts. (Acts 4:23-30 by W. Kelly)

J. N. Darby Translation

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27
For in truth against thy holy servant Jesus, whom thou hadst anointed, both Herod and Pontius Pilate, with the nations, and peoples of Israel, have been gathered together in this city

W. Kelly Translation

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27
For of a truth in this city against thy holy servant Jesus whom thou didst anoint, both Herod and Pontius Pilate with Gentiles and peoples of Israel were gathered,